diumenge, de febrer 26, 2006

Duro caminar

Conforme vayas viendo, entendiendo y acercándote a la verdad, más te irás dando cuenta cuanto hay que dejar atrás. Irás viendo que a la vez que avanzas, llegarán y de nuevo, empinadas cuestas y cerrados recodos, los cuales, no sabrás bien que hallarás al final.

Habrá momentos en el andar, en tu caminar diario, en que te verás triunfador por creer conocer la verdad, lleno de gracia, de unción pero… apenas unos pasos más adelante, cuando logres subir la empinada cuesta o cruzar el cerrado recodo, verás que de nuevo, al final, un inmenso valle ante ti nuevamente hallarás, el cual, será necesario aprender, reconocer y esperar de nuevo en Dios, para poderlo conquistar.

Ahí, ante ti, hallarás una nueva dimensión de la verdad, la cual, y ante su inmensidad, verás que todo camino andado, que toda lucha llevada a cabo, que todo aquello cuanto en ti mismo tuvo lugar, se quedará vacío, sin sentido, mientras ves y entiendes que de nuevo habrás de empezar y que el camino hasta entonces recorrido y en su totalidad, sólo fue el principio, el inicio, de un largo caminar lleno de vicisitudes y luchas continuas que sirvieron para llegar y de nuevo al siguiente valle, inmenso valle, que ante ti y de nuevo, Dios te ha dado para en su nombre conquistar.

Allí, ante el valle, inmenso valle, mirarás pero no verás, querrás pero no tendrás, te encontrarás de nuevo solo, buscando, tratando de hallar la forma de poderlo afrontar y curiosamente, con la sensación de que todo, absolutamente todo cuanto creías saber y conocer de la verdad, de nada te sirve aparentemente ya, sino más bien y de nuevo y con tremenda fe, deberás empezar desde el principio, como si nada hasta ese día hubiese tenido en ti lugar, como si nunca hubieses conocido la verdad.

Y de nuevo y sin aparente sentido, desconcertado, dudoso, sin objetivos fijos... buscando, indagando, tratando de hallar la verdad necesaria para poder y de nuevo avanzar hacia un lugar desconocido, inmenso y a sabiendas que estará lleno de más luchas, guerras y vicisitudes que te harán temblar y como no; te obligarán a plantearte seriamente si en verdad vale la pena tomar fuerzas y ponerte nuevamente a andar hacia lo desconocido, hacia aquello que no logras ver, que no logras hallar…

Entonces y sólo entonces mírate y di con todas tus fuerzas: No! no anduve hasta aquí para volver atrás, nada quedó, todo murió, es imposible e inconcebible el dar marcha atrás, pues todo, absolutamente todo cuanto dejaste atrás es ya irrecuperable, quedo para el nunca jamás.

Sin más y entonces pues, aférrate a la fe, a aquella que te llevo a buscar la verdad, dando un paso al frente, sin pensar y tembloroso y diciéndote a ti mismo. HAGASE TU VOLUNTAD!!!

Nada más hermano, sigue la guía del Espíritu Santo y hallarás aquí la verdad que hay.

Bendiciones y sigamos andando, nos vemos en la eternidad.