dimecres, de maig 31, 2006

No estéis divididos

Hermanos; en el nombre de nuestro Señor Jesucristo os ruego que os pongáis de acuerdo y no estéis divididos. Acudid con corazón sincero ante Dios. Solo así lograremos la unión del Cuerpo. Bien sabéis que no hay forma humana posible de lograr la unión, porque esta, y como bien dicen las Escrituras, solo es posible por obra y gracia de Cristo nuestro Señor. Él y sólo Él es la cabeza, y hasta que toda Su Iglesia no esté dispuesta a reconocerle como único Maestro, Rey y Señor, no habrá unión posible del Cuerpo, es decir, Su verdadera Iglesia.

Que si “católicos”, que si “protestantes”, que si “evangélicos”... ¿Acaso Cristo está dividido? ¡No!. Hermanos; hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Y todo, absolutamente todo, está sujeto en Cristo nuestro Señor. Entonces; quede claro que hasta que no os volváis todos personalmente a Dios Padre, mediante la gracia y obra de Cristo nuestro Señor, y Él: os guíe, os instruya, os sane y os indique Su propósito, el del Padre, en lo más profundo de vuestro corazón, no habrá unión posible del Cuerpo y por consiguiente...

Hermanos; estamos ya en el tiempo de derramamiento del Espíritu, de volverse a Dios. Terminaron los intermediarios, aquellos que usurpan, para su condenación, el lugar de Cristo nuestro Señor. Ahora es tiempo de verdad, de fe, de búsqueda real de Dios. Y Dios, su Espíritu, mora en nuestro más profundo interior, limpio este, por la muerte en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Sí, en lo más profundo, allí donde la sabiduría de hombre alguno puede llegar porque es necesaria la obra, única obra, del Espíritu Santo. Y este, el Espíritu de Dios, está ansioso y deseoso de revelaros la verdad de Dios Padre para el tiempo que corre hoy. Y no os pide mucho, simplemente que creáis en aquel que os llamó a su luz, es decir, Jesucristo nuestro Señor.

¿Hasta cuando estaréis encadenados y sometidos a sistemas y autoridades que no aman en verdad a Dios? ¿Hasta cuando andaréis persiguiendo aquello que no es más que oscura e impura ambición? ¿Hasta cuando seguiréis a hombres que en el fondo son reflejo de aquello que desea vuestro más profundo y pecaminoso corazón?.

Hermanos; es tiempo de abandonar ambiciones, luchas, recelos, críticas, envidias, vanaglorias… es tiempo de volverse personalmente a Dios Padre por medio de Cristo nuestro Señor. Es tiempo de mirar el tronco de nuestro ojo y dejar las pajas para Dios.

¿No entendéis? Entonces es tiempo de pedir a Dios Padre la guía y luz del Espíritu Santo y ver en su gracia, esta verdad que me ha sido dada por Jesucristo nuestro Señor para este tiempo, el tiempo de volverse con corazón sincero a Dios Padre y Cristo nuestro Señor.

Efesios 4:3-7: "3 procuren mantener la unidad que proviene del Espíritu Santo, por medio de la paz que une a todos. 4 Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como Dios los ha llamado a una sola esperanza. 5 Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; 6 hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos. 7 Pero cada uno de nosotros ha recibido los dones que Cristo le ha querido dar".

Que el Señor Jesucristo derrame su gracia sobre vosotros.