divendres, de novembre 28, 2008

Anímense y levanten cabeza...


Luc. 21:28 Cuando comiencen a suceder estas cosas, anímense y levanten la cabeza, porque muy pronto serán libertados.” 

¿Dónde tenemos puestos nuestros ojos?... a la verdad, muchas veces, allí donde no debemos. Por tanto que si leemos el contexto donde nos es dada esta enseñanza de nuestro Señor Jesucristo, bien veremos que a la verdad, los Cristianos, nada debemos temer, ni mal alguno para con nosotros esperar.

Leyendo el contexto, vamos viendo como el Señor nos va mostrando el que será el fin, pero con un particularidad, a nosotros, a todos nosotros, nos exhorta una y otra vez a alegrarnos, a animarnos, a estar contentos, por tanto que llega el tiempo de su gloriosa venida.

Pero verán, hoy, vamos a ser más sencillos, vamos a centrarnos en nosotros mismos, en nuestra propia vida, y meditemos a tal cual vamos viendo...

¿Nos encontramos mal?, ¿Estamos pasando problemas y vicisitudes?, ¿Todo aparenta ir mal?... Bien, pues una linda palabra nos da nuestro Señor: ¡ANIMENSE Y LEVANTEN CABEZA, MUY PRONTO SERÁN LIBERTADOS!

Muchas veces olvidamos que la Palabra de Dios está viva, que en verdad es ella quien nos da vida. Y por sobre todo, que aun hablando de un futuro "incierto", a la verdad, cada día, y en cada momento, NOS ESTÁ HABLANDO, NOS ESTÁ EXHORTANDO, y por sobre todo, ANIMANDO para este mismísimo momento.

Deberíamos aprender a no ir más allá de cada día, de cada momento. Deberíamos recordar y siempre que en Cristo, todo, es un presente. Que la Palabra, cuando por él nos es dada, en ese momento, en ese preciso momento DEBE SER APLICADA.

Como he dicho, y la Escritura a su vez dice, LA PALABRA DE DIOS ESTÁ VIVA, CUMPLE SIEMPRE SU PROPÓSITO Y NUNCA VUELVE A ÉL VACÍA. Pero no siempre lo tenemos presente, no siempre recordamos que Dios nos ama, y por ello, cada día; siempre que acudimos a él con un corazón sincero, humilde y sencillo, siempre, respuesta debida nos es dada.

¿Vicisitudes?, ¿Problemas?, ¿Desgana?, ¿Temor?, ¿Duda?, ¿Desaliento?... AMÉN! ANIMENSE Y LEVANTEN CABEZA, MUY PRONTO SERÁN LIBERTADOS!!! Es Palabra DE VIDA ETERNA.

Y recuerden siempre: 

Mat. 6:34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. 

Que Dios Padre, y en el Nombre de Jesucristo el Señor, derrame sobre vosotros su gracia y don.

dijous, de novembre 27, 2008

Oremos...


Hoy, leyendo un libro de la Editorial Verbo Divino "Lectio Divina para cada día del año. Vol. 1", en la lectura comentada correspondiente a este día, leí esta oración que seguidamente te comparto:

¡Señor, eres la roca eterna y tus palabras son verdad y vida!

Ayúdame a construir mi vida en tus palabras, sólo así descubriré el cimiento que no vacila, una roca en la que estaré firme, un refugio seguro en las vicisitudes de mi existencia, una lámpara para mis pasos y luz en mi camino.

Perdona Señor mi necedad por cuantas veces he buscado mi plenitud en otra parte, mi cimiento lejos de ti; por cuantas veces he construido sobre arenas movedizas mis proyectos sin confrontarlos con los tuyos, ilusionándome con la autosuficiencia de mis palabras en vez de con una amorosa y gozosa obediencia a tu voluntad.

Señor, acepta mi alma arrepentida y mi corazón humillado, ya que deseo ser y no aparentar; quiero llegar a ser, contando con tu ayuda, un miembro vivo de tu pueblo y anhelo caminar contigo en humildad y justicia, para poder morar en tu ciudad santa.

Sobran mis palabras. Que Dios te bendiga.

Entre dientes...


Si hoy, ahora mismo, tuviese que escribir por tal como me siento, a la verdad, nada escribiría, por tanto que me encuentro realmente confuso, apagado y sin ningún proyecto seduciéndome lo suficiente como para moverme en absoluto a hacer nada.

Pero este sentir, mi hermano, ya lo vengo sufriendo desde hace mucho, pero que mucho tiempo. Sí, somos muy dados a mirarnos a nosotros mismos, de hecho, cada día, al levantarnos, ya tenemos todo nuestro ser centrado en nosotros mismos.

No tengo ganas de escribir, ahora mismo lo dejaría, como tantas veces lo hago. Es decir: me pongo ante el teclado, empiezo a escribir, y a la segunda o tercera línea me viene la desgana, el sentimiento de desaliento, y lo dejo, borro lo escrito hasta ese momento, cierro la ventana, y mañana, otro día, y así un día tras otro.

Pero hoy no, sigo tecleando, sigo escribiendo, y a la verdad, sin importarme en lo más mínimo que pueda al final terminar diciendo, compartiendo, o...

Y se repite, mucho tiempo llevo con ello, y ahora mismo recuerdo que alguna vez leí que hemos de evitar a toda costa el caer en la pasividad. Sí, ahora lo recuerdo, y pienso: ¿será esto, mi Señor, lo que me está sucediendo?... ¿habré caído en la pasividad?... ¿me habré dejado seducir por la que es una de las tantas debilidades de la carne, y por ello, Satanás, me está llevando y cada vez más a ser pasivo?...

Es posible, y por ello, ahora, ya tengo un deber ante Dios, ya tengo un porqué acudir a Él y decirle: Mi Señor, me siento mal, me siento desganado, no veo proyectos en mi que me muevan a... No se, a la verdad no se que oraré, por tanto que suelo esperar la guía del Espíritu, y...

Bueno, os dejo, ahora ya tengo un deber, un acudir a él y pedirle luz y consejo. Presentarle lo que ahora mismo acabo de ver, pero que aun no logro comprender, y... a esperar debida respuesta por parte de él. 

¿Qué haré cuando por su gracia respuesta reciba?... no lo se, por tanto que en cada momento, en cada paso, a la verdad, es necesario y siempre su sustento, su guía, su luz, su alimento. (Rom. 8.14)

Es todo, un saludo, y en breve, Dios mediante, nos vemos de nuevo.

Bendiciones de lo Alto.

dissabte, de novembre 22, 2008

Carta para un hermano...


Hola mi querido hermano:

No quiero que confundas las cosas: por donde tú estás pasando, debemos pasar —y pasamos— todos los que en verdad buscan a Dios. Me imagino que hubo un tiempo en el cual sentías la presencia de Dios y disfrutabas con ella. Bien, eso es normal, Dios y a todos nos da tremendamente su presencia para que sepamos de él y su gracia.

Ahora bien: esta presencia y en el fondo, sólo nos llena a nosotros en particular, es decir; que sólo nos gozamos nosotros y, por ello, andamos detrás de Dios por la gran satisfacción que nos produce su presencia en nosotros. Pero sabes, para Dios esta no es la forma que le agrada le sigamos. No, Dios y llegado el momento nos retira esta -su- presencia para ver si en verdad le amamos tanto a las buenas como a las malas. Si seguimos amándole tanto cuando nos da, como cuando nos quita.

Querido hermano; como ya te dije —y deberás metértelo en la cabeza de una vez por todas— y ante todo: Dios está en ti, Dios te cuida cada día y jamás, repito, jamás, se apartará de ti. Pero recuerda que Dios quiere gente que ante cualquier adversidad, ante cualquier problema... esté dispuesta a entregarse por él. Es por ello que nos retira su presencia para que aprendamos a quererle sin ella. Es decir: para que no dependamos de ella para obrar en su Nombre.

Andas bien en Cristo, andas bien en Dios, pero dependes aun y mucho de tus estados de ánimo. Cuando estás bien, cuando estas gozoso ¡GLORIA A DIOS! Ahora bien, cuando estas triste, cuando estas agobiado ¿MURMURAS CONTRA DIOS Y QUIEN SE PONGA POR DELANTE?... A esto se le llama, porque lo es, un acto de rebeldía que aun hay en ti hacia Dios. ¿Entiendes?

Mi hermano; debes confiar más en Dios. Deberás plantearte seriamente que Dios está en ti siempre y que mientras dependas de tus sentimientos, de tus anhelos... no podrás descansar. Si tú solamente haces la voluntad de Dios cuando él te da gozo a cambio, pero por el contrario, cuando no le sientes, cuando crees TÚ que no está en ti, no haces nada… ¿como quieres que confíe en ti para darte aquello que te tiene preparado?

Mira, estás en una etapa en la cual Dios te está probando y como no, te está llevando a un punto en el cual aceptes a Dios por encima de todas las cosas. El no quiere cristianos carnales y con sentimientos, él quiere cristianos espirituales y que no dependan de sus sentimientos. ¿Y sabes por qué? Porque mientras dependas de tus sentimientos, a la mínima de cambio, TE REVELARAS contra Dios. 

Y mírate hoy para entender: cuando estás mal, cuando tus sentimientos te agobian, no dudas en negarle, en dejarle de lado, en murmurarle… y no sólo a él, sino a todos cuantos están a tu lado (no te paras a pensar el daño que puedas hacerles y no, no puedes dejarlos de lado, son tus amigos y hermanos) es por ello que Dios ha apartado de ti su presencia (al igual que lo hace con todos los que le buscan en verdad) para que tú aprendas a quererle sientas lo que sientas y estés como estés.

Así pues, deberás pedirle a Cristo nuestro Señor que te muestre la verdad que necesitas para luchar esta batalla que tienes entre manos. Si lo haces con fe, si le muestras a Dios que ante la adversidad puede contar contigo, no te verás para nada defraudado.

Ten en cuenta que por donde tú estás pasando, antes, todos los hijos de Dios lo han pasado, y: todo aquel que no haya pasado por ello, no sabe nada de andar conforme al Espíritu de Dios. Es necesario pasar por ello para poder conocer en verdad la guía del Espíritu Santo.

Nada más, pero recuerda: no temas, no dudes, acepta aquello que estás viviendo y entregárselo a Cristo. Debes aprender a crucificar tus sentimientos en la cruz de Cristo. ¿Qué como se aprende?... Pidiendo mi querido hermano, pidiéndoselo a Cristo y esperando en Cristo, tan simple como ello.

Ánimo hermano, estás andando el camino!!!!


dilluns, de novembre 03, 2008

Los Santos...


La Biblia llama "Santo" a aquello que está consagrado a Dios. Por tanto, siendo que Dios es un Dios de vivos que no de muertos, deberemos empezar a bien entender que: Los “Santos” de Dios, es decir, los que Él y para si ha consagrado; siguen estando vivitos y coleando. Para Él, que no para nosotros, por tanto que todos hemos de ser juzgados, sin acepción, el día por Dios dispuesto, que es cuando serán abiertos los libros, y también el otro libro, que es el libro de la vida mismo. Pero a los ojos de Dios, todos ellos, sus consagrados, están vivos, por tanto que lo que Dios da no lo deroga.

Ahora bien; esto nunca deberemos tratar de entenderlo a un nivel carnal, en base a nuestro particular y propio razonar, por la sencilla razón que aquí, en este asunto y en concreto, es necesario todo el discernimiento espiritual que la palabra “Santo” conlleva.

Como está escrito, y ya he señalado, lo que Dios da no lo deroga, y si Dios ha consagrado a hombre o mujer alguno para su servicio, por siempre ante Él estará consagrado, a sus ojos será por siempre un Santo, aunque no necesariamente lo sea igualmente para los ojos de los hombres.

Siendo que los Santos consagrados a Dios, en su vida, siempre actuaron a conforme Su voluntad, ellos, por siempre, siguen siendo escuchados por Dios, me explico: Todas sus oraciones, todas sus súplicas, todas su intenciones, cuando fueron expuestas ante Dios, mientras estuvieron entre nosotros, estas, fueron por Él aceptadas, y a día de hoy las mismas, que no otras, siguen intercediendo ante Dios en clara alabanza para con Él, e intercesión perpétua para con –y por– todo el pueblo santo.

Dios no olvida, siempre tiene presente a su pueblo. Y los Santos de Dios, aquellos que por Dios fueron consagrados, dan testimonio contínuo ante Él, en nombre de todos cuantos hoy estamos esperando. Las oraciones que los Santos hicieron en vida han quedado por siempre ante Dios intercediendo por todos nosotros.

Un Santo es también quien ante el llamado, no duda y voluntariamente consagra su vida a Dios, es también quien ha entregado todo su ser al servicio de Dios, y a su vez, un intercesor eterno ante Dios, por tanto que Dios es un Dios de vivos, que no de muertos, y todo aquel que ha sido consagrado por Dios mismo, siempre está presente ante Dios hasta el día del juicio, que no es otro y como he dicho, en el que serán abiertos los libros, y el otro libro, el de la vida.

Bueno, es un tema que necesita de oración, de meditación, y como no, de entrega total al Evangelio, por tanto que solo son Santos aquellos que en verdad han entregado sus vidas junto al Cordero.

Quizás otro día les hable más de ello. Hoy, considero más debido el dejar que el Espíritu obre en cada uno de ustedes, los que están oyendo.

Que Dios Padre, y en el Nombre de Jesucristo el Señor, derrame su gracia y paz sobre todos vosotros.