dimarts, de novembre 08, 2005

El alma engañada

Muchos son hoy los cristianos que andan llenos de gozo, de satisfacción, de paz, de voluntad, de... sensaciones de el alma que sin darse cuenta les apartan cada día más de la verdad. Y la principal razón no es otra que: han dejado de ser guiados por el Espíritu Santo, por la falsa verdad que su alma les produce. Y esta actúa así y en la mayoría de los casos, por haber sido tomada por nuestro enemigo el diablo.

Para entenderlo, veamos esto: La mayoría de cristianos han aprendido la Palabra -los hay que incluso han llegado a memorizarla- han estudiado y estudian cada día en su casa, oran, ayunan, acuden periódicamente a su congregación... todo cuanto en apariencia les pide Dios, pero... NO, no se dan cuenta que todo cuanto hacen, todo cuanto progresan, todo cuanto consiguen; es debido a su esfuerzo, a su constancia, a su tesón, a sus obras. Y ello: les produce satisfacción, alegría, gozo y un sin fin de sensaciones que por desgracia no son en verdad obras de Dios, ni están aprobadas por Él. La mayoría de cristianos hoy, han dejado de lado la guía del Espíritu Santo en pro de seguir su alma, la cual, a pasado a ser gobernada por una falsa espiritualidad, producida esta y quizás, por un error en la interpretación de la Palabra. Y su alma, como perfecta conocedora de su "YO", ha simulado el que estén en paz al proporcionarles aquello que les hace creer es correcto para con Dios. Su alma y bajo la influencia de esta falsa espiritualidad les ha hecho creer que todo aquello que les sucede, todo aquello que sienten, que les da gozo, todo aquello que parece ser correcto ante Dios, es realmente por SU gracia, pero NO. No hermano, las sensaciones son muy peligrosas y cuando uno empieza a conocer la obra real y única que el Espíritu Santo realiza en nuestras vidas conforme a la voluntad de Dios, aprende que para nada puede confiar en este tipo de sensaciones que sólo son producto de su alma sometida a una falsa espiritualidad, influenciada esta quizás por... veamos: ¿Si no es guiada por Dios, quién pues la guía? Ahora bien, no siempre es necesario que esté influenciada por el diablo, hay gente muy noble, repleta de buenas intenciones, pero fuera de la presencia y propósito de Dios, al hacerlo todo por sus propias emociones, sentimientos y anhelos de la carne.

El alma cuando no es guiada por nuestro espíritu y este a la vez no lo es por el Espíritu santo, está totalmente fuera del propósito de Dios. Por ello, todo aquel que anda conforme a la voluntad de su alma, no es guiado por el Espíritu de Dios y por consiguiente no es aun aprobado por Él. Porque recordemos esto: las obras de la carne no agradan en nada a Dios y; nuestra alma forma parte de la carne, la cual, está condenada ante Dios por el pecado acaecido por Adán. De ahí que nos sea imperiosamente necesario el morir y nacer de nuevo, nacer del Espíritu, para agradar y como no estar, dentro del propósito real de Dios. Y todo ello: tal cual nos lo indicó e indica hoy por medio del Espíritu Santo, Jesucristo nuestro Señor.

Una de las principales causas que llevan a esta confusión es la falsa paz que se siente. Es ahí en el sentir de esa falsa paz -dada posiblemente por un engaño del diablo- donde está el mayor peligro que un cristiano pueda encontrarse en su camino hacia Dios padre y Jesucristo nuestro Señor.

Veámoslo así y por si fuera su caso: Hasta hoy usted ha estado haciendo aquello que le han enseñado es lo correcto ante Dios: ha acudido y acude periódicamente a su congregación, a la escuela dominical, a seminarios y por qué no, al instituto bíblico. Y es más: ora cada día, ayuna de vez en cuando, lee la palabra, diezma, ofrenda... y a la vez; ha dejado de lado ciertos vicios y manías, ha dejado de mentir, ha dejado incluso ciertas amistades... en fin, ha dejado de hacer muchas de las cosas que hacía antes de conocer a Dios. Hasta hoy, su "YO" se encuentra a gusto consigo mismo porque no hay nada en usted, en su conciencia, que le acuse de nada malo ante Dios, por ello, cree erróneamente estar en paz con Dios. Bien, eso está bien, pero no es conforme a la obra de Dios, por la sencilla razón que todo cuanto ha hecho ha sido usted quien lo realizó, con su voluntad, con sus conocimientos, con sus dones, con sus propósitos, CON SU ALMA y la cual; no está aun sometida a la voluntad de Dios. Por ello, esta siendo usted y no Dios quien determina SU obra, es decir: todo ello y hasta hoy son sus obras y como bien debe saber; la salvación es por fe que no por obras. Ahora bien: ¿quiero decir con esto que hasta hoy su vida no ha tenido un progreso en la obra de Dios? Por supuesto que no, al contrario, ya que todo conocimiento adquirido, toda renuncia llevada a cabo, todo cuanto hizo por creer que andaba dentro del plan de Dios, le será de gran ayuda cuando en verdad sea guiado por el Espíritu Santo. Pero claro, hay un pequeño problema: deberá morir a muchas de las cosas que hasta hoy creía eran por y para la obra de Dios. Es decir: DEBERÁ MORIR A SU YO para que toda obra que tenga lugar en usted pase a ser y sea conforme la voluntad de Dios. Y no, no es negarse a uno mismo de forma radical. Su personalidad, su forma de ser, su vida, sus ilusiones continuarán estando, pero ahora ya dentro del plan de Dios y conforme SU propósito. Tenga encuenta que usted es hijo de Dios y por consiguiente representa su Reino aquí en la tierra. Por lo tanto; todo cuanto haga en SU nombre deberá ser conforme Él se lo muestre, ordene e indique. Y como no: deberá recordar siempre que la verdad le hace libre; todo lo contrario, todo cuanto en usted le impida obrar conforme a su voluntad, ya no es de Dios. Bien nos lo indicó Jesús: "y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Jn. 8:32). No confunda las cosas; usted puede hacer su voluntad, pero ahora ya, dentro del plan de Dios. Si no lo entendiese, deje pasar el tiempo y en su momento lo entenderá, pues hay pasos previos que necesariamente deberá pasar antes de llegar a esta verdad. Tenga presente que hay un largo camino que recorrer, tan largo como lo será su vida.

Ahora y si es su caso u otro similar, deberá pedir a Dios que le de la guía del Espíritu Santo, por medio de su hijo Jesucristo, para que Él empiece a mostrarle todo aquello que en usted no es obra de Dios. Tenga presente que hasta que no llegue a un punto en el cual, se sienta totalmente vacío, totalmente sin recursos y reconozca que sin Dios, sin SU guía, sin la obra redentora de Jesucristo en usted, no será nada para Él, no estará andando plenamente en Espíritu y...

Sólo un detalle más y para terminar: el alma, allí donde está dentro de usted, la puso el Señor, así que no es algo malo ni despreciable, es un regalo de Dios. Sólo que su idea es que su alma se sujete a su espíritu lleno de SU Espíritu. Los problemas comienzan cuando el alma hace lo que se le da la gana. NO debemos despreciar ni destruir nuestra alma, debemos sujetarla al Espíritu Santo que mora en nuestro espíritu humano.

Bien, mejor lo dejamos y sea usted quien trate de descubrir por si mismo hasta que punto ha dejado de lado la guía del Espíritu Santo en pro de los intereses de el alma, la cual, deberá determinar cuanto antes que espíritus están gobernándola.

Hasta la próxima hermano. Quede con Dios.