dimarts, d’octubre 23, 2012

Reflexión: ¡El llamado de Dios!


Para todos aquellos que, ya habiendo madurado en la fe, están sintiendo el llamado de Dios para estos tiempos. La Paz del Señor sea con vosotros:

¿Sientes que Dios te está llamando? Bien, presta atención: Dios y solo Dios es quien puede llamar a sus siervos, a aquellos quienes le van a servir conforme a su plan eterno. Nadie puede levantarse por si mismo, ni por mandato o deseo de persona alguna, si en verdad va a ser usado por Dios para aquello que solo Él y en su sola potestad ha dispuesto para el bien de los muchos.

Pero cuando Dios te llama lo puede hacer de dos modos: 1) Te puede llamar hacia dentro, a formar parte de una comunidad establecida o; 2) lo puede hacer hacia fuera, es decir, a salir de ella y emprender un camino que va a necesitar por tu parte de ser andado por fe en su mayor grado de expresión. Sabiendo, y es importante no olvidarlo, que el Señor nunca te llamará a la división, porque la Iglesia es un cuerpo, el de Cristo, y Él su Cabeza, única cabeza. Pero Dios y en su potestad siempre llama para un propósito claro y para el bien, siempre, de todo su pueblo y sin acepción.

Quizás tú, hoy, aunque lo sientes, estés dudando del llamado de Dios porque ves que Él te está mostrando que has de salir fuera, del lugar donde te sientes cómodo y crees es donde debes estar y permanecer. Pero no olvides que el Señor y en ocasiones llama a salir del redil, a dejar de andar tras el rebaño, para un propósito mayor y conforme a su voluntad.

Leamos y reflexionemos que nos dice la Escritura:

2 Sam 7. 8 Por lo tanto, dile a mi siervo David que yo, el Señor todopoderoso, le digo: ‘Yo te saqué del redil y te quité de andar tras el rebaño para que fueras el jefe de mi pueblo Israel; 9 te he acompañado por dondequiera que has ido, he acabado con todos los enemigos que se te enfrentaron y te he dado gran fama, como la que tienen los hombres importantes de este mundo. 10 Además he preparado un lugar para mi pueblo Israel, y allí los he instalado para que vivan en un sitio propio, donde nadie los moleste ni los malhechores los opriman como al principio, 11 cuando puse caudillos que gobernaran a mi pueblo Israel. Yo haré que te veas libre de todos tus enemigos. Y te hago saber que te daré descendientes, 12 y que cuando tu vida llegue a su fin y mueras, yo estableceré a uno de tus descendientes y lo confirmaré en el reino. 13 Él me construirá un templo, y yo afirmaré su reino para siempre. 14 Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Y cuando cometa una falta, yo le castigaré y le azotaré como todo padre lo hace con su hijo, 15 pero no le retiraré mi bondad como se la retiré a Saúl, al cual quité para ponerte a ti en su lugar. 16 Tu dinastía y tu reino estarán para siempre seguros bajo mi protección, y también tu trono quedará establecido para siempre.’ ”

Ahora bien ¡cuidado! Para nosotros solo hay un Rey y Señor, Jesucristo. Nunca lo olvides. Y es a Él a quien hemos de servir y representar siempre, como verdaderos enviados de parte de su Señor. Teniendo muy presente, en todo momento, que todo cuanto hagamos, todo cuanto Dios y en su gracia obre por medio de sus siervos, nos ha de llevar a decir cuando hayamos hecho todo lo que nos ha sido ordenado, y conforme la enseñanza del Señor:

Luc. 17:10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.

Y no, de ningún modo te estoy diciendo que salgas de lugar alguno. Y mucho menos que vayas a lugar alguno, o que te unas a nadie en concreto. Solo te digo que Dios es Dios, y solo el Señor es quien puede y en verdad mostrarte cual es su voluntad y, sea cual sea esta, si en verdad has sido por Él llamado, es la que has de llevar a cabo aunque te suponga abandonar todo cuanto conoces, todo cuanto te da seguridad, todo cuanto incluso en apariencia es contrario a lo que te han enseñado hasta el día de hoy.

Pero eso sí, ten muy presente que Dios nunca obra contrario a su Palabra. Nunca va más allá de aquello que ya nos ha sido revelado y que la Iglesia de todos los tiempos ha aceptado y acepta como verdad de Dios de forma unánime y sin división ni aversión alguna. Todo cuanto de Dios venga a nuevo siempre será conforme su Palabra, sin salirse de ella, y mucho menos contradecirla de modo alguno. Pero Dios te puede llamar de un modo a su obra que tan siquiera habías logrado imaginar. Por ello no te aferres a lo conocido, sino deja que sea Dios, y solo Dios, quien te muestre cual es su voluntad, sin olvidar, porque escrito está, que:

Jer. 17:5 El Señor dice: “Maldito aquel que aparta de mí su corazón, que pone su confianza en los hombres y en ellos busca apoyo."


Y lo repito: No te estoy diciendo ni que salgas, ni que entres, solo te indico que la voluntad de Dios está por sobre todas las cosas, y que si Dios te está llamando tanto a entrar, como salir, es porque tiene un plan que, aunque hoy no lo veas ni entiendas, en su momento los debidos frutos dará para Su Gloria.

No te aferres a lo conocido, a lo que te da seguridad. Da el paso de fe, espera y confía en Dios y verás su gloria. Pero antes de dar el paso, sea cual sea este, no lo hagas sin tener la plena certeza y convencimiento de que está siendo y en verdad la voluntad de Dios la que te está convenciendo, y si estás dispuesto a entregar tu vida hasta el final, sea cual sea el precio que hayas de pagar.

Viene un tiempo de cambio. Dios, y todos sus hijos lo vamos viendo, va a obrar de un modo fuerte y potente. Estate preparado, porque si en verdad eres uno de los suyos, de un momento a otro serás por Él llamado, y tendrás que salir (o entrar) únicamente con lo que es esencial: ¡CONFORME A LA PALABRA QUE DIOS Y PARA ESTOS TIEMPOS TE ESTÁ DANDO YA!

La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sea contigo y los tuyos.

En Cristo Jesús, Raül Gil
–I♥LaCasa–