dijous, de març 18, 2010

El final de los tiempos...




Mi querido hermano; hoy te comparto esta reflexión, y pido a Dios que sea Él quien te de en su Luz, debida Luz, y sea el Espíritu Santo quien tomando de Cristo te lleve al debido entendimiento que te sea necesario.

Estamos en un tiempo que perfectamente podría estar indicando el final de los tiempos, pero que aun es temprano como para meternos de lleno en ello como base y fundamento de nuestras enseñanzas.

En base al libro del profeta Hageo, no quiero ver lo que está diciendo Dios hoy más allá de uno mismo, de mi mismo. De ser y primeramente en mi donde busque, en Él, el ser templo de Dios, morada del Espíritu Santo. El tiempo de las grandes congregaciones, de los grandes avivamientos, de... todo lo que hasta hoy hemos visto y que claramente se está viendo que se va derrumbando, ello, ya forma parte de otro tiempo.

Hoy, y es lo que entiendo de Él; Dios nos está reclamando el que seamos VERDADEROS templos, que en nosotros pueda morar su Espíritu, que pueda hallar reposo el Espíritu Santo, y por ello, Dios, pueda manifestar su gloria.

Hemos de buscar el reino de Dios y su justicia, y se puede hallar, porque nos es dicho que lo busquemos, y quien busca, en Cristo, halla. Y bien sabemos que nos es dicho que todo lo demás vendrá por añadidura.

Tú, al igual que todo debido cristiano, has vivido momentos de "sin Dios", donde parecía que Dios te había dejado de lado, abandonado... ya hace tiempo, cuando aun andabas por sentimiento, y bien recordarás cuanta soledad hallabas en ti, cuan desamparado te veías al no poder contemplar a Dios cara a cara. Habías comido de su pan y, ahora; nada te podía saciar más que su presencia, que hoy lo es ya y por su gracia SU VOLUNTAD.

Pues imagínate como será el final de los tiempos de amargo, cuando Dios, que en todos de un modo u otro está obrando, incluso en los no creyentes, porque aun tienen la esperanza en algo, que es Él, pero no quieren aceptarlo... imagínate cuan doloroso será el día que Dios retire de sobre la tierra plenamente SU PRESENCIA. Lo has vivido, sabes lo penoso que es no hallar su presencia, pero aun así tenías esperanza en su Palabra, tenías su Palabra que es la que te sostuvo en esos días, pero imagina el día que Dios retire su presencia de sobre la faz de la tierra plenamente... ESE DÍA, Y SI DIOS LO ALARGASE MUCHO, NI LOS SUYOS LO RESISTIRÍAN... hay cinco vírgenes que se quedaron sin aceite en el esperar.

¿Por qué te hablo de ello?... porque si el final de los tiempos se está acercando, hoy, Dios ya no pide que crezcamos en número, sino en Cristo mismo. Que nos esforcemos por unirnos a Cristo, ser uno en Cristo, ser y en verdad templo de Dios, ser morada donde el Espíritu Santo pueda reposar y Dios a su vez mostrar su gloria. Porque de no ser así, y de acercarse el tiempo final, quien no esté preparado SE QUEDARÁ FUERA porque su aceite no le llegará para soportar el retraso, y ello sin la presencia de Dios en absoluto, ello, será MUY AMARGO Y BIEN LOS SABES.

Y si haciendo el bien, perseverando en la fe, buscando el rostro de Jesús, dejándonos ser vaciados de nosotros mismos por el Espíritu Santo, y siendo a su vez llenados del aceite que nos será necesario... si aun así el Señor se retrasa, no dudemos que por bien caminar; la Palabra, la Bendición, las Promesas, y todo cuando Dios nos ha ido preparando desde antes de la creación del mundo, nos será siendo añadido por Él mismo y sin dudarlo.

Que la Paz del Señor Jesucristo sea contigo y los tuyos. BENDICIONES, mi hermano.

divendres, de març 12, 2010

Mi estimado ateo...


Estimado no creyente en Cristo Jesús el Señor:

No depende de que el hombre quiera o se esfuerce, sino de que Dios tenga compasión. Debe entender que Dios amó al mundo, al mundo, es decir: A TODO SER HUMANO. Tanto, que dio a su unigénito Hijo para que todo aquel que en Él crea, no se pierda más tenga vida Eterna. Dios, cuanto tenía que hacer, por usted, por mi, y por todos, ya lo hizo. Fue en la persona de su Hijo que vino a consumar todos sus deseos y anhelos, y los entregó como don gratuito al mundo entero. Y el mundo es quien ahora decide que camino tomar, si el que Dios y en su amor ha dispuesto por medio de su Hijo, o bien el que en su libertad, la que Dios y a su vez le ha dado, decida andar.

Al igual que Dios amó al mundo, al igual que su Hijo murió por los pecados de todos, igualmente nosotros amamos a todo el mundo. No tenemos nada contra nadie, porque a fin de cuentas bien sabemos que nadie tiene nada si no le es dado de Dios. Al igual que sabemos que nadie puede venir al Hijo, si no le es dado del Padre, de Dios Padre mismo.

Por lo tanto, si hoy usted no cree, es porque Dios así, al menos de momento, lo ha dispuesto. Y nosotros no contendemos con Dios, siempre tratamos de hacer su voluntad, aunque NO SOMOS perfectos y erramos en muchas ocasiones, por lo cual damos gracias a Dios por habernos librado por medio de la Sangre de su Hijo de todas nuestras transgresiones.

Dios amó al mundo, y en este amor usted está incluido, y en el amor de Dios, le amamos. Lo único que podemos hacer por usted, y por todos, es predicar la Buena Nueva que se cumple en Nuestro Señor Jesucristo, bien sabiendo que todo aquel que es de los suyos, todos, oyen su voz y le siguen.

No se preocupe tanto, le amamos, en la medida que Dios le ama. Y nada más hacemos que hablarle de este amor que Dios a derramado en nuestras vidas y que hoy lo llena todo. El cual usted, en su libertad, lo puede tomar o lo puede dejar, es libre, Dios así nos ha creado, y... no dude que le amamos, tanto, como le ama Dios mismo, y que tan claramente lo ha manifestado y manifiesta por medio de su propio Hijo.

En el Nombre de Cristo, le bendigo.