¿Te has hecho alguna vez esta pregunta?, es muy sencilla, lee bien: ¿cual es el valor de una vida?... medítala y hablamos.
¿Ya lo has hecho?, ¿ya lo has meditado?... bien, pues olvídate de todos tus pensamientos, de todas tus ideas, de todas tus ilusiones, pues nada de todo ello sirve para nada, y esto, te lo digo por experiencia, para nada, absolutamente para nada sirve.
Una y sencilla es la razón: ¿quien eres?, ¿sabes quien eres?... nada más que polvo, y al polvo volverás, y ello es para todos; ricos, pobres, famosos, sin fama, bellos, menos bellos... todos, absolutamente todos serán en su día polvo, pues de la tierra vienes y a la tierra has de volver.
Y te preguntarás a que viene esto ¿verdad?. Bien, pues quiero hablarte de ello, sin más, a tal cual es, sencillo, sin complicarlo en nada. Viene a que por mucho tiempo -toda una anterior vida- he andado buscando una razón verdadera por tal de ser quien siempre quise ser, pero que jamás he logrado saber, y al final, por largo tiempo de búsqueda, al final, he visto quien soy, y todo ante Él, mi Señor Jesucristo. Y sí, ahora ya lo entendí, ya vi que nada en este mundo puede darme lo que Él, mi Señor, me está dando: Paz.
¿Paz? seguro que te estás preguntado: ¿paz?... Sí, Paz, pero atento, no como la da a conocer el mundo, no, PAZ en mayúsculas, y con ella me quedo.
Ahora todo está cambiando, ahora le quiero por encima de todo, ahora ya no quiero saber que opinan unos u otros, no, ahora quiero no perder la Paz que en Él he hallado, y ahora; empiezo de nuevo, y queda, un largo camino, pero yo así lo he decidido y así y desde hoy voy a ir andando, cada día, en cada momento, sin lugar a duda alguna dado.
Me queda, y tanto, errores anteriores han de ser solucionados, y los serán, y tanto, pero ahora, ahora ya no espero más, ahora le predico, le reconozco ante ti, ante el mundo entero, el es el Cristo, el Hijo del Dios vivo y verdadero. Él me ha dado la vida, y tanto, y a ello me apego. No, nada quiero más que su Paz, inmensa Paz, y con ella me quedo.
¿Entendiste?... si no ha sido así, bien; tienes quien te hablará de ello, está vivo, llamando, continuamente, simplemente es necesario un paso de fe y al instante lo tendrás a tu lado. ¿Lo dudas?, bien; ello está siendo todo cuanto te está impidiendo el disfrutarlo, porque Él está vivo, Jesucristo es quien te está llamando.
Apoc. 3:20 Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos.
Por lo tanto, dicho está, dicho queda, y con Cristo ando hacia la meta de una vida, eterna, a tal cual es Su Promesa. Por lo tanto: ¿Das el paso de fe y vives por siempre, o continuas hacia el polvo al cual estás sentenciado?.... Tú eliges.
En Cristo Jesús, te bendigo.
¿Ya lo has hecho?, ¿ya lo has meditado?... bien, pues olvídate de todos tus pensamientos, de todas tus ideas, de todas tus ilusiones, pues nada de todo ello sirve para nada, y esto, te lo digo por experiencia, para nada, absolutamente para nada sirve.
Una y sencilla es la razón: ¿quien eres?, ¿sabes quien eres?... nada más que polvo, y al polvo volverás, y ello es para todos; ricos, pobres, famosos, sin fama, bellos, menos bellos... todos, absolutamente todos serán en su día polvo, pues de la tierra vienes y a la tierra has de volver.
Y te preguntarás a que viene esto ¿verdad?. Bien, pues quiero hablarte de ello, sin más, a tal cual es, sencillo, sin complicarlo en nada. Viene a que por mucho tiempo -toda una anterior vida- he andado buscando una razón verdadera por tal de ser quien siempre quise ser, pero que jamás he logrado saber, y al final, por largo tiempo de búsqueda, al final, he visto quien soy, y todo ante Él, mi Señor Jesucristo. Y sí, ahora ya lo entendí, ya vi que nada en este mundo puede darme lo que Él, mi Señor, me está dando: Paz.
¿Paz? seguro que te estás preguntado: ¿paz?... Sí, Paz, pero atento, no como la da a conocer el mundo, no, PAZ en mayúsculas, y con ella me quedo.
Ahora todo está cambiando, ahora le quiero por encima de todo, ahora ya no quiero saber que opinan unos u otros, no, ahora quiero no perder la Paz que en Él he hallado, y ahora; empiezo de nuevo, y queda, un largo camino, pero yo así lo he decidido y así y desde hoy voy a ir andando, cada día, en cada momento, sin lugar a duda alguna dado.
Me queda, y tanto, errores anteriores han de ser solucionados, y los serán, y tanto, pero ahora, ahora ya no espero más, ahora le predico, le reconozco ante ti, ante el mundo entero, el es el Cristo, el Hijo del Dios vivo y verdadero. Él me ha dado la vida, y tanto, y a ello me apego. No, nada quiero más que su Paz, inmensa Paz, y con ella me quedo.
¿Entendiste?... si no ha sido así, bien; tienes quien te hablará de ello, está vivo, llamando, continuamente, simplemente es necesario un paso de fe y al instante lo tendrás a tu lado. ¿Lo dudas?, bien; ello está siendo todo cuanto te está impidiendo el disfrutarlo, porque Él está vivo, Jesucristo es quien te está llamando.
Apoc. 3:20 Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos.
Por lo tanto, dicho está, dicho queda, y con Cristo ando hacia la meta de una vida, eterna, a tal cual es Su Promesa. Por lo tanto: ¿Das el paso de fe y vives por siempre, o continuas hacia el polvo al cual estás sentenciado?.... Tú eliges.
En Cristo Jesús, te bendigo.
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