dimecres, de novembre 28, 2007

Un canto nuevo...

Mis queridos hermanos. Paz en Dios.

Como bien todos sabemos, la Biblia, fue inspirada por el Espíritu Santo y tiene a Dios mismo por autor. Y ello nadie, de los que en Él creen, puede negarlo. Y así y a su vez lo declara la mismísima Iglesia.

Ahora, mis hermanos, deberemos prestar atención, pues siendo la Biblia escrita por hombres inspirados por el Espíritu Santo, y siendo que Dios y a su vez es el autor, ante ello, mis hermanos, un canto nuevo nos está siendo revelado. El verdadero canto de los que a la verdad son siervos de Dios.

Leamos la Biblia cada día, leamos a tal cual es debido. Veamos como se expresan los patriarcas, los profetas, los apóstoles..., y como no y por sobre todos, nuestro mismísimo Señor Jesucristo. Leamos, atendamos, y bien veremos el canto continuo de alabanza al que es y en verdad el Dios y Padre de nuestro Señor.

A su vez, mis hermanos, lean sus propios escritos, sus expresiones, sus aportes, sus... atiéndanlos, compárenlos con los de aquellos que por la asistencia e inspiración del Espíritu Santo redactaron todo cuanto Dios y en su gracia les dicto en sus corazones, y que por escrito y para siempre nos quedó.

Hoy tenemos una gran ejemplo para ver y bien entender cual y como es el canto que en verdad Glorifica a Dios, lo tenemos en la Biblia misma, en aquellos escritos que fueron llevados a cabo por hombres y mujeres de Dios. Son sus escritos los que manifiestan y en verdad como son (suenan) los instrumentos que han sido afinados por Dios para sonar en una misma nota, a una misma voz, Su Voz.

Es la Biblia la que nos muestra cual es y en verdad el canto, nuevo canto, QUE A LA VERDAD GLORIFICA A DIOS.

Solo leamos, prestemos atención, y a su vez, leámonos a nosotros mismos, y ante ello, determinemos hasta que punto y como instrumentos que dicen servir a Dios, estamos o no sonando a una misma voz con aquellos que en su día, y al igual que hoy nosotros, sirvieron para la Gloria de Dios. Aquellos que fueron y en verdad instrumentos afinados en las mismísimas manos del Señor.

Simple y sencillo; uno es el canto, una es la mano del afinador, una es la nota, y ella solo produce una única Voz: LA QUE EN SU PLENITUD GLORIFICA A DIOS.

Un saludo, bendiciones y sigamos andando.