dimecres, de gener 07, 2009

Unos pasos más...


La Iglesia, hoy, está mal. En verdad cuando la miro, cuando desde el Espíritu la miro, veo claramente que la Iglesia, hoy, está mal.

Y me pregunto: ¿podemos hacer algo por cambiarla?... pues a la verdad, y conforme voy andando, en mi mismo se halla la respuesta: ¿qué estoy haciendo por cambiarla?... nada.

El principal error que veo en mi no es otro que en demasiadas ocasiones mis ojos están puestos en los otros, y por ello, no veo que el gran problema y siempre se halla en mi, y...

A la verdad, ahora mismo, no se ni que decir. Lo cierto es que quería escribir y expresar aquello que es mi deseo hoy para con la Iglesia, pero como es normal, viene el desconocimiento, por tanto que sin la guía del Espíritu, todo razonamiento, todo deseo, todo, es en vano.

Hoy entiendo que no todos los que dicen Señor, Señor, entrarán en el Reino de los cielos, no todos, sino aquellos que hacen la voluntad del Padre. Y que curioso, ahora puedo entender que no está hablando de los que serán Salvos, sino de aquellos que tendrán junto con Cristo un lugar privilegiado.

Así es, ahora resulta ser que todos cuanto creen en Cristo Jesús, todos, son salvos, pero nada tiene que ver con reinar con Cristo en su momento dado.

Y me puse con ello, a ver cual es la diferencia, y de repente recordé que Pablo nos dice que corría para alcanzar la corona prometida...

¿La corona prometida?... vaya, esto y a su vez encaja con lo que nos dice Apocalipsis en varias ocasiones: a los vencedores!!!

¿Soy un vencedor?... hoy, no. ¿Tengo todo cuanto necesito para vencer?... Sí, en Cristo Jesús, sí. ¿Entonces pues que está pasando?... 

Ay, hermano, e aquí la cuestión: queriendo nada logramos...

Dios os bendiga.