diumenge, d’abril 20, 2008

Cirilo de Jerusalen (II) ...


Que la Paz del Señor sea contigo:

Hoy seguiremos conociendo a Cirilo de Jerusalen (313-387 d.C), doctor de la Iglesia que como ya indiqué, es conocido y principalmente por sus "XXIV Catequesis", y siguiendo con su "IV catequesis" (los diez dogmas)", veamos y leamos el "dogma II":

ACERCA DE CRISTO (dogma II)

Cree también en el solo y único Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, Dios engendrado de Dios, engendrado como vida de la vida, como luz de luz, semejante en todo al Padre, que no comenzó a existir en el tiempo, sino que fue engendrado desde la eternidad antes de todos los siglos y antes de todo lo que se pueda pensar. El es la sabiduría, el poder de Dios y la justicia en persona, y está sentado a la derecha del Padre antes de todos los siglos. Pues no fue coronado por Dios, como algunos pensaron después de su pasión ni se sentó a su derecha como premio a su paciencia. En realidad tiene la dignidad regia desde el comienzo de su existencia (aunque ha sido engendrado desde toda la eternidad): siendo Dios, su sabiduría y su potestad, se sienta junto al Padre, como ya se ha dicho; reina juntamente con el Padre y lo gobierna todo con él. Nada absolutamente le falta de la dignidad divina y tiene un conocimiento perfecto de aquel por quien ha sido engendrado como él es a su vez conocido por quien le engendró (cf. Jn 10,15). Para decirlo en resumen, recuérdese lo escrito en los Evangelios: «Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo» (Mt 11,27).

Pero no separes al Hijo del Padre ni creas, al relacionarlos, en una «filio-paternidad» como mezcla de uno y otro. Cree, en cambio, en que es el Hijo unigénito de Dios, Dios-Palabra antes de todos los siglos. Pero no es palabra que, una vez pronunciada, se perdió en el aire ni semejante a las palabras que carecen de consistencia sólida y propia: es la Palabra-Hijo, creador de quienes se sirven de la palabra y de la razón; es la Palabra que escucha al Padre y habla él mismo. Si Dios lo permite, hablaremos de estas cosas en su momentos, pues no nos olvidamos de nuestro plan, que es ahora enumerar sólo los temas de una necesaria introducción a la fe. (ver fuente)

Que Dios te bendiga.