dijous, de novembre 03, 2005

Impresiones

En un primer momento, en mis primeros pasos, Dios dejó un mensaje en mi corazón muy claro y conciso: que hiciese ver que el final de los tiempos se está acercando y que la iglesia de Cristo deberá volverse a Dios de una vez por todas y dar por y para siempre toda la Gloria a Dios Padre, por medio de su hijo Jesucristo, el Cordero de Dios.

Después de largo tiempo apartado de toda congregación, de todo hermano, de todo lo que se conoce por iglesias de Cristo (jamás antes me congregué). Finalmente el Espíritu Santo puso en mi la necesidad de congregarme, de acudir al que dice llamarse su pueblo. Bien, esta fue y hasta hoy, una muy mala experiencia, pues todo aquello que el Espíritu me mostró, todo aquello que me dio a conocer era iglesia de Cristo, todo aquello que me hizo entender que había que morir y como no obrar en mi para en verdad ser hijo de Dios, yo, no lo he logrado ver en aquellos que he tenido ocasión de congregarme y que al igual que yo, dicen llamarse iglesia de Jesucristo mi Señor. (no estoy diciendo que no haya congregaciones del agrado de Dios, hablo de una en concreto y a la cual acudí durante 9 meses)

Después de haber salido del mismísimo infierno, después de haber entregado voluntariamente mi vida a Dios, después de haber sido guiado por el Espíritu Santo y mostrarme este, el Espíritu de Dios, todo cuanto había que morir en mi, en lo más profundo de mí, para en verdad ser hijo de Dios. Llegó el momento de acudir y dar a conocer aquello que en mi puso Dios. Pero no, no fue aceptado, tan siquiera logré en aquellos que durante largo tiempo me congregué, el ser escuchado. No, el único propósito que había en ellos, era que me sometiese a los que dicen llamarse entre ellos, ministros de Dios, y como no: antes de tener autorización para poder hablar u opinar sobre la verdad de Dios, yo y primeramente, debía aprender mucho respecto a que era y según ellos, Dios, y como obraba Él dentro de... de su sistema y religión (sin ver las cosas tal cual ellos las muestran, no puedes ser guiado por Dios, pues ellos son los que determinan quién o quienes son los ungidos en verdad por Dios). Pero lejos de haber dudas en mi de que todo aquello que me fue mostrado era incorrecto, fue todo lo contrario, Dios me había mostrado que sí, que aquello que el puso en mi, que aquello que me fue mostrado por el Espíritu Santo para el bien y como no, de todo el pueblo de Dios, es cierto y está sucediendo tal cual lo había predispuesto y, desde el principio, Dios. Gracias a Dios Padre, mi Señor Jesucristo ya me avisó que sucedería esto que a mi y en esta congregación en particular me pasó: !Que no creerían en el mensaje del hijo de Dios!

No hermanos, no. Dios me hizo ver muy a las claras que: todo aquel que no reconozca y crea en verdad que Jesús es el Mesías, el hijo de Dios; el único digno de adoración, de alabanza, de gloría, de... no era hijo de Dios. Dios me hizo ver y entender que todo cuanto necesitaba para ser de su agrado era el que yo aprendiese a ser guiado por el Espíritu Santo. Que para en verdad ser su hijo, debía tomar ejemplo y guía de Jesucristo mi Señor. Porque él, Jesucristo, entró en mi vida cuando yo se lo pedí y desde ese momento, empezó en mi la gran transformación, la verdadera conversión. Empezó a mostrarme la verdad, a mostrarme el camino, a mostrarme que si seguía sus pasos... hallaría la libertad. Pero cuidado: esta verdad me fue y es mostrada por medio de la Palabra, de su lectura, de escudriñarla, de memorizarla y como no, de ponerla primeramente y por obra en mi vida como muestra en mi y para otros, de la gracia y obra de Dios.

Libertad que no ofrece ninguna religión, ni doctrina de hombre alguno. Por ello y en el nombre de Dios quiero decirte que: para en verdad ser salvo, para en verdad conocer y ser del agrado de Dios, deberás morir a todo cuanto te han mostrado de Dios y centrarte y de una vez por todas en conocer y pedir a Dios que te de y en el nombre de Jesucristo, el Espíritu Santo prometido. Solo entonces, solo cuando Dios te llene de su presencia y te deje ver su gloria, andarás el único camino que te dará la libertad, al conocer la única verdad, y que no es otra que: EL TESTIMONIO DE JESUS NO DEPENDE DE NINGÚN HOMBRE, EL MISMO DA TESTIMONIO DEL CAMINO, DE LA VERDAD Y DE LA LIBERTAD. EL DA TESTIMONIO DE SI MISMO Y POR SI, A TODO AQUEL QUE SE LO PIDA DE CORAZÓN... simplemente hay que morir a todo propósito, a todo sentimiento a todo cuanto nos pide nuestra débil condición... morir, morir y nacer de nuevo, para ver y palpar aquí y ahora !EL REINO DE DIOS!

No, no es fácil, es un largo camino que supone el recorrerlo toda una vida, pero... cada paso, cada centímetro recorrido, cada prueba superada te acerca más y más a Dios y ves como cada día, cada hora, cada minuto, tu lucha por morir a tu yo, te lleva a una presencia divina que para nada... !HERMANO: SIGUE EL CAMINO, VIVE LA VIDA, VIVE LA LIBERTAD QUE SOLO HALLARÁS CUANDO TE ENTREGUES CON TODO TU SER A JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR!

Y no, no te estoy diciendo que dejes de congregarte, sino que saques a la luz aquello que te está pidiendo Dios, y que te es mostrado o lo será, por medio del Espíritu Santo que Jesucristo nuestro Señor te dio.

Y para terminar recuerda: Todo ministro de Dios, todo hijo verdadero de Dios, siempre te mostrará y ayudará a conocer por ti mismo a Jesucristo nuestro Señor. Te llevará a los mejores pastos, te enseñará a ser guiado por el Espíritu Santo y cuando estés preparado, te dejará y si esa es tu voluntad, a los mismísimos pies de Dios Padre y Jesucristo nuestro Señor... el Rey de reyes, el Señor de Señores, el Hijo primogénito de Dios.