dijous, de gener 10, 2013

También los demonios creen, y tiemblan



Sant. 2:19.- Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan
 ¿Tienes temores? ¿Tienes dudas? ¿Te ves acorralado? ¿Te ves sin salida? ¿Tiemblas antes la adversidad?... Lee bien, los demonios también creen, y tiemblan.

Si todo ello se está dando en tu vida, si estás teniendo dudas o temores. Si te estás viendo sin salida, si tienes miedos ocultos… te sugiero que rectifiques ante el Señor, porque ello, como hemos leído, es lo que les acontece y sucede a los demonios que, creyendo que Dios uno es, que existe, que es, aun así tiemblan.

Todo ello se da en nosotros, los creyentes, cuando hemos caído de la fe, cuando nos hemos dejado llevar por las mentiras y engaños del diablo, y en vez de creer en las promesas y palabra de Dios, estamos dudando de las mismas y, por ello, dejando de dar alabanza y gloria a Dios.

¿Qué es la fe? Escrito está: "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve". Y el enemigo sabe muy bien que si logra sembrar en nosotros la duda, el desconsuelo, el temor, ya ha logrado apartarnos de la fe y, por ello, e igualmente está escrito; "hemos dejado de agradar a Dios, por tanto que sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan". 

Mírate a ti mismo ahora. Mira si ves que existe en ti algún temor, alguna duda, algún desconsuelo, si estás temblando por lo que te está aconteciendo, etc, y si se está dando, ten la certeza que tu fe está siendo débil y que el enemigo está tratando de engañarte y apartarte del Señor.

Es tiempo de oración y lectura bíblica, e incluso ayuno de ser necesario. Es el momento de acudir al Señor, y a solas con él, en tu habitación; contarle tus temores y dudas hasta ser librado de ellas. Y lo debes hacer, porque cuando se da el temor, cuando temblamos por todo cuanto nos está pasando y como hemos leído, es muy posible que se está dando la fe de los demonios en nosotros mismos, por tanto que estos, aun creyendo en Dios, TIEMBLAN DE MIEDO.

Si crees, pero tiemblas de miedo, escrito está que estás creyendo conforme creen los demonios mismos. Revisa tu condición, y no dudes de acudir al Señor y clamar porque te restaure de nuevo y quite de ti todo espíritu de derrota, engaño y temor.

En Cristo Jesús, Raül Gil