dijous, de novembre 29, 2007

Muchos correran...

Mis queridos hermanos: Que Dios Padre y Jesucristo el Señor derramen su gracia y paz sobre todos vosotros.

Daniel 12:3 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.

Hermanos, atentos, pues es designio de Dios para estos tiempos.

4 Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.

Muchos son los que han corrido de aquí para allá, muchas son las separaciones que por ello se han producido del Cuerpo de Cristo, muchas han sido la revelaciones que se han recibido, y mucha es la ciencia que hasta hoy, y por todo ello, se ha visto. Pero el tiempo está llegando, y es momento de bien empezar a revelar este libro que por mandato de Dios fue sellado.

Muchos han sido los que ante el llamado dejaron sus puestos, y muchos han sido los que por ello una y otra vez han producido divisiones del Cuerpo, pero Cristo sigue siendo el mismo, él nunca cambia. No mis hermanos, una es la Iglesia y ella ES EL CUERPO DE CRISTO.

Bien sabemos que el Espíritu Santo siempre obra de adentro hacia fuera, nunca a la inversa. La obra del Espíritu Santo siempre tiene lugar en lo más profundo de nuestro ser, y es por ello que su obra en la Iglesia, como Cuerpo de Cristo que es, mismamente de adentro hacia fuera es.

Viendo a nuestro Señor, bien vemos que él jamás renegó de su pueblo, siempre anduvo entre ellos, respetó sus costumbres, sus tradiciones, todo cuanto por siempre había tenido lugar entre ellos. No, nuestro Señor no vino a quitar ni añadir nada, no, él vino a mostrar, y su vida dió por ello, el que es el verdadero y único Camino hacia Dios Padre: la adoración en espíritu y verdad. Sin importar el monte, sin importar el templo, sin importar el lugar.

Por ello, si hoy miramos debidamente a todo cuanto dice ser pueblo de Dios, bien veremos que todo anda igual que en tiempos del Señor: hay partidos, partidistas, juristas, legalistas... los hay de todos los colores y credos, pero uno sigue siendo el Señor de ellos y nuestro, y una sigue siendo la única forma que Dios acepta, porque así lo quiere, que se le adore: en espíritu y verdad.

Mis hermanos, la fe, aun mermada y tremendamente, y gracias a Dios y su remanente, sigue siendo en Aquel que lo es todo: Nuestro Señor y Maestro Jesucristo (muy desconocido hoy y por cierto). Por ello, no nos cofundamos a nosotros mismos, no nos dejemos engañar por aquel que bien sabe presentarse como ángel de luz, no, tengamos una mayor precaución y como no, un debido respeto. Pues bien sabemos que aun siendo Satanás vencido y derrotado por el Señor mismo en la Cruz, aun sigue poseyendo todos los reinos del mundo, tanto, que incluso se los ofreció a nuestro mismísimo Señor y Redentor Jesucristo. Y siendo, y bien sabiendo, que el Reino de Dios no es de este mundo, yo les pregunto: ¿DÓNDE TIENEN PUESTOS SUS OJOS?...

Hermanos, no se engañen a ustedes mismos, no: Sólo hay un Reino válido y digno de admiración: el de Dios Padre y el Cordero. Y nuestros ojos han de estar puestos allí, pues mandato del Señor es:

Mat. 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

¿Y saben el por qué de ello?, pues es muy sencillo y fácil de entender... porque nosotros, los llamados a servir al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, y su Evangelio, hemos de ser quienes por todas partes han de ir...

Hech. 28:31 predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.

Escudríñense a ustedes mismos y determinen donde tienen puestos sus ojos, y si ellos están puestos en los reinos del mundo, mis hermanos; ello es un andar muy errado, confuso, y de parte del acusador mismo. ¿Saben por qué le llaman a Satanás, y entre otros nombres, el acusador?... Pido a Dios Padre y en el Nombre de Jesucristo el Señor que hoy sirvan estas palabras para darles debida luz y entendimiento.

Que Jesucristo el Señor derrame su gracia y paz para con vosotros. Amén.

dimecres, de novembre 28, 2007

Un canto nuevo...

Mis queridos hermanos. Paz en Dios.

Como bien todos sabemos, la Biblia, fue inspirada por el Espíritu Santo y tiene a Dios mismo por autor. Y ello nadie, de los que en Él creen, puede negarlo. Y así y a su vez lo declara la mismísima Iglesia.

Ahora, mis hermanos, deberemos prestar atención, pues siendo la Biblia escrita por hombres inspirados por el Espíritu Santo, y siendo que Dios y a su vez es el autor, ante ello, mis hermanos, un canto nuevo nos está siendo revelado. El verdadero canto de los que a la verdad son siervos de Dios.

Leamos la Biblia cada día, leamos a tal cual es debido. Veamos como se expresan los patriarcas, los profetas, los apóstoles..., y como no y por sobre todos, nuestro mismísimo Señor Jesucristo. Leamos, atendamos, y bien veremos el canto continuo de alabanza al que es y en verdad el Dios y Padre de nuestro Señor.

A su vez, mis hermanos, lean sus propios escritos, sus expresiones, sus aportes, sus... atiéndanlos, compárenlos con los de aquellos que por la asistencia e inspiración del Espíritu Santo redactaron todo cuanto Dios y en su gracia les dicto en sus corazones, y que por escrito y para siempre nos quedó.

Hoy tenemos una gran ejemplo para ver y bien entender cual y como es el canto que en verdad Glorifica a Dios, lo tenemos en la Biblia misma, en aquellos escritos que fueron llevados a cabo por hombres y mujeres de Dios. Son sus escritos los que manifiestan y en verdad como son (suenan) los instrumentos que han sido afinados por Dios para sonar en una misma nota, a una misma voz, Su Voz.

Es la Biblia la que nos muestra cual es y en verdad el canto, nuevo canto, QUE A LA VERDAD GLORIFICA A DIOS.

Solo leamos, prestemos atención, y a su vez, leámonos a nosotros mismos, y ante ello, determinemos hasta que punto y como instrumentos que dicen servir a Dios, estamos o no sonando a una misma voz con aquellos que en su día, y al igual que hoy nosotros, sirvieron para la Gloria de Dios. Aquellos que fueron y en verdad instrumentos afinados en las mismísimas manos del Señor.

Simple y sencillo; uno es el canto, una es la mano del afinador, una es la nota, y ella solo produce una única Voz: LA QUE EN SU PLENITUD GLORIFICA A DIOS.

Un saludo, bendiciones y sigamos andando.

El Señor es mi pastor...

Salm. 23:1 El Señor es mi pastor; nada me falta. 2 En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, 3 me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre.

No, mis hermanos, no. No confundamos la palabras del salmista a tal cual nuestras pretensiones. Está siendo muy claro: ¿quién es su pastor?, ¿quién le da nuevas fuerzas?, ¿quién le lleva por caminos rectos?... exacto: EL SEÑOR.

Deberemos empezar a bien entender y bien leer la Escritura. Pues aun siendo Palabra de Dios, aun siendo fiel y verdadera, aun así, no siempre en nosotros esta siendo una realidad plena. Y ello, mis hermanos, por una sencilla razón: las Promesas de Dios únicamente tienen lugar cuando nuestra oración y alabanza es en espíritu y verdad.

¿Es el Señor y en verdad tu Pastor?, ¿es Él quien te está haciendo descansar en verdes praderas?, ¿es Él quien te está conduciendo a las aguas tranquilas?... ¿o sigues siendo tú mismo y por tus propias fuerzas quien pretende que así sea?... estas y otras tantas más son las preguntas que antes bien, y en Él, deberías hallar debida respuesta. Antes tan siquiera de esperar que Dios te preste atención, pues como bien nos cita el salmista y a su vez, ello tiene lugar haciendo honor a su nombre.

Concluyo con una breve exhortación para hoy: el tiempo está llegando, y es Dios quien está reclamando toda tu atención. Y has de ser tú, mi querido hermano, quien determines y por ti mismo si en verdad el Señor está siendo tu Pastor. Y recuerda que no basta un sí a la ligera, no, es necesaria su Luz en nosotros para bien ver nuestra verdadera condición.

En otras palabras: ¿es Él quien te da fuerzas y te lleva por caminos rectos, o sigues siendo tú quien mediante tus propias fuerzas pretendes andar en rectitud ante Dios?...

Un saludo, buenos días, y sigamos andando. Te bendigo.

dimarts, de novembre 27, 2007

Sigamos andando...

Mis queridos hermanos. Que la Gracia y Paz del Señor sea derramada sobre vosotros.

Es necesaria la instrucción, la corrección, las repetidas pruebas, para por todo ello bien entender la que es y en verdad la voluntad de Dios para con nosotros, y todo su pueblo.

Bien sabemos (o deberían saber) que la vida en Cristo es un camino de cruz, lleno de aparentes derrotas y en un principio. Lleno de vicisitudes que una y otra vez nos dejan un amargo sabor hasta lo más profundo de nuestro ser, bien lo sabemos, pero ello, mis hermanos, es andar por el camino correcto, camino de santificación.

Dios Padre reclama la gloria, pues Dios no comparte su gloria con nadie. No, Dios nos hace participes de su gloria en Cristo Jesús, pero jamás comparte su gloria. No se confundan, aunque suene semejante, no lo es, Dios nos hace participes de su gloria en unión a Cristo Jesús, pero suya es la gloria, TODA LA GLORIA.

Y para que ello tenga lugar en nosotros mismos, para que en verdad toda la gloria sea de Dios y para Dios, para ello, es necesario el ser probados, instruidos, muertos en mil y una batallas, mediante las cuales, Dios, nos va llenando de su santidad y don. Y es en la santidad –su santidad– mis queridos hermanos, donde en verdad vemos y entendemos sin duda alguna la que es LA VOLUNTAD DE DIOS.

Y quizás, mis hermanos, os preguntéis porqué no utilizo la Escritura para mostrar donde nos habla de todo ello, quizás os lo preguntéis. Pues bien, por una sencilla razón: porque deber de cada cual es el escudriñar las Escrituras con denuedo, y ello, mis hermanos, es mandato de Dios.

Porque es en ella, la Escritura, donde la Palabra de Dios va tomando sentido, razón y vida, en cada escudriñar con denuedo en busca de la verdad de Dios. Verdad que únicamente es hallada en Cristo Jesús el Señor, verdad que solo puede ser dada por Dios. Porque la Palabra de Dios está viva, y hay que lograr y por su gracia el hallar en ella a Aquel que es la Vida: Jesucristo el Señor.

La Escritura da razón de Él, mi Señor. Buscad y hallaréis, es Palabra de Dios, pero no sin antes tomar y para si mismos la cruz del Señor. Y recordando siempre que UNO MURIO POR TODOS, Y TODOS EN ÉL HAN MUERTO.

Un saludo, sigamos andando. Les bendigo.

Soldados en Cristo...

Mis queridos hermanos, buenos días:

Que Dios Padre y Jesucristo el Señor derramen su gracia y su paz sobre vosotros.

Es necesario que nuestra fe sea probada, cada día. Es necesario que Dios nos curta para mil y una batallas. Somos llamados a ser siervos de Dios, y como tales, necesitamos de una más que debida instrucción.

Cuando nuestra fe es puesta a prueba -y una vez superada esta y cada una de ellas- siempre salimos fortalecidos en Cristo Jesús. Y ello es necesario que así sea, pues como soldados llamados a la guerra necesaria es, y como he dicho, una más que debida instrucción eterna.

Dios tiene todo el tiempo del mundo, y Dios siempre logra su propósito para con todos sus hijos. La salvación es Promesa de Dios para todos cuantos a la verdad creen en su Hijo. Pero hermanos; el nombre nuevo, la vestidura blanca, la unión por siempre al Señor, sólo es para los vencedores.

Y vencedores son todos aquellos que por voluntad propia, y al igual que nuestro Señor, han menospreciado sus propias vidas en pro del reino de Dios. Bien lo dijo el Señor; sin mi nada sois. Bien lo dijo el Señor; hay que morir y nacer de nuevo. Y bien lo dijo el Señor; cada cual cargue con su cruz y me siga.

Nunca deberemos menospreciar la misericordia de Dios para con todos, pues deseo de Dios es que ninguno se pierda. Pero mis hermanos, ante Él y siempre, nuestra es la decisión. Sólo los vencedores recibirán un nuevo nombre, sólo el nombre de los vencedores quedará y por siempre unido al Señor.

Dios tiene un plan concreto y absoluto para todos cuantos en su gracia llama a ser uno con Cristo, todos tienen parte y por igual de las Promesas de Dios. Pero Dios jamás impone nada, nunca obliga a servirle, siempre deja en nuestras manos y conciencias aquello que en libre voluntad decidamos para con nuestras vidas.

Suyas son las Promesas, suya es la Palabra fiel y verdadera, y siempre nos es dada y por igual a todos. Pero ante Él, todos, han de decidir y por si mismos cual es su entrega.

Dios nos reclama todo, porque Dios y a su vez LO DA TODO. Tanto como somos llamados a ser uno con su Hijo, a participar de su Gloria, pero no sin antes tomar y para nosotros mismos su Cruz Victoriosa.

Dios es quien instruye a los suyos, nadie mas puede instruirlos. Todo siervo de Dios lo es y a su vez, porque por voluntad propia tomó la decisión de servir y por siempre al Señor Jesucristo.

Y lo dejamos por hoy. Que la gracia sea con todos lo que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.

diumenge, de novembre 25, 2007

Cristo vive en mi...

Mis queridos hermanos.

Que el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo derrame su gracia y paz sobre todos vosotros.

Hoy quiero compartir desde la verdad de mi vida, nueva vida, en Cristo Jesús. Y para ello, mis queridos hermanos, lo primero es reconocer que el simple hecho de estar aquí hoy escribiendo, este simple hecho, se debe y en su total plenitud a que mi Señor Jesucristo vive en mi, y en todos cuantos con corazón sincero invocan el Nombre del Señor.

La vida en Cristo es un camino que hay que seguir cada día, y es un camino de cruz. Solo existe un camino, el Camino de la Cruz.

No todos han recibido la gracia de bien entenderlo, no. No todos han logrado aun ser llenos de Cristo Jesús. Pero hoy, en este día, es el momento, y te invito a que por ti mismo tomes la decisión:

Simple y sencillo, tanto como reconocer que nada se es y por si mismo, que nada se puede lograr y por uno mismo, que una vida anterior nada puede ya y en si misma, sino que hoy, ante Cristo, para siempre y a viva voz declaramos: MI SEÑOR, YA NO SOY YO, NO, ERES TÚ QUIEN VIVE EN MI.

Estas palabras todos las habemos escuchado en boca del Apóstol Pablo, todos le hemos oído decir: ya no soy yo, sino que es Cristo quien vive en mí. Y Pablo bien entendió a su vez aquella Palabra que nuestro Señor Jesucristo y para todos nos dio: NADA SOIS SIN MI.

Cada letra, cada palabra, cada expresión que aquí, hoy, mediante este simple texto te estoy compartiendo, todo ello, está teniendo lugar PORQUE CRISTO VIVE EN MI.

Recuerdo un tiempo pasado, y a su vez presente, en el cual andaba sin Dios, sin vida, sin Cristo en mi. Era arrogante, pretencioso, carnal y vanaglorioso... Y LO SIGO SIENDO, siempre lo seré, siempre seré el mismo, siempre seré aquel que ha de morir. Pero es en ellas, mis debilidades, donde en verdad la Gloria de Dios obra en mi. Donde Él toma razón de ser y verdadera vida son Sus Palabras: BÁSTATE MI GRACIA.

Siempre seremos los mismos, siempre seremos los mismos, siempre seremos los mismos, y por ello: GLORIA A DIOS, Y AL CORDERO QUE SE ENTREGÓ POR MI.

La Gracia de Nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.

dilluns, de novembre 05, 2007

No todo...


Hoy, justamente hoy, quisiera expresar todo cuanto Dios y en su gracia me va mostrando. Todo, en verdad, mis hermanos, hoy lo deseo con todo mi corazón. Pero no, ya no es posible, ya no lo es, el tiempo ha llegado de bien entender que no todo cuanto nos es dado ha de ser mostrado. No. Hay y en especial enseñanzas para nosotros, dadas y en verdad, para bien entender cuanto nos ama Dios. Pero… no.

Son tesoros, particulares, los cuales, bien hemos de guardar, bien hemos de esconder para en su tiempo, el por Dios dispuesto, darlos a conocer…

Si, mis hermanos, son las cosas que Dios tiene guardadas para quienes le aman, son aquellas enseñanzas que los ángeles quisieran ver, son… la PROMESA DE DIOS para cada uno de sus hijos y en particular…

Y leyendo el A.T., uno, ve que bien nos habla de quien enseñó todos sus tesoros, y por ello, todo lo perdió.

Tiempo ha llegado de bien entender que no todo cuanto nos es dado es para mostrarlo y a su vez. No. Hay que apreder a guardar aceite para nuestras lamparas, pues bien puede atrasarse el Señor.

Por ello, mis hermanos. Simplemente les digo…

Sigamos andando. Les bendigo.

diumenge, de novembre 04, 2007

Lagrimas...

No me pidas que te hable de mi Señor, sin lagrimas, sin dolor. No, no me lo pidas, pues no podría ser. Así es Él, lagrimas y dolor que invaden todo el ser.

Llorando, cayendo, levantándose de nuevo, uno, llega a bien entender que no. No es posible hablar de Él sin lagrimas, sin dolor, sin dejar de ser.

Vida derramada hasta el extremo, en la cruz, consumada, todo un ser entregado en dolor, en lagrimas, una vida que el mundo entero vio desvanecer. Levantado fue de entre los muertos, y hoy... su sangre reclama todo mi ser.

Lagrimas por siempre unidas al dolor de Aquel que por siempre dijo: FUI, SOY Y SERÉ.

Sigamos andando. Bendiciones.

Es el tiempo...

Sinceramente, mis queridos hermanos, sinceramente: los tiempos están cambiando. Y mal andamos, mal andamos, desde el momento en que pretendamos levantarnos por sobre Dios mismo. Sí, los tiempos y finalmente están cambiando.

Dios Padre, y en su gracia, ha obrado, ha dejado obrar, y ha consentido que el tiempo venga a sus pies. Tiempo de reflexión, tiempo de final, tiempo de llegar a ser y en verdad verdaderos discípulos del Señor.

No, ya no hay tiempo para el yo. No, Dios ha dicho basta, Dios es quien reclama, Dios es quien por fin tomará las riendas a tal cual la promesa que hoy, en este tiempo, ha llegado el momento de su manifestación.

Los manojos están ya hechos, la cizaña recogida, el tiempo llegando, y hoy, solo los vencedores serán y en verdad los llamados a ser Pueblo.

Tiempo de decir adiós a todos cuanto nomás es pretensión carnal y anímica, tiempo de volverse a Dios, pues es hoy, en este tiempo, cuando Dios y en verdad reclama aquello que desde siempre, desde antes de la creación fue, es y será su razón.

Tiempo de promesa, tiempo de dificultad, tiempo de llamado, tiempo de entregar. Tiempo de ser y en verdad hijo del Altísimo, al precio establecido, sin regateo, no, hoy ya no. Hoy es tiempo de un pasado ya presente, por siempre. Es tiempo de dar gloria a Dios.

Les bendigo. En su Nombre: les bendigo.

dissabte, de novembre 03, 2007

La madurez...

La madurez, ¿qué es la madurez?... hermanos, es la comprensión de aquello que en verdad no es. Es decir: ya no soy yo, sino que es Cristo quien vive en mi. Palabras mayores, dadas a conocer por el Espíritu de Dios. Tan elevadas que... la madurez.

Si hoy, ahora, me preguntasen quien soy, sinceramente respondería: no lo se. Se quien fui, se que anduve sin tener, y hoy, ante todo lo que soy, hoy, resulta ser que a la verdad nada soy sin Él.

Cristo, mi vida, mi ser, mi esperanza, mi gran desconocer. Busco continuamente, hallo y siempre en Él, pero de nuevo empieza la esencia misma de su Ser... nada soy sin Él.

Siempre es un camino, hacia delante, un buscar sin llegar jamás a ver. Y ando, y busco, y logro entender... y es allí, ante Él, que dejo y de nuevo de ser, de ver. Y empieza de nuevo, la búsqueda, la razón, el necesitar y cada vez más de Él.

Se quien fui. Hoy, si me preguntasen, ya no sabría bien responder:
Cristo, mi vida, mi ser, mi esperanza... no lograda sin ver, sin dejarle ser. Cristo, mi vida, mi todo, mi nuevo ser. Él es quien es.

Bendiciones, en Cristo, sí: te bendigo.