dimarts, d’octubre 23, 2012

Hola Papá, te vengo a decir que…


Ni más ni menos que esta es la actitud que todo creyente en Cristo Jesús ha de tener ante el único Dios verdadero. Ante el Todopoderoso. Tan simple como ello.

Jesús no vino a establecer ninguna nueva religión. Ni tan siquiera vino a imponer mandatos o leyes algunas. Todo lo contrario, Jesús vino a borrar de sobre la faz de la tierra todo aquello que resultaba ser un impedimento para acercarse al único y verdadero Dios, Padre de Jesucristo y Padre nuestro.

Consumado es (todo está hecho). Estas fueron las últimas palabras de Jesús en la cruz momentos antes de entregar su espíritu al Padre: ¡CONSUMADO ES! Ya nada más queda por hacer, ya todo cuanto Dios tenía que hacer en pos de nosotros ha sido hecho, consumado. Y hoy, gracias a Jesús tenemos acceso directo a Dios Padre, a su mismísima presencia. Un Dios Padre que nos ama como jamás nadie nos ha amado, y que está deseoso de manifestar su amor a todos cuantos en Él creen y confían.

Pero lo olvidamos. Olvidamos que Dios es Padre, un verdadero Padre. Olvidamos que Dios no dudó en darnos a su unigénito hijo en la cruz, para que borrase y eliminase por siempre todo obstáculo e impedimento hacia su santísima presencia. Que nuestro Señor Jesús vino a mostrarnos el camino al Padre, eliminando todo cuanto impedía el acceso al Dios verdadero, y que desde entonces todo quien cree en Cristo Jesús, el primogénito del Padre, le es dada la potestad de ser hecho hijo de Dios.

Nunca hemos de olvidar que Dios es Padre, nuestro Padre, y que nos ama. La próxima vez que acudas a Dios, hazlo como un verdadero hijo, tomando tu lugar y confiando plenamente en que Él te escuchará, te atenderá y te dará todo cuanto le pidas si ello es conforme a su Palabra y voluntad. Y sin dudar que Él te ama, y que está deseoso de mostrarte y manifestarte su amor por ti. Qué siempre está ahí, que nunca cambia, que nunca te olvida, y que jamás te desamparará por grandes que sean las dificultades que se presenten en tu vida, y cada día.

No. No mires a Dios como un ser lejano, como un Padre que no vela por sus hijos, como un ser extraño, como si fuese un desconocido. No, todo lo contrario: mira a Dios tal como es, tal como la Palabra nos lo muestra y da a conocer. Un Dios Padre que no ha dudado en enviar a su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, para que pagase con su propia vida el precio por nuestro rescate.

Dios es Padre. Ni es una religión, ni es un método, ni mucho menos es una filosofía. Dios es el Padre de tus sueños. Confía en Él, porque Él confía plenamente en ti, y por ello no dudo en venir a rescatarte y darte nueva vida juntamente con su unigénito Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Tanto te ama Dios, tanto confia en ti, que no ha dudado en venir a buscarte y dar su vida, como hombre verdadero, por ti.

La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sea contigo y todos los tuyos. Amén.

En Cristo Jesús, Raül Gil
-I♥LaCasa–