divendres, de gener 25, 2008

Desde el corazón...

Vamos a dejar que las palabras fluyan, no vamos a tener una intención primera, no, más bien vamos a dejar que su obra se realice, que sea el Espíritu Santo quien se exprese, y por ello, todos, recibamos vida.

No siempre estamos dispuestos a compartir unas palabras de amor para con los otros, no siempre estamos dispuestos a mostrar que en verdad somos cristianos y, no siempre estamos dispuestos a reconocer el Señor ante los hombres.

Bien, ¿y qué mas os da?, al fin y al cabo sois muchos los que habéis dejado de lado vuestra relación personal con el Padre, sois muchos los que habéis olvidado que uno murió por todos (2Cor. 5:14), Jesucristo, y muchos sois los que tan siquiera tenéis muy claro hasta que punto se consumó en la cruz (Jn. 19:30) la voluntad de Aquel que tanto amó al mundo, que a su Hijo unigénito dio... (Jn. 3.16)

Estáis vacíos, sin sentido, y menos acudir al Dios y Padre de Jesucristo el Señor, y nuestro (Jer. 33:3). En vez de ello; una vez, otra y otra, vuestros ojos, esperanzas y la plenitud de vuestro ser mismo está volcado hacia todo cuanto el mundo falsamente os ofrece y a sabiendas que bien nos es dicho que no: ¿No sabéis que ser amigos del mundo es ser enemigos de Dios? Cualquiera que decide ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios (Sant. 4:4).

Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos (Mar. 12:27). Y hoy, exactamente hoy, es un día para volver a la vida en Cristo, la cual, mis hermanos, únicamente tiene lugar mediante el Espíritu. Dios es Espíritu (Jn. 4:24).

Y seguimos compartiendo, sin aparente sentido, y todo, porque vuestros ojos no están puestos en Aquel que lo es todo, en Aquel que su vida dio por amor a ti, a mi, a todos, pero no; Dios es un Dios justo, tremendamente justo, tanto que: todo quien le ama, y guarda su Palabra, todo quien cree en el Hijo, es lleno de sus promesas, de sus dones, de su Gracia plena (Jn. 14.12-31).

Pero no: andáis y muchas veces, por no decir de continuo, detrás de todo cuanto el mundo falsamente ofrece, lo cual es una trampa, una mentira, un engaño; pues del polvo venimos, y sin su aliento de vida, por mucho que nos pese, al polvo volveremos.

Uno es el camino, la verdad, y la vida, y él lo es Jesucristo (Jn. 14:6), el Señor, el Hijo que Dios nos dio, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda más tenga vida eterna (Jn. 3.16).

Y sigo adelante, y sigo expresando un gran vacío, pero vacío que no se halla en mi, no, sino en ti, mi hermano, en todo aquel que dice ser cristiano, pero que a causa del mundo ha dejado de lado Aquel que lo es todo, Aquel por cual se es Salvo, Jesucristo.

Y me dirán, muchos lo dicen, ¿para qué ser Salvo?, ¿de qué ser Salvo?, de ti, justamente de ti, mi hermano. De tus ambiciones, de tus rencores, de tu orgullo, de tus pretensiones, de tu carne... (Rom. 8:7-8), de todo cuanto nomás son cargas impuestas por el afán carnal y no regenerado de conseguir por medio del mundo aquello que únicamente en Dios puede ser hallado: el reposo prometido para todo Su Pueblo Santo (Heb. 4:9-10).

Y sí, somos llamados a ser santos como Él es Santo (1Ped.1:16). Pero ello, mis hermanos, lo olvidáis, y así estáis, en el recuerdo de Aquel que un día nos llamó a ser de Él, uno con Él, tanto, que su vida dio por ti, por mi, y por todos cuantos con corazón sincero invocan el Nombre del Señor. Por cierto; solo hay un Nombre, dando por Dios a los hombres, por cual podemos ser Salvos (Hech. 4:12), y este Nombre nos es dado desde el principio de los tiempos (Jn.1:1-5; Apoc.19:13; y Cf. Efes.1:3-10).

Y seguimos compartiendo, pidiendo a Dios Padre y en el Nombre de Jesucristo el Señor que su Luz, que su Vida, que su Don, venga a vosotros, que os llene, que...

Basta!! mis hermanos, ya basta!! aquí, hoy, todos, somos uno ante Dios, y cada cual ha de andar y por si mismo el camino, no solo, por supuesto, pues Promesa es y de Él viene: NUNCA TE DEJARÉ SOLO (Heb. 13:5).

¿Le crees?... bien, pues vuelve al principio, a tu sencilla fe como la de un niño (Luc. 18:17). Vuelvan a casa mi hermanos, volvamos a casa, juntos, unidos en un mismo ser y sentir en Cristo (Efes. 4:1-6).

Nos vemos, en casa, donde Dios ha dispuesto. En ella, todos, seremos bien recibidos, pero atentos: todos cuantos acudamos con el debido vestido (Mat. 22:2-14).

Y les dejo, por hoy me despido, no sin antes pedir a Dios Padre y en el Nombre de Jesucristo el Señor que sirvan estas palabras para que a la verdad, Su Luz, hoy, haya brillado en tu corazón.

1 comentari:

Alejandra ha dit...

Raúl:
En algún momento compartimos un comentario en el chat evangélico, y compartimos una amiga en común, depresive ana o tambien conocida como mariposula por medio de la cual entre a tu blog.
Justamente ayer estuve pensando en los deseos de mi corazón y como sin malas intenciones nuestros ojos a veces no estan puestos en las cosas espirituales sino en las carnales.
Gracias a Dios tenemos al Espíritu Santo que nos muestra la dirección correcta.
Bendiciones, te invito a visitar mi blog esta recomendado en el blog de mariposula.
Me parece interesante continuar compartiendo contigo lo que el Señor por su miresicordia revela a nuestras vidas.
Chao.