dijous, d’octubre 19, 2006

Reflexiones

Todo tiene un tiempo ante Dios, y todo está dispuesto para bien de quienes le aman. Hubo un tiempo en que me lleno de Su Palabra, dándome revelación constante, era necesario para conocerle, para saber de Él, para centrarme en aquello que es la verdad. Ahora, aunque aparentemente ya no recibo tanta Palabra ni revelación al leer la Biblia, ello, no quiere decir que Dios no me esté dando. Es tiempo de estar atento a otros aspectos de la vida en Cristo. Todo es necesario, cada proceso, cada aparente perdida, cada situación... todo, absolutamente todo es para bien de quienes le aman.

Cuando algo nos está siendo negado, es porque a la vez, algo nuevo nos está dando. Duele por ser costoso el entenderlo a primeras, ello, nos da la sensación que aparentemente Dios nos ha dejado, que algo hemos hecho mal, que mal andamos... pero todo tiene un propósito, el conocernos y saber quien somos ante Dios, que nos mueve, que amor en verdad se está dando: por Él, o por nosotros...

Detalle: he entendido que cuando le pedimos a Dios Padre que nos cambie en cierto mal aspecto de nuestra vida, no necesariamente ha de ser como nosotros pensamos, es decir, a buenas, sin dolor, sin sufrimientos, hay ocasiones que el problema se multiplica, se hace mucho más pesado, se da en más ocasiones, ello, es necesario para poder superarlo, para poder entregarlo, para poder rendirse a sus pies y sea solo Él quien quede para poder solucionarlo. Es cuando nos entregamos, cuando en verdad nos rendimos, que Su vida, la de Cristo, obra en verdad y toma el lugar que le corresponde en lo nuevo hallado.

Es un camino, hay que ir entendiéndolo, hay que ir muriendo y como no CRECIENDO, en Su vida, en Su fuerza, en Su entendimiento...

Que Dios les bendiga, seguimos andando.


dimarts, d’octubre 10, 2006

Más sobre la Iglesia

El PROBLEMA es que no se están dando cuenta de un sencillo y claro detalle, el cual, si lo escudriñasen en base a la Palabra, está más que claro para todos los que a la verdad creen en Jesucristo Nuestro Señor, y el de Ellos.

En el momento en que defienden "su iglesia" como única verdadera por encima de la IGLESIA, que a ver si de una vez les queda claro: IGLESIA SOLO HAY UNA Y ES EL CUERPO DE CRISTO, ya están creando y adorando una imagen falsa del Cuerpo de Cristo y por consiguiente, de DIOS.

La Iglesia de Cristo, no tiene forma alguna; no son templos, no son lugares de reunión, no son congregaciones. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, y repito para los que aun no se han enterado o no quieren hacerlo: LA IGLESIA ES EL CUERPO DE CRISTO, es decir, todos cuantos están unidos a la Cabeza. Todos sus miembros son parte viva de la Iglesia y representantes de ella allí donde estén, y, que mediante sus vidas, cada día, la MANIFIESTAN, desde el momento en que creen en Cristo Jesús como su único Salvador, Rey y Maestro y Él, pasa a dirigir su vidas mediante el Espíritu Santo.

Así pues, cuando le añaden determinado nombre, es decir, CUANDO LA APELLIDAN con el nombre de su denominación, ya estan negando la Palabra de Dios y poniéndose en Su lugar, y como no, añadiendo otro nombre que no ha sido dado por Dios.

Cuando uno dice “yo Soy de la "iglesia" tal o cual esta afirmación que sale por su boca, manifiesta que acepta plenamente todo cuanto en ella, su denominación, hay y da lugar (tanto bueno como malo), quiera o no quiera, cuando se define y defiende bajo el nombre dado por los hombres y el cual, no es el dado por Dios, automáticamente hereda todo cuanto compone ese nombre y lo representa, y a la vez, ha aceptado una falsa imagen de Dios, a la cual, por nombrarla por encima del NOMBRE, la está poniendo sobre la Cabeza, es decir, POR ENCIMA DE CRISTO, y ello, ante Dios…

No os engañéis, Iglesia solo hay UNA, el Cuerpo de Cristo. Y no hay otro NOMBRE, dado por Dios a los hombres, por cual podamos ser Salvos.

Para ser miembro de la Iglesia de Cristo, es necesario de guardar Sus mandamientos y como no, ser seguidores de Su Evangelio y por encima de todo, HABER SIDO BAUTIZADOS EN EL ESPÍRITU SANTO. Y no hay más, todo cuanto se salga de ahí, todo cuanto sea añadido por los hombres, todo cuanto nombre sea puesto por encima del Nombre... ES IDOLATRIA.

Nadie puede ser miembro de la Iglesia y Cuerpo de Cristo, si antes no ha sido unido en verdad a Cristo Jesús y Él y sólo Él, es a la verdad su Cabeza. Porque al igual que en nuestro propio cuerpo la cabeza es la que dirige, piensa, determina, coordina y actúa sobre cada uno de sus miembros y no es posible que un miembro vaya por libre, porque de así hacerlo, es porque hay una mal en el cuerpo, el cual, está dando lugar al desorden y desequilibrio de todo el ser, en este caso, el de Cristo.

Así pues, cuando tan a la ligera decís: “yo Soy de la "iglesia tal"”, ya estáis añadiendo un nombre al NOMBRE dado por Dios, el cual, es JESUCRISTO. Y peor aun, estáis poniendo ese falso nombre por encima de Él y Su Iglesia.

No os dais cuenta, pero cada vez que nombráis vuestra organización, la estáis poniendo por encima de la Cabeza, la estáis haciendo el centro de TODO vuestro mensaje, la estáis considerando mejor que la congregación de vuestros hermanos. Y eso, ante Dios, y el cual, es Dios de ellos y nuestro, es PECADO.

Jesucristo es Señor de todos cuantos creen en Él, de todos cuantos le han aceptado EN VERDAD como su único Salvador, Rey y Señor. Así pues, dar otro nombre a Su Iglesia, es añadir un falso nombre sobre el Nombre de JESUCRISTO, es hacer un añadido a la Palabra de Dios.

Los verdaderos miembros del Cuerpo, la verdadera Iglesia, es universal y como no, su traducción es "llamar fuera", lo cual está en consonancia con el mandato dado por nuestro Señor Jesucristo a sus discípulos y a quienes bien claramente dijo:

Mat. 28:19 Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,

Jesús dijo, VAYAN, es decir; ir, marchar, salir... Jamás dijo; traigan, reúnan, agrupen, denles un nombre nuevo, pongan sobre ellos mandatos, ordenes, tradiciones, doctrinas, imágenes, cultos, misas...

NO, estáis errados desde el momento que no entendéis y atendéis la Palabra de Jesucristo nuestro Señor, y el de ellos.

Nada más, que cada cual atienda y conforme a su fe en Cristo Jesús, empiece a hablar y adorar a Dios Padre, en consecuencia.

Que Dios les bendiga a todos.


divendres, d’octubre 06, 2006

Ante la debilidad

Cuando por la gracia de Dios Padre nos es mostrada una debilidad, sin lugar a dudas, nuestra oración deberá centrarse en ella por tal de que desaparezca y por siempre de nosotros. Tengamos en cuenta que cuando ante la luz ha sido vista, esta, la debilidad, pasa a ser pecado. ¿La razón? por que ya tenemos conocimiento de ello y sabemos que ante Dios Padre no es aceptada. Ya no tenemos excusa, ahora bien, desde ese momento y hasta que es plenamente aceptada, en cada ocasión deberemos pedir perdón y la sangre de nuestro Señor nos irá limpiando de ella y como no, cubriendo hasta que sea logrado. Hay entregas que son rápidas, las hay que necesitan de largos periodos de oración sincera.

Cada día debemos estar pendientes de cada detalle, de cada palabra que nos es dada, todo tiene un propósito ante Dios. Recordemos que todas las cosas son para bien de quienes aman a Dios. Y sepan ustedes que desde el momento que creemos en Jesucristo y lo aceptamos en verdad en nuestras vidas como Señor y Maestro, el Espíritu de Dios pasa a estar sobre nosotros y ante cada situación, ante cada error, ante cada desliz, nos muestra cada una de nuestras debilidades.

Es necesario que pase un tiempo, indeterminado, y que depende de la entrega voluntaria de cada uno, para poder ser llenos de el Espíritu Santo y por ello, entrar en su presencia, es decir, ante Dios siempre. Recordad: no es entrar de vez en cuando en Su presencia, sino ser uno con Él mediante Cristo Jesús, por siempre.

En un principio, ante nuestra cantidad de errores y demás impedimentos que en nosotros habitan por lo pecaminoso de nuestro ser carnal, y el cual, va siendo por nosotros conocido conforme a la luz que vamos recibiendo de Dios, el Padre, y en su gracia, unas veces mediante la Palabra y otras mediante otros hermanos, nos muestra y da luz de aquello que en nosotros debe dejar de tener lugar. Una vez visto, una vez entendido cual es la voluntad del Padre, debemos acudir a la oración hasta que ello deje de tener lugar en nuestras vidas, para pasar y después de ser entregado, a darle gracias por ello. Todo ello supone guerra, lucha, entrega... pero cuando se logra dejar atrás, se descansa y por siempre en Su presencia.

En nuestro primeros pasos predomina la suplica, el reclamo, la entrega, pero conforme vamos siendo regenerados y lavados por la Palabra, vamos viendo que en nosotros y cada vez más nuestras oraciones son llenas de acción de gracias al Padre, llenas de alabanzas, ahí y en ese tiempo, se empieza a saber y ver por la gracia de Dios, que es orar en Espíritu y verdad, es decir, como el Padre quiere que le adoren.

No atender aquello que nos reclama el Padre, será rebelión por parte nuestra, pero en esta ocasión ya no será contra hombre alguno, sino contra su Santa Palabra.

Quizás hoy no entiendas, pero si tomas de ello y lo guardas en tu corazón, en su día y por la gracia de Dios, recibirás Su luz, y por ella, crecerás inmensamente hacia su eterna presencia.

Que Dios te bendiga.