divendres, de febrer 03, 2006

Tus primeros pasos

Para conocer a Jesús personalmente lo primero que debes hacer es pedírselo. Para ello, nada más deberás decirle que crees en él y que quieres que venga a tu vida, que te muestre la verdad y que te haga libre. Esto y claro está, deberá ser con el corazón, sinceramente, que no de sola palabra. Si así lo haces, con el corazón sincero, nuestro Señor Jesucristo vendrá a ti y te mostrará la verdad.

La verdad te ira siendo mostrada mientras escudriñas las escrituras, leyéndolas con la intención de captar la voluntad de Dios para con tigo. Deberás leerlas tranquilo, sin pretensión, sin centrarte demasiado en nada, sin buscar nada especial, nomás aquello que quiere Dios de ti, aquello que primeramente deberá cambiar en ti. Ten en cuenta que los primeros pasos, la primera obra que Cristo lleva a cabo en ti, es la de afianzar tu fe para con él, de ahí que sea necesario el no buscar más allá de aquello que te afecte a ti. Lee la Biblia asiduamente, parándote en aquellos versículos que de alguna manera reclaman tu atención, preguntándote que te están diciendo a ti, como pueden ser aplicados a tu vida, que ventajas sacarías de ello, en que glorificarías a Dios.

La primera obra de Cristo en tu nueva vida junto con él, suele estar centrada en aspectos de la carne, como ahora algún vicio (visible o escondido) alguna manía, algún rencor, las envidias, los malos pensamientos, la pretensión… todo dependerá de cada persona en particular, pues para Dios no hay dos iguales y por tanto, cada cual es guiado conforme su creación. Recuerda: aquello que Dios está haciendo en otros, no necesariamente te corresponde a ti de momento, cada cual tiene su momento para entregar lo suyo a Dios, ahora bien, estos pasos que hoy te indico de forma somera son pasados por todos, a diferentes niveles y formas, pero por todos los que en verdad se han entregado a Cristo nuestro Señor, pues son necesarios para llegar a recibir la guía del Espíritu Santo.

Cuando nuestra carne empieza a ceder terreno y va siendo moldeada por Cristo mediante Su Palabra, la cual y como dije, la vamos conociendo cada día por medio de las escrituras, Su obra pasa a un nivel más profundo y el cual es dominio del alma. Esta, el alma, es más complicada de entregar a Dios, pues ella es independiente, autosuficiente y como no, puede estar cargadísima de buenas intenciones, buenas obras, y falso amor, es decir, aquel amor propio que no el de Dios. Ahora bien, para que Cristo trabaje nuestra alma en profundidad, primeramente deberemos haber entregado a la cruz aquello que nos ha sido mostrado como necesario ser colgado en la cruz junto con Cristo. No abanzaremos hasta que no logremos negar aquello que Dios nos mostró y que es impuro en nosotros. Y como no, deberás ser Dios mismo quien te indique en cada momento que debes entregar a la cruz. Es muy importante que no te dejes influenciar por lo que hacen otros o te digan (cuidado: sí los deberas escuchar, porque Dios utiliza a sus elegidos para hacernos ver y avanzar) ya que esto te privará de conocer la voluntad real de Dios para con tu vida. Dios te muestra aquello que deberás cambiar en ti, a la vez que te va instruyendo e indicando como saber cual es su voluntad, de ahí que es muy importante que tu vida sea entregada conforme el Espíritu Santo te indica. Esto te ayudará a conocer su plena voluntad cuando seas llenado del poder del Espíritu Santo.

Recuerda siempre que es un camino a seguir, el cual es necesario ir paso a paso, y no, no hay atajos, toda parte del camino que hayamos saltado, en su momento nos pasará cuentas y será punto de apoyo de nuestro principal y gran enemigo el diablo, el cual, aprovechará para tirarnos cualquier dardo envenenado. Por ello y desde el principio, graba en tu mente que es un camino a seguir de principio a fin y sin atajos. Paso a paso, cada vez que te sea por Dios mostrada parte de la verdad, la tendrás que poner por obra en tu vida, hasta que está verdad no esté por obra y confirmada en tu vida, no podrás avanzar el siguiente paso del camino.

Quiero que sepas que el entregarte a Cristo, es creer en él por encima de todas las cosas, es decir, por encima de congregaciones, hombres, mandatos, doctrinas, sistemas, técnicas, etc. Su obra, su única obra, es llevada a cabo en su totalidad por el Espíritu Santo, tu camino es entonces pues, llegar a ser guiado en plenitud por él mismo. Si no logras hacerlo en estos primeros pasos, difícilmente podrás hacerlo mucho más avanzado.

Y no, no estoy diciendote que debes dejar de congregarte, o que debes hacerlo si es que no lo haces, aquello que te estoy diciendo es que te has entregado a Cristo y lo has puesto y aceptado como único Señor y Maestro, de ahí que deberás seguir los pasos que él te vaya indicando, negandote a ti mismo y tratando de conocer su voluntad. Siempre deberás poner por obra en tu vida aquello que te es mostrado. Y en cuanto a tu congregación, deberás respetarlos, pero ya dejaste de estar sometido a ellos, porque desde hoy, Cristo es tu Señor y Maestro.

En fin, por hoy me despido, pero no sin antes decirte que: te bendigo en Cristo.