dilluns, de febrer 06, 2006

Pueblo de Dios...


Yo Raül, hermano vuestro y siervo de Dios rescatado de entre los gentiles por la gracia y obra de Cristo nuestro Señor. A todo el pueblo Santo y en el nombre de Dios.

Cada uno de vosotros, lo hijos de Dios, se quede donde está, que nadie busque ya más en si mismo, que todos esperen en Dios. Dios va a dar a cada cual en su Justa medida aquello que le corresponde ante Dios. Atended todos:

Los que estáis en la llanura: volved al monte, al lugar de oración, centrad todas vuestras fuerzas en el pueblo de Dios. Para que todos sean levantados, llenos de obra y gracia del Espíritu Santo para gloria eterna de Dios y Cristo nuestro Señor.

A los de la azoteas y alto de las casas, es decir, los ministros en nombre, obra y gracia del único Dios y su hijo Cristo nuestro Señor. Quedaos donde estáis, que nadie os baje de vuestro lugar, tomad posesión de vuestro don. No busquéis, no cedáis, luchad por dar a conocer la verdad de Cristo nuestro Señor. No bajéis a tomar nada, quedaos donde os ha llamado Dios. Sed fuertes, santos, como os ha enseñado Dios.

A los que estáis en los campos, fuera del pueblo de Dios. No volváis a vuestras casas, no busquéis vuestros vestidos, el tiempo ha llegado, volveos a Dios. Orad por el pueblo Santo, desde el lugar donde os ha llamado Dios. Orad, orad por todo el pueblo de Dios.

El tiempo está llegando, deberéis ser fuertes, valientes, soportadlo todo en Cristo nuestro Señor. No os dejéis engañar. El tiempo está llegado y todo el que luche y aguante hasta el final, será recompensado. No cambiéis vuestra condición. Quedaos donde habéis sido llamados por Dios.

No creáis a nadie. Sabéis bien quien es Dios. No os dejéis engañar. El tiempo está llegado, es hora de levantarse, ¡levántate pueblo de Dios!

Luchad, sed fuertes. No temáis, cada cual entregue su vida a la obra y gracia de Dios. Levántate pueblo Santo, ha llegado el tiempo de tu liberación. Aguantad hasta el final, cada cual donde ha sido llamado por Dios se quede para gloria de Cristo nuestro Señor. Que nadie cambie su condición, que nadie trate de salvar su vida, porque esta ha sido consagrada a Dios.

LEVANTATE PUEBLO SANTO, EL TIEMPO DE LIBERACIÓN HA LLEGADO. ENTREGATE ENTERAMENTE A DIOS. DIOS TE ESTÁ LLAMANDO. ¡ESCUCHAD VUESTRO CORAZÓN!

Bendiciones hermanos. Sed fuertes. El final de los tiempos está llegando. Viene Cristo nuestro Señor.