dijous, d’abril 16, 2009

El camino...


Levantarse por la mañana. Un día más. Lo primero y como tantas veces, el mirarse a uno mismo: vacío, dudoso, ausente... no. Este no es el camino.

Largos días de silencio, de andar perdido entre mis pensamientos, mis anhelos, mi... yo mismo, un día y otro, y otro... no. Este no es el camino.

Desgana, desaliento, ofuscación, desespero... un día más perdido, sin sentido, buscando en mi, una vez, y otra y otra... no. Este no es el camino.

Un futuro, una vida mejor, un estar lleno de gozo, un... no. Este no es el camino.

Y ando, y sufro, y caigo y me levanto de nuevo, y duele, y sigo... ¿es este el camino?.

¿Cual es el camino?... el dejar de ser, el no ser y en absoluto uno mismo. El desprenderse de si mismo, el clavar los ojos en Aquel que lo es todo. En... ¿es este el camino?...

Sigamos andando, el tiempo es quien cura todas las heridas, y Él, mi Señor, es quien tiene la última palabra. La espero, en ella está el verdadero consuelo.

Silencio. El silencio de nuevo. Gracias Dios mío.