dijous, de juliol 23, 2009

Que fácil es...


Si mi Señor, que fácil es el perder la comunión. Eres tan sensible, Espíritu Santo, que al menor descuido perdemos la comunión. No es que te perdamos a ti mi Señor, sino que por causa de la transgresión que nos hace incurrir en pecado, en un acto pecaminoso, en esos momentos se ve ya claramente resentida nuestra unción.

He necesitado tiempo e instrucción para poder percibir cuan delicada es la unción. Como podemos contreñir al Espíritu Santo que mora en nosotros a la menor transgresión que nos hace pecar. Ante cualquier acto indebido se puede sentir como se debilita en nosotros su luz, su brillo, su dulce voz.

Eres tan dulce, tan caballeresco, tan sensible, tan santo... Espíritu Santo: he de pedirte perdón, y como no; pedirte que me ayudes a vencerme a mi mismo, porque es en mi carne, en mis pensamientos, en mi yo más profundo, donde una y otra vez sucumbo a la tentación.

Lo se: tiempo atras, el Padre, que bien sabía que aun era un niño, me consentía lo que hoy ya no puede tener lugar en mi. Vamos por su gracia recibiendo, viendo, entendiendo y, como personas maduras –que vamos madurando– lo que antes era un sí consentido, hoy es un claro no.

Gracias Señor, cada día más aprendo a escuchar tu voz, dulce voz. Que consuela, que corrige, que sana, que quebranta, que...

Sigo andando el camino, tu camino, el que por gracia de Dios Padre, en unión a ti mi Señor, el Espíritu Santo me va mostrando cada día en lo más profundo de mi corazón. Ese corazón nuevo que tú me has dado, que en verdad te busca, que en verdad tiene hambre de ti, que desea servirte, honrarte, glorificarte...

Señor, quiero vivir tu vida, quiero que tú vivas más y más en mi. Me entrego a ti, con todo mi ser, con todas mis fuerzas, con todo mi corazón, pero aun así se que necesito de ti; en cada paso, en cada decisión, en cada...

Gracias Señor, confío en ti.