divendres, de juny 09, 2006

No es lo mismo

Hoy quiero comentarte una cosa curiosa, pero que a la vez, está siendo norma en mi andar en Cristo nuestro Señor. Cada cierto tiempo, viene a mi una "desgana" de leer las escrituras, es decir, que me veo imposibilitado a centrarme en ellas, a sacar nada de ellas, todo es seco y forzado. Cuando esto sucede, siempre ha sido en un momento en el que andaba necesitado de Dios (de algo más de Dios). Estas situaciones me ha llevado a esforzarme y centrarme más en la oración (por medio de la voluntad). Finalmente, y en la mayoría de ocasiones, ha venido una luz, una revelación que me ha permitido ver y entender una nueva verdad de Dios (siempre y claro está, en base a la Palabra leída). Bien, entonces y de nuevo viene como cosa natural el volver a leer las escrituras, vuelve a poder ser sin esfuerzo y todo fluye como si nada hubiese pasado, pero cosa curiosa -cada vez así ha sucedido- releyendo aquello que tantas veces he leído, ahora puedo ver aquello que antes no veía, sino que ha sido necesario el conocer la verdad (la nueva recibida), pasar la situación y vivirla, para poder ver aquello que hasta entonces no podía ver por estar oculto.

¿Por qué te cuento esto? porque he entendido por la gracia de Dios, que todos los estados que vivimos, forman parte del plan de Dios en nosotros, si logramos aceptar que todo cuanto nos sucede, es la mano de Dios quien está detrás de ello, entonces uno puede centrarse mucho más en los movimientos del Espíritu Santo y llegar a sorprenderse hasta que punto Dios obra en nosotros en todos los campos y por todos los medios.

Es decir: no por más buscar, leer, estudiar... las escrituras, uno avanza más, sino que cuando en verdad se avanza es cuando se deja en plenitud obrar al Espíritu Santo. Cuando uno puede lograr ver y entender que todo es para bien, sea cual sea la circunstancia que se esté viviviendo, entonces se avanza a pasos tremendos en el mundo Espiritual.

Vamos, dicho de otra forma. Si yo me esfuerzo tremendamente por sacar una verdad, por medio de las escrituras; escudriñando, buscando, indagando… esta, posiblemente y al final vea la luz, pero... por desgracia será PALABRA "LOGOS", es decir, sin fuerza espiritual alguna. Pero ahora bien, si por el contrario, sigo la guía del Espíritu Santo, espero, y le sigo tal cual me vaya indicando (aceptando como de Dios toda circunstancia anexa), al final, veo igualmente y en verdad la Palabra, pero en esta ocasión con una fuerza tremenda, ya que ahora si es Palabra de Dios, es decir: PALABRA “RHEMA”.

Claro está que ambas, tanto la palabra “LOGOS”, como la palabra “RHEMA”, son Palabra de Dios, pero son distintas. Una es el plan, la esencia, la base, la otra es la directa, la que nos habla, la que podemos oír aquellos que, por la gracia de Dios, tenemos oídos para oírla.

1Jn. 2:27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.

Al entender esto, se abre un nuevo campo en la búsqueda de la verdad de Cristo Nuestro Señor.

Bendiciones. Seguimos andando.