dimarts, de febrer 26, 2008

De quién es Dios Padre?...

De sus hijos, justamente de sus hijos, los cuales:

Jn. 1.13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Ahora nos es de necesidad recordar esta Palabra del Señor Jesús:

Jn. 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

Muy bien, aquí lo tenemos, y Pablo lo confirma y a su vez:

Rom. 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

Entonces pues: ¿De quién es Padre Dios?...

Recordemos la Palabra del Señor: El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

Y lo dejamos, es más que suficiente por hoy.

En Cristo Jesús, el Señor, les bendigo.

dilluns, de febrer 25, 2008

En Él Sí, y en Él Amén

2Cor. 1:20 porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.

Mucho me temo que la mayoría de ustedes, al igual que a mí me sucedió, aun no han logrado bien entender este versículo tan extraordinario que nos trae Pablo en su 2 Carta a los Corintios... ¿verdad?, sí, verdad, absoluta verdad, y ahora lo vemos:

Leamos bien, pongamos toda nuestra atención en estas breves palabras, y empezamos con: todas la promesas, atentos, no les está diciendo algunas, no les esta diciendo ciertas, no, exactamente Pablo nos está declarando, manifestando, y haciéndonos ver que TODAS LAS PROMESA DE DIOS, TODAS, son en Él, CRISTO, Sí. Y no hay más vueltas que darle.

Cuando la Escritura declara TODAS, son TODAS, sin acepción. Y mientras no tomemos esta Escritura como PALABRA de Dios, mientras no lo hagamos, será simplemente eso, letra, la cual y como bien nos es dicho, mata.

¿Qué diferencia hay entre Escritura (letra), y la Palabra de Dios?... simple y sencillo: LA PALABRA DE DIOS ESTÁ VIVA, y es más cortante que una espada de doble filo.

Pero volvamos al versículo de entrada y recordemos de nuevo: TODAS las promesas de Dios son en Él Sí... Pero atentos, nos añade, para ya no dar pie a duda alguna: y en él AMÉN. No es que Pablo nos dice que TODAS las promesas son en Él Sí, sino que nos añade y en Él Amén.

¿Y qué podemos tomar en claro de ello?... simple y sencillo. En Cristo Jesús no existe ni oscuridad, ni mentira, ni engaño, ni debilidad, ni falta de nada, pues Cristo Jesús ya venció y por siempre y; TODAS las promesas de Dios son en Él Sí, y en Él Amén.

En otras palabras y concluyendo: Todo está hecho, consumado, toda rodilla ante Él ha de doblar, todo principado y potestad le está sujeto, es más; la Escritura declara que todas las cosas le están sujetas... ¿verdad?... Sí, en Él Sí, y en Él Amén.

Entonces pues, mis hermanos, es hora de dar gracias a Dios, reconocer que en Cristo Jesús todo es un Sí, y un Amén, y que todo cuanto Dios nos ha prometido, en Cristo Jesús es VERDAD PLENA.

Ahora bien, Satanás siempre pretenderá hacernos dudar, siempre, pero no, a la verdad, única verdad: TODAS LAS PROMESAS DE DIOS SON EN ÉL SÍ, Y EN ÉL AMÉN.

En Cristo Jesús, el Sí, y el Amén de Dios, les bendigo.

dimarts, de febrer 19, 2008

Conociendo a Jesús (III)...

Bien, visto lo visto, una cosa está clara: Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, y en ello no es que está plenamente implícito que es Divino, y de la misma naturaleza que el Padre, no solamente ello, sino que a su vez está plenamente implícito que el Padre y el Hijo UNO son, y a la vez, está plenamente implícito que es verdadero Dios y verdadero hombre, porque Dios UNO es.

Pero Dios es Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Y nadie ha visto jamás a Dios (Jn.1.18), pero siempre lo omiten, y por ello, el evangelio que predican es otro evangelio. Y la razón es muy sencilla, el Evangelio que predicamos es el Evangelio de la Cruz.

Nadie puede ir más allá de lo que Cristo enseñó (2Jn. 1:9), y el Señor nunca estimó el ser igual a Dios. Nadie puede negar que el Padre y el Hijo UNO son, y nadie puede negar que el Hijo es de la misma naturaleza que el Padre, eterno, no creado. Pero no hay más ciego que quien no quiere ver, no. Nosotros no podemos hacer ver quien es Dios, porque a Dios nadie lo ha visto nunca (Jn. 1:18), es el Hijo quien le manifiesta, y nadie conoce al Hijo sino el Padre (Mat. 11:27).

Claro, creen que al predicar y profesar que “Jesús es Dios”, aun siendo cierto ello, y creer estar hablando verdad, no, no es conforme a la Verdad, pues Dios es Espíritu, y a Dios nadie lo ha visto nunca, nadie.

Dios busca verdaderos adoradores, adoradores que lo adoren en Espíritu y verdad (Jn. 4:24), y la verdad lo es Cristo, la Palabra de Dios encarnada.

El Logos, sujeto del prólogo de Juan, es una persona y en si mismo, independiente de Dios Altísimo (Padre), pero a su vez, una con Dios Altísimo, es decir, dos y uno, indivisibles, pero a la vez; dos personas distintas.

Al declarar que “Jesús es Dios”, es ir más allá del Evangelio de la Cruz, deben aprender a guardar en su corazón ciertas cosas, pues no se es salvo por creer que “Jesús es Dios”, no, sino por creer que: Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

A Dios nadie lo ha visto nunca, el Hijo es quien le ha dado a conocer (Jn. 1:18)... y a Jesús de Nazaret le vieron multitudes, multitudes.

La Escritura hay que tomarla siempre, incluso cuando nos contradice, y si nos dice que a Dios nadie lo ha visto nunca, declarar que “Jesús es Dios”, es andar en una errada verdad, porque Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, y en ello, y como ya he dicho; está plenamente implícita su divinidad, su unión indivisible con el Padre, y a su vez, está plenamente implícito que es verdadero Dios y verdadero hombre.

No, el Señor Jesucristo, el Logos de Dios encarnado, vino en carne, se humillo así mismo, no estimo el ser igual a Dios, y jamás estimará el ser igual a Dios (Heb. 13:8).

Satanás si quiso ser como Dios, si pretendió ser igual a Dios, pero mi Señor lo derrotó y por siempre en la Cruz, pues en su débil condición humana le venció y por siempre.

Jesús es el Señor, Mesías y Maestro, y si el Maestro no estimó el ser igual a Dios, sus discípulos jamás lo levantarán a la estatura de Dios Padre Todopoderoso.

Jesús es el Cristo, el hijo del Dios viviente. Jesús es el Señor. Y en esta profesión de Fe está tan clara la verdad, TODA la verdad, que quien va más allá, simplemente es que no conoce al Hijo, y por ello, aun no tiene a Dios. Pero quien permanece en esta enseñaza tiene tanto al Padre como al Hijo.

Quien tenga ojos para ver, que vea. Pues lo único que les estoy diciendo es que ciertas cosas han de quedar guardadas en el corazón, porque la verdadera profesión de Fe, es confesar que JESÚS ES EL CRISTO, EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE, a tal cual Dios Padre nos lo ha Revelado.

Filip. 2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

En Cristo Jesús el Señor, les bendigo.

dilluns, de febrer 18, 2008

Conociendo a Jesús (II)...

Jesucristo el Señor es verdadero Dios y verdadero hombre, pero no estimó el ser igual a Dios, Y JAMÁS LO ESTIMARÁ, ella ES SU GLORIA!! Si no entiende que fue en su débil condición humana donde logró que usted pueda ser salvo al Creer en él, si usted no entiende ello... Verá, lea:

Jn. 3:16 Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su único Hijo, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.

Si lee bien, a tal cual es debido, y sin añadir, verá que exactamente le dice que Dios DIO a su único Hijo... NO le dice que Dios se diese a sí mismo, no, sino que DIO a su único Hijo. ¿Y sabe por qué es así?... Porque Dios es Padre, Hijo, y Espíritu Santo, y quien se hizo hombre fue el Verbo, en la persona de Jesús, el Cristo, el Hijo del Dios Viviente. Y el Verbo encarnado NO ESTIMÓ EL SER IGUAL A DIOS, no, sino que en su débil condición humana VENCIÓ Y POR SIEMPRE EL PECADO.

Y usted, ha de creer en Jesús, el Cristo, el Hijo del Dios Viviente, "No que es Dios", pues la Remisión de los pecados es por medio de la preciosa Sangre derramada en la Cruz. Leamos:

Mar. 14:24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.

1Tim. 2:5 Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús

Que Dios les de debida Luz y entendimiento.

Conociendo a Jesús (I)...

1Tim. 2:5 Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús

Qué nos está pasando, hermanos, qué nos está pasando?... una vez, y otra, en la Escritura canónica bien podemos ver, apreciar, y diferenciar, al Dios y Padre, y como no, al Señor Jesucristo. Muchas son las veces.

Pero curiosamente, en estos tiempos, parece ser que el Hijo ha ido tomando el lugar del Padre, y por ello, son muchos los que sin tan siquiera darse cuenta están predicando otro evangelio, otra enseñanza, otras buenas nuevas, que sí, parecen ser verdaderas, pero a la verdad, no, no lo están siendo.

Es tiempo de empezar a entender que la Escritura, canónica, es la regla o norma de fe, es decir, que nadie debería ir más allá de lo que en ella está escrito.

Recordemos que Eva, ante Satanás, cayó en la tentación de añadir a la Palabra que por Dios les fue dada, el “ni tocaréis”, y por ello, su ego pudo ser alimentado a tal cual las propias apetencias, que no las de Dios.

Bien, no quiero hoy entrar en más detalles, pero ahí, en la entrada de este mismo post, les compartí el versículo que hay que empezar a guardar con todo nuestros ser y con todo nuestro corazón, y de nuevo lo doy:

1Tim. 2:5 Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús

No hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús. Y ante ello, ante esta verdad Revelada y sin error, mis hermanos, todo quien pretenda ir más allá...

Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, y tanto amó Dios al mundo que a su unigénito Hijo dio... Mediten, y en breve seguiremos haciendo camino al andar.

En Cristo Jesús el Señor, les bendigo.