dissabte, de setembre 23, 2006

¿Quién eres o quieres ser?

Que Dios Padre y el Señor Jesucristo te bendigan.

Hay dos caminos a tomar: el de servir a Cristo, o, el de servir a la “denominación”. La diferencia radica en...

1.- Para ser siervo de Jesucristo y servirle solo a Él, es necesario cargar con la cruz y seguir allí donde Él vaya. Para ello, es necesario el negar y por nuestra parte todo cuanto pueda ser piedra de tropiezo. Desde ese día, el de nuestra unión total con Él, terminaron los intereses propios, particulares y por encima de todo, denominacionales.

Los nacidos del Espíritu, los que siguen a Cristo allí donde Él se dirige, son como el viento, es decir: que nadie sabe de donde vienen y menos aun a donde van.

Cada verdadero siervo de Cristo tiene un llamado concreto y a la vez distinto, pero todos y a la vez, son un único sentir y ser de Cristo, todos y unanimamente tienen una única misión “llamado” en común: UNIR TODO EN CRISTO.

Deberemos tener muy en cuenta y a la verdad que; hay que haber muerto y nacido de nuevo. Es decir: haber nacido del Espíritu y por tanto; todo cuanto fue la vida pasada, la cual, estaba sujeta a principados y potestades del mal, y los cuales, obran siempre mediante nuestra carne, mente y alma, han dejado de tener dominio sobre nosotros TOTALMENTE. Siempre, por supuesto, y por siempre; deberemos estar atentos, pendientes y en oración continuada, por tal de no caer y de nuevo en tentación y por ella, la falta de atención, quedar y de nuevo sometido a sus artimañas y engaños continuos que una y otra vez tratarán de someternos a sus malignas voluntades.

Todo ello es un trabajo de a diario (nuestro andar en Cristo), continuo, por siempre, pero por la gracia de Dios Padre y mediante Su Palabra, se va entendiendo, viendo, comprendiendo, aplicando y por ello, muriendo a nuestro ser carnal, a nuestra alma y como no, a nuestros propios intereses y voluntades, los cuales, son reinados de los principados y potestades del mal.

2.- Por otra parte; están los que sirven al templo (“iglesias" particulares dadas), los cuales, siempre entienden que en ellos está la verdad más acertada, defienden -consciente o inconscientemente- lo suyo por encima de los otros como más correcto y justo. Tienen sus propias tradiciones, normas, mandatos, formas y conceptos, los cuales, solo son bien vistos y aceptados en plenitud por todos sus miembros.

Estos, aun dependen de todo ello, no son libres, aun no siguen al Señor allí donde Él les indique (no han logrado ser guiados por el Espíritu Santo), y todo ello, porque aun no les es posible, por haber en ellos y aun, pricipados y potestades que aun les dominan y principalmente, mediante su mente. Cuidado!! todos, absolutamente todos, por ello han de pasar necesariamente. Sin ser visto mediante la luz de Dios, no se puede comprender y por ello entregar a la cruz.

Todo cuanto defienden, todo cuanto entienden, todo cuanto de aun dependen, les impide cargar con la cruz y seguirle. Ahora bien, los hay que su llamado está entre ellos, porque Dios y en su gracia no a todos los hizo libres, siervos, discípulos movibles que por donde Él va, ellos le siguen.

También y como no, cada cual acude allí donde por su forma natural de ser y entender es Dios… (es decir, por ellos mismo, a falta de ser regenerados en plenitud por el Espíritu de Dios) En otras palabras, que no todos los que está en un lugar dado, y por él, cerca de Dios, podrían estar en otro determinado, porque este, les daría la sensación de no ser el correcto para llegar a Dios. Pero todos y a la vez, en sus respectivos lugares, están en el lugar que ha dispuesto Dios, por tal de aprendan que es la autoridad delegada, el estar sometido a ella y… todo cuanto Dios considere es necesario para recibir y en su día, a Su Hijo, Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.

Es conclusión y a quien por la gracia de Dios entienda:

1Cor. 7:22 Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo.

Gál. 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

Gál. 4:1 Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;

Ahora, sin pretensión alguna por mi parte, sino porque así lo entendí era voluntad del Señor que os hablara de ello. Que cada cual se escudriñe así mismo y ante Él; determine quien es a día de hoy ante Dios y cual es su voluntad de servir. En base a ello, empiece a pedir, y Dios le dará a tal cual ha dispuesto desde antes de la creación para cada uno de vosotros en concreto.

Que el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo te bendiga inmensamente en su paz, reposo y plena sabiduría en unión al Cristo, el Hijo del Dios viviente.