dimecres, de febrer 07, 2007

Por voluntad propia...

En estos días aquello que realmente estoy viendo es mi ser más profundo, aquella parte de mi más arraigada y que forma tan parte de mi vida carnal, anímica y desde siempre, que es necesario y mucho sufrir para poder y a la verdad ser entregado.

Te estoy hablando de aquello que es la más grande de nuestras debilidades, por ser aquello que gusta y en abundancia el ser carnal; es decir, la mas profunda de nuestra naturaleza humana. Está y en nosotros tan oculta, que a la verdad, todo el proceso llevado por el Espíritu en mi y hasta hoy, solo tenía un fin, el llegar a sacar a la luz todo ello.

Te estoy hablando de la voluntad por encima de uno mismo, del cansancio, de la desgana, de la comodidad, del a mi me gusta así, así soy yo… es decir, una suma de factores, que ante la ya falta del personal propósito en la vida, de atracción por el mundo y todo lo que él ofrece, sin ya ambición carnal por nada… te ves y claramente que sólo queda una opción posible, la cual; no es otra que andar por pura y dura voluntad, y la cual, solo ha de ser movida por la voluntad de hacer y siempre aquello que le agrada a Dios conforme a Su Voluntad.

No es fácil, aun espero el empuje carnal, el sentirme dispuesto y animado a moverme, y ello, ya no está, ha desaparecido y plenamente. Ya sólo queda la voluntad, pero atento, el enemigo está haciendo una presión tan fuerte, tan escondida, tan sutil, que ha sido necesaria la luz de Dios para poder darme cuenta que, por culpa de mirarme a mi mismo, a lo que me agrada, a mi comodidad… el enemigo ha ido y cada vez más anulando esta voluntad, tanto, que la tengo a ras de cero, tanto, que nada más pensar de hacer algo, ya tengo un ataque constante hacia ella, pleno, tremendo.

¿Mal momento?, sí, muy malo, pero al menos ya viéndolo, puedo orar por ello y… nada; o por voluntad, o muero en el intento. Pues ya no hay nada más donde poder acudir en mi, ya no queda ni motivación, ni interés, ni atracción, ni propósito, nada… pero a la vez, queda mi YO más profundo, el de siempre, el de toda la vida, el que en verdad es mi ser más oculto, y…; este se aferra como última esperanza de subsistir y por él mismo, lo cual, da pie al enemigo para hacerse fuerte, tremendamente, pues todo su esfuerzo, en plenitud, está centrado en que esta, mi voluntad para con Dios, quede anulada, pues bien sabe que el día que sea libre, todo estará ya resuelto, habré nacido de nuevo.

Que Dios Padre y Jesucristo el Señor derramen su gracia y paz para con todos vosotros.

1 comentari:

Anònim ha dit...

Hebreos 4:12

Dios te continúe bendiciendo.