dilluns, de febrer 25, 2008

En Él Sí, y en Él Amén

2Cor. 1:20 porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.

Mucho me temo que la mayoría de ustedes, al igual que a mí me sucedió, aun no han logrado bien entender este versículo tan extraordinario que nos trae Pablo en su 2 Carta a los Corintios... ¿verdad?, sí, verdad, absoluta verdad, y ahora lo vemos:

Leamos bien, pongamos toda nuestra atención en estas breves palabras, y empezamos con: todas la promesas, atentos, no les está diciendo algunas, no les esta diciendo ciertas, no, exactamente Pablo nos está declarando, manifestando, y haciéndonos ver que TODAS LAS PROMESA DE DIOS, TODAS, son en Él, CRISTO, Sí. Y no hay más vueltas que darle.

Cuando la Escritura declara TODAS, son TODAS, sin acepción. Y mientras no tomemos esta Escritura como PALABRA de Dios, mientras no lo hagamos, será simplemente eso, letra, la cual y como bien nos es dicho, mata.

¿Qué diferencia hay entre Escritura (letra), y la Palabra de Dios?... simple y sencillo: LA PALABRA DE DIOS ESTÁ VIVA, y es más cortante que una espada de doble filo.

Pero volvamos al versículo de entrada y recordemos de nuevo: TODAS las promesas de Dios son en Él Sí... Pero atentos, nos añade, para ya no dar pie a duda alguna: y en él AMÉN. No es que Pablo nos dice que TODAS las promesas son en Él Sí, sino que nos añade y en Él Amén.

¿Y qué podemos tomar en claro de ello?... simple y sencillo. En Cristo Jesús no existe ni oscuridad, ni mentira, ni engaño, ni debilidad, ni falta de nada, pues Cristo Jesús ya venció y por siempre y; TODAS las promesas de Dios son en Él Sí, y en Él Amén.

En otras palabras y concluyendo: Todo está hecho, consumado, toda rodilla ante Él ha de doblar, todo principado y potestad le está sujeto, es más; la Escritura declara que todas las cosas le están sujetas... ¿verdad?... Sí, en Él Sí, y en Él Amén.

Entonces pues, mis hermanos, es hora de dar gracias a Dios, reconocer que en Cristo Jesús todo es un Sí, y un Amén, y que todo cuanto Dios nos ha prometido, en Cristo Jesús es VERDAD PLENA.

Ahora bien, Satanás siempre pretenderá hacernos dudar, siempre, pero no, a la verdad, única verdad: TODAS LAS PROMESAS DE DIOS SON EN ÉL SÍ, Y EN ÉL AMÉN.

En Cristo Jesús, el Sí, y el Amén de Dios, les bendigo.