dimarts, de juny 12, 2007

Y la vida...

Hoy simplemente te comparto esta reflexión.

Jn. 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Veamos esto ahora:

Gál. 2:20 y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí.

Cristo es la vida, y es Cristo mediante su vida quien nos hace salvos, siempre y cuando en nosotros esté su vida. Quien no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Hay que hacer morir las obras de la carne por medio del Espíritu, para lograr tener vida, y esta vida, no es nuestra, no, es la vida de Cristo. Sin Cristo nada somos, así lo dijo Jesús: sin mi nada sois... por lo tanto; uno no es salvo, es Cristo quien le salva al impartirle su vida. Hay que morir, y al morir, nacemos del Espíritu, y este Espíritu es el de (o uno con) Cristo, y ya no somos nosotros, sino que Cristo vive en nosotros. Entonces pues, nosotros no somos salvos, sino que al morir, pasamos a ser uno con Cristo mediante Su vida... y por ello, aun que no lo parezca, en el momento que dejamos de guardar la (Su) Palabra, la cual es Cristo, porque Cristo es la Palabra de Dios hecha carne, desde ese momento, le estamos negando a Él mismo, y por consiguiente la vida que en verdad es Salva, Su vida, en nostros está siendo negada.

Un saludo y te bendigo.