divendres, de setembre 09, 2005

Esperar en Dios


No siempre tengo palabras para poder compartir aquello que Dios puso en lo más profundo de mi corazón, no siempre las tengo. Muchas veces he de luchar con todas mis fuerzas contra cansancio, desasosiego, mal estar o... dudas y más dudas que satanás trata una y otra vez de poner en mi mente, que no en mi corazón, porque este: !está gobernado por mi Señor!

Hoy es una ocasión de esas, una ocasión en que tal cual voy escribiendo, luchando contra la desgana que trata de apoderarse de mi, van saliendo estas palabras que ahora estás leyendo. Pero sigo, sigo porque se que en lo más profundo de mi ser !Él está ahí, a mi lado, dándome palabra a palabra, línea a línea, párrafo a párrafo, aquello que en verdad quiere compartir hoy! Sí, y finalmente y al terminar, puedo ver que aquello que quedó escrito, no fui yo quien lo escribió, sino la Divina Persona que obra cada día, cada minuto, cada segundo... en mi nueva vida. ¿Quién? !el único, el insustituible Espíritu Santo, el mismo Dios! !Aquel que Jesucristo mi Señor prometió enviar a todos cuantos creyesen que Él es quien dijo ser: el Mesias, el Hijo de Dios, nuestro único Señor; el que resucitó de entre los muertos por y para: poder y gloria de Dios!

Hoy y cada día más, el Espíritu Santo está siendo arrinconado, dejado de lado... !casí olvidado! Está pasado a ser uno más de entre tantos y tantos "seres" que nombra la Biblia, ha dejado de ser lo que es: !LA TERCERA PERSONA DE LA TRINIDAD! Hermanos, por mal que algunos les siente, el Dios trino, es ni más ni menos que trino, que no es otra cosa que: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y los tres son una misma persona, !LOS TRES SON DIOS! (para los que aun andan alimentándose de leche). Y, !hay de aquel que niegue esto, porque está negando la gloria y la grandeza de Dios Padre mismo!

Es sorprendente ver como se predica en muchas congregaciones el misterio de la Santísima Trinidad, que Dios es tres en uno, que Dios es un Dios trino. Pero a la hora de hablar del Espíritu Santo y su obra en el creyente... !Aaaaay! reconcer quien es en verdad y cual es la obra que sólo puede realizar única y exclusivamente el Espíritu Santo en el creyente... !Aaaaay, ahí si que nos han dado!. (como dicen en mi tierra: !Aaaaay, que ens desmonten la paraeta!)

Dios reclama con fuerza a sus verdaderos siervos que vuelvan a instaurar el honor y la gloria que le correponde, como parte misma de Dios que es, la insustituible Tercera Persona de Su Trinidad, la Divina Persona del Espíritu Santo. Dios está cansado, muy cansado de que cada día más y más sea negada la Divina Tercera Persona. Y hermanos, aquel que no le de al Espíritu Santo la gloria que merece -la misma que merece Dios- !será condenado en el fuego eterno, porque con sus actos está negando al Dios Padre eterno, y como no, toda la obra y gloria de su hijo Jesucristo! Para aquellos que aun no lo sepan -y si lo saben se hacen los sordos- !Jesucristo no murió para perdón de nuestros pecados, Jesucristo murió para poder obrar en nosotros por medio del Espíritu Santo que nos prometió, siendo este, el Espíritu Santo, quien nos limpia y libra de todo pecado!

Termino con estos cuatro versículos: los dos primeros son la promesa dada por Dios en el Antiguo Testamento y los dos segundos la confirmación por parte de nuestro Señor Jesucristo:

LA PROMESA DE DIOS:

Jer. 31:33-34: Esta será la alianza que haré con Israel en aquel tiempo: Pondré mi ley en su corazón y la escribiré en su mente. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. 34 Ya no será necesario que unos a otros, amigos y parientes, tengan que instruirse para que me conozcan, porque todos, desde el más grande hasta el más pequeño, me conocerán. Yo les perdonaré su maldad y no me acordaré más de sus pecados. Yo, el Señor, lo afirmo.”

LA CONFIRMACIÓN:

1Jn. 2:27-28: Pero ustedes tienen el Espíritu Santo con el que Jesucristo los ha consagrado, y no necesitan que nadie les enseñe, porque el Espíritu que él les ha dado los instruye acerca de todas las cosas, y sus enseñanzas son verdad y no mentira. Permanezcan unidos a Cristo, conforme a lo que el Espíritu les ha enseñado. 28 Ahora, hijitos, permanezcan unidos a Cristo, para que tengamos confianza cuando él aparezca y no sintamos vergüenza delante de él cuando venga.

Bendiciones de lo alto hermanos.