dissabte, d’octubre 29, 2005

Mi corazón

Mi corazón pide a gritos que mi Señor Jesús sea levantado de nuevo, que de nuevo sea alabado, honrrado, admirado, amado, buscado... que mi señor Jesús de nuevo sea glorificado. Mi corazón pide a gritos que toda la gloria sea para mi Señor Jesús... mi amigo amado.

Señor mio Jesucristo, aquí a tus pies te digo: dame luz, dame luz para el camino, dame luz para que yo sepa hallar la verdad, la única verdad, aquella que me llevará de una vez y por todas a tus pies, y yo pueda descansar...

Señor Jesús, mi amado amigo, ¿donde estas? de nuevo me repito. Salgo a buscarte, pero no logro hallarte, salgo a buscarte y no hay forma de encontrarte... Busco entre los que dicen llamarse tu pueblo, pero no, yo no te veo. Escudriño entre los que dicen quererte, pero no, yo no puedo en ellos verte...

Ando perdido, angustiado, ando inmerso en un gran desasosiego ¿será este mi desierto? me pregunto de nuevo.

Porque no, no puedo hallarte, entre los que dicen llamarse tu pueblo... no, no logré aun en ellos verte, tocarte, glorificarte, amarte, honrrarte... siquiera mínimamente agradarte. Porque no, no pude aun apreciarte en aquellos que tu pueblo dicen llamarse.

Apenas logré ver en aquellos que te dicen querer, pequeños destellos de tu presencia en su ser. No, no estan por y para ti, estan tan llenos de... de qué mi Señor Jesús ¿por qué no ven tu luz?

Amado amigo Jesús, sigo buscando, sigo luchando, sigo trantando de hacer ver, que tu estás aquí, entre nosotros y que solo tú eres... único amigo que ha de quererse.

Abre los ojos mi Señor, abre los ojos a tu pueblo te pido. Dales luz, dales luz para que logren ver que tú y en breve has de volver.

Te quiero mi Señor Jesús, vuelvo a tus pies, pues solo allí hallo dencanso, cuando en verdad entrego todo mi ser y tú, entonces y solo entonces, te dejas ver; cuando tú... amado amigo Jesús, amado Señor, amado... Hijo de Dios que llenas en plenitud mi corazón.

Gracias Señor Jesús, gracias por permitir... que no pueda vivir sin ti.

divendres, d’octubre 28, 2005

Presencia del Espíritu

Hace pocos días acudió a nuestras reuniones de oración, una madre que andaba buscado a su hijo, desaparecido este desde hacía 7 meses y por tanto, en paradero desconocido. Esta mujer y hasta entonces no había mostrado un interés real hacia Jesucristo y su obra salvadora, pues parece ser que nadie se la había mostrado en verdad. En otras palabras: a quien le correspondía hacerlo, no le había mostrado a esta mujer y a las claras, como llegar a Jesús para que él, entrase en su vida, la transformase mediante la obra que sólo puede ser llevada a cabo por el Espíritu Santo y así ser salva. Esta mujer y a pesar de haber sido bautizada y acudir periódicamente a cierta congregación -durante ya varios años- aun nadie allí se había preocupado de entenderla, de acercarse a ella con el corazón y, hacerle ver que no dependía de acudir a un lugar determinado para ser del agrado de Dios, y menos aun; que por mucho que acudiese a ciertos lugares, no podría ser salva si antes no reconocía que era pecadora ante Dios. Y como no, y ante todo: que le era imperiosamente necesario que ella personalmente pidiese a Jesucristo que viniese a su vida, la limpiara de todos sus pecados y le enviase el Espíritu Santo y, este la guíe personalmente hasta el final de sus días, a la santa presencia de Dios Padre.

Antes de orar por ella, el Espíritu Santo me reveló, que había que hacerle saber a esta mujer que de nada serviría que orásemos por ella si antes no reconocía a Jesús como hijo de Dios y único salvador e intermediario ante el Padre... Bien: finalmente no conseguí que orase por ella misma, por culpa de la intromisión de otros hermanos en la obra de Dios y que provocó que esta fuese, aparentemente, suspendida (no todos son capaces de ver cuando está obrando el Espíritu Santo, y su debilidad les hace ser presa de sus sentimientos). Finalmente oré por ella siguiendo la guía del Espíritu Santo y tal cual él lo puso en mi corazón; pidiéndole a Dios que le abriese los ojos, cambiase y renovase su mente y le diese luz para que pudiese ser libre de una vez por todas... Como no, oré por su hijo y pidiéndole a Dios que nos diese una muestra de que seguía vivo y así, ella pudiese descasar ante tanta duda. Apenas pasaron unos días, esta mujer me hizo saber que un transportista había visto a su hijo en cierto punto de nuestra España querida y que tanto anhelamos y pedimos en nuestras oraciones a Dios Padre, que sea por y para Cristo (ante lo visto, vaya ironía). GLORÍA A DIOS!!!

La mujer aun andaba dudando de las palabras del transportista, pues no cabía en su mente que un desconocido le hablase de su hijo... pero no es este el tema que hoy quiero mostrar, pues esta fue una manifestación del poder de Dios y que perfectamente a cumplido su propósito, propósito y que no es otro que: esta mujer y finalmente, tenga un punto de arranque para creer en Dios, una manifestación visible de que Dios ha obrado por y para ella y... que a pesar que en aquella reunión de oración, algunos hermanos dudasen que fuera el Espíritu Santo quien estaba obrando, este y finalmente ha mostrado que sí, que era su obra la que se llevaba a cabo.

Y esta obra hoy ha tenido una nueva etapa, pues esta mujer se presentó en mi domicilio (cosa que no ha hecho nunca) hoy mismo. Es más, y de forma sorprendente para mi, me pidió que orásemos por ella, por su marido y por su hijo... después de hacerlo yo por ella y primeramente, la he invitado de nuevo -esta vez sin interrupciones- a que pidiese ella personalmente a Jesús que viniese a su vida, que reconociera ante él que era pecadora y que quería que Jesús guiase su vida... y no sólo ella, sino que su otro hijo y que vino con ella, también ha terminado pidiendo a Jesús que venga a su vida y la cambie conforme al propósito de Dios Padre... Reconociendo ambos en voz alta que Jesús es el Hijo de Dios y... bueno, lo que el Espíritu Santo puso a cada cual en su corazón. Por ello y de nuevo digo: GLORIA A DIOS POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS!!!

Hermanos: las obras del Señor son... las obras del Señor no se cuestionan, las obras del Señor se creen con fe ciega, se ora por ellas y se pide la guía del Espíritu Santo para llevarlas a cabo y como no: que nos muestre la verdad que hay en ello. Si lo hacemos con amor verdadero, sin ninguna pretensión por nuestra parte, sin buscar nada a cambio, con total fe y esperando que el Espíritu Santo haga el trabajo que a él y solo a él, le corresponde hacer como tercera persona de la trinidad que es; veremos que aunque todo parezca estar en nuestra contra, auque todo parezca ir de mal en peor; al final tendrá lugar aquello que en su momento pedimos a Dios Padre, por medio de su hijo Jesucristo nuestro Señor. Todo aquello que pidamos a Dios en Espíritu, nos será concedido sin lugar a dudas. Tan solo debemos dejar que este -el Espíritu Santo- sea el artífice de toda obra. Y es así cuando en verdad podremos decir: TODA LA GLORIA HA SIDO Y SERÁ PARA DIOS!!!

En cuanto a los que dudaron que en verdad era el Espíritu Santo quien estaba obrando, ha sido él y solo él, el encargado de mostrar cuan equivocados están andando.

Ahora queda un largo camino por delante tanto a los que les corresponde velar y guiar a esta mujer totalmente a los pies de Cristo, como a ella en particular y su familia... Yo, y por mi cuenta, ya cumplí con el trabajo que para esta ocasión me encomendó Dios. Ahora les corresponde a los que dicen ser... lástima de aquellos que... cada cual mire su corazón y pida a Dios que el Espíritu Santo les muestre la verdad que hay en ello. SOLO ASÍ SE GLORIFICA A DIOS!!! No, no penséis que yo dejé de lado a esta mujer, sino que he de esperar a que de nuevo el Espíritu Santo me muestre el siguiente paso.

Nada más, que Dios y en su gracia, les de la guía del Espíritu Santo.

dijous, d’octubre 27, 2005

Llegando a Jesús

Al igual que le sucedió a la mujer samaritana (Jn 4), deberemos creer en Jesús para que él se manifieste en nuestras vidas. El estudio de este capítulo es muy interesante, pues nos hace ver a las claras que fue introducido por Juan intencionadamente y con un propósito claro. Que no es otro que el mostrarnos el como llegar a Jesús y, él, se manifieste en nuestra vida.

Juan introduce deliberadamente este capítulo inmediatamente después de: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no quiere creer en el Hijo no tendrá esa vida, sino que recibirá el terrible castigo de Dios (Jn 3.36)" y con el propósito claro de mostrarnos a través de su lectura, guiada esta necesariamente por el Espíritu Santo, que hay que creer en el Mesías, en Jesús, para ser salvo. Pero con una peculiaridad que nos muestra Juan a lo largo de todo el capítulo y, que como nota principal cabe destacar, que primeramente hay que creer en él, arrepentirse, sacar a la luz (confesarle) nuestros pecados, y como no y finalmente, dar testimonio de Jesús a nuestros semejantes más cercanos. Aquí en el capitulo 4 vemos los tres requerimientos básicos para ser salvos: Creer en Jesús con fe (sin ver), arrepentirse y confesarle nuestro pecados (los que conocemos y los que él sacará a la luz) y dar testimonio de él tanto en nuestro corazón, como por nuestra boca.

En la conversación mantenida con la samaritana (mujer/alma solitaria, pecadora y rechazada) esta, primeramente y en los v.11,15 anda dudosa de las respuestas dadas por Jesús, no acaba de creer, ni entender, aquello que le está diciendo, pero a la vez, Jesús la va guiando al propósito real, que no es otro que ella saque a la luz y reconozca ante Jesús que es un alma pecadora. Esto tiene lugar en el v.18 cuando Jesús le muestra su vida más intima. Aquí Jesús puede ver en ella, que es sincera en su corazón. Pues la samaritana y a pesar de andar ocultándolo (lo vemos en el versículo siguiente cuando ella cambia totalmente de tema, pues no le interesa lo más mínimo que Jesús siga hablándole de ello) no duda en decirle a Jesús, que: ya veo que eres un profeta, reconociendo con ello que Jesús anda en lo cierto respecto a ella.

Es ahí cuando la mujer empieza a creer en Jesús, porque le ha dicho todo cuanto ha hecho, porque Jesús claramente ha llegado a su corazón, y por ello y ya en el v.25 la mujer es quien le pregunta de forma indirecta -aun hay pequeñas dudas- pero con la intención clara de recibir una afirmación por parte de Jesús de que si, que él es quien dice ser, el Mesías que estaban esperando y el que ella cree de todo corazón. Al contestarle Jesús de forma afirmativa, ella se llena de gozo, cree plenamente en Jesús, y es por ello, que deja el cántaro (deja todo propósito cuando cree en Jesús) y acude rápidamente a dar testimonio de él, con la peculiaridad que todos creen en aquello que esta mujer (hasta entonces pecadora) dice (da testimonio propio), por la sencilla razón, que si un extraño era capaz de conocer toda su vida, la cual conocían a la perfección todos ellos, algo de verdad habría en el testimonio de esta mujer. Es más, Jesús entró fuertemente en está mujer, pues ella quedó llena de su Palabra y conquisto con ella a los samaritanos y estos acudieron en busca de Jesús al oír el testimonio de la mujer. Finalmente creen todos, por la razón que terminan viendo y oyendo a Jesús, cada uno de ellos en particular. En otras palabras: quedaron llenos del Espíritu Santo. Mención especial merece la mujer (alma ahora ya guiada por el Espíritu), pues nos muestra a las claras que todo aquel que es lleno del Espíritu Santo, convence con la Palabra.

El capítulo 4 de Juan, esta lleno de matices y enseñanzas básicas para poder en verdad llegar a Jesús. Es un capítulo con una fuerza y contenido espiritual desbordante (como todo el evangelio de Juan). Lleno de sabiduría y base misma de la sana enseñanza. Te aconsejo que lo leas y releas, hasta que el Espíritu Santo te muestre la verdad que hay en este sin igual capítulo de Juan.

Te sugiero que leas este otro estudio que escribí sobre este capítulo, hace ya algún tiempo. Lo tienes en este mismo blog: Hablando con la mujer samaritana: Hablando con la mujer samaritana

En breve aportaré más sobre este capítulo, pues aun queda mucho en el por salir a la luz.

Nada más. Bendiciones de lo alto.

diumenge, d’octubre 23, 2005

Y qué más da blasfemar...

¿Y qué más da que anden por el llamado pueblo de Dios, mal llamados ministros que para nada son aprobados por Dios, y que más da?. Es increíble con que facilidad le pueden llamar a uno: ángel caído, emisario de satanás... y sólo el diablo sabe cuantas cosas más les puede meter en la cabeza a estos, sus siervos. Porque de cierto os digo, que todo aquel que es guiado por el Espíritu de Dios, que no es otro que el Espíritu Santo, tiene muchísima precaución de condenar con insultos así, a la buenas, contra cualquiera que dice estar siendo guiado por Dios; por el gran temor a que aun parezca extraño y dudoso, pudiese ser en verdad el Espíritu Santo quien esté obrando. Sabéis que Dios, a la mínima de cambio y en el momento menos pensado, nos puede enviar la gran prueba. Tened esto muy presente en vosotros: "El mismo arcángel Miguel, cuando luchaba contra el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, no se atrevió a condenarlo con insultos, sino que solamente le dijo: “¡Que el Señor te reprenda!” (Jud. 1.9). Si el arcángel Miguel tuvo temor de condenar con insultos a satanás, cuanto más nosotros deberemos tener temor si no hay la seguridad plena de que quien este hablando no lo hace por obra del Espíritu Santo. A la mínima duda, por pequeña que sea está !CUIDADO, MUCHO CUIDADO DE CONDENAR CON INSULTOS A NUESTRO ADVERSARIO!

Pero sigamos: Tan sólo baste el dar a conocer la verdad, el mostrar a las claras cuan mal andan, para que salte con todo el poder de las tinieblas, aquel que llamándose ministro de Dios, no duda en lo más mínimo de blasfemar contra el que quizás -porque él no lo tiene claro- pueda ser un enviado de Dios lleno del Espíritu Santo. Blasfemar sin temor alguno contra aquel que tan solo dijo la verdad y que todo cuanto dijo, no pudo ser desdicho con la Palabra es muy peligroso, pues puede condenarte al fuego eterno. Y es por este motivo, el no tener respuesta, que se manifieste en ellos, por falta de Palabra en sus labios y corazón, el verdadero espíritu que les está gobernando su vida. Demostrando con ello que no hay temor de Dios, pues blasfemar contra el Espíritu Santo, es el único pecado imperdonable que cita la Biblia. Y aquel que no tiene temor de Dios, aquel que no teme blasfemar contra el Espíritu Santo, es y sin lugar a dudas siervo y emisario del diablo indiscutiblemente. Ahora bien, recordemos que Dios es grande en misericordia, y que nos corresponde a nosotros interceder por estos... ¿caídos en pecado? por tal que Dios tenga compasión de ellos.

Nada más, a quien le corresponda morir a espada, que muera a espada. Nada más hermanos. Por hoy, ya está todo dicho. Ten muy presente lo dicho hermano:

Que Dios te bendiga inmensamente y, para llegado el momento malo, brote en ti toda la sabiduría que Dios y hasta entonces ha puesto en tu vida.

Luc. 12:10: “Dios perdonará incluso a aquel que diga algo contra el Hijo del hombre; pero no perdonará a aquel que con sus palabras ofenda al Espíritu Santo"

diumenge, d’octubre 16, 2005

Empezar de nuevo

Cuando empece a publicar en este blog, lo hice primeramente con la intención de mostrar al mundo cuanta falta de verdad había en el, cuanto se había llegado a degenerar la Palabra de Dios en pro de interesés y vanaglorías de la carne. Pero conforme va pasando el tiempo y conforme el Espíritu Santo va trabajando todo mi ser, me voy dando cuenta -mejor me va mostrando el Espíritu- que para nada sirve el hacer ver qué está bién o qué está mal, por la sencilla razón que hoy, los cristianos y en su inmensa mayoría, no tienen ni el más mínimo interés de hallar la verdad de Dios. Tan siquiera se esfuerzan por hallar el camino que les dará la libertad. Camino que como bien dicen saber, pero no ponen por obra, es el que siguió el que debería ser, pero no es, su único Señor, el Rey de reyes, el Señor de Señores: JESUCRISTO, EL HIJO DE DIOS. Y digo debería ser pero no es, por la sencilla razón que hoy casi nadie está dispuesto a seguir sus pasos, a buscar su verdad, a ser libre. No, casi nadie. Pero tan siquiera me preucupa lo más mínimo esto, tan siquiera me preucupa, por la sencilla razón que el Señor sabiamente nos dijo: encontraré fe a mi regreso... que clarito lo tenia mi Señor.

¿Pero que os está pasando hermanos, qué os está pasando? ¿Pero quién os creéis que es Dios?... De nuevo, sin ser esto motivo para ello, me encuentro desilusionado por la sencilla razón que hoy, la verdad, no es aceptada. No, no lo es!!. Hoy la verdad ha pasado a ser aquella que a ciertos cristianos y en particular, les interesa que sea. Estos, hoy acuden a congregarse allí donde les venden aquello que estan dispuestos a comprar, allí donde les dan aquello que sus oidos, ojos y carne quieren eschuchar, ver y palpar. Allí donde sus sentimientos de la carne quedan a flor de piel, llenitos de falsa unción. Allí donde creen salen con la gracia de Dios, con las baterías espirituales cargadas a tope después de una sesión de alabanza y como no; una linda prédica del pastor, pastor que sea dicho de paso, no siempre esta puesto por Dios (hay muy buenos humanistas en esta profesión). ¿Pero que importa esto? nada!! lo que importa es salir de allí ungido, lleno de gracia -Dios sabe de quien es esta unción y gracia- para aguantar hasta el próximo día, el cual, volverán cuando empiezen a flaquear las fuerzas de la que creen pero no es, unción de Dios. Cuando de nuevo la baterías espirituales esten bajo mínimos. Y hoy estoy hablando de los que acuden en busca de la gracia y unción que creen es de Dios, porque aparte y para otro día dejaré, a aquellos que acuden en busca de vanaglorias personales en el nombre de Dios.

Hermanos: Dios es grande en misericordia, pero cuidado, también es grande y más si cabe, en justicia, y hoy, lamentablemente, apenas hay justicia en el llamado pueblo de Dios. Hoy estamos viviendo una iglesia de fantasía espiritual que nada tiene que ver con la realidad de Dios, hoy estamos viviendo un evangélio light, un evangélio adaptado a sistemas cuyo único proposito real es que sus estadísticas en cuanto a fieles, obras, donaciones... y una larga lista -cuanto más grande mejor- de vanaglorias personales esten por encima de la congregaciones más cercanas, para poder demostrar con esto, que en ellas hay más unción y gracia de Dios... y como no, todo ello con la única pretensión de captar más y más adeptos para el sistema, que no creyentes en Jesucristo nuestro Señor. ¿PERO QUE OS ESTÁ PASANDO HERMANOS?

Hoy es fácil acudir cualquier congregación, en todas ellas están esperando con los brazos abiertos a ver quien cae, y si vienen de otra, mejor que mejor. Hoy y por desgracia, es fácil cambiar a otra si no agrada aquello que en la primera, segunda, tercera... están ofreciendo. Porque claro está, no importa demasiado Dios, lo que realmente importa hoy es que el YO esté agusto, que el YO decida que es y que no es de Dios, faltaría menos, porque su YO es libre por la gracia de Dios... jejejeje ¿libre por la gracia de Dios? je, je y je, pobres esclavos aquellos que dependen para ser libres de su YO. ¿Qué ya nadie les enseña que su YO fue condenado a muerte por Dios, cuando Adán cayó? No!!!, ahí radica el gran problema, que hoy nadie predica sobre la caida del YO y las consecuéncias nefastas que conlleva vivir arraigado a este, su YO.

Pero ya está bien, ya está bien y volveos a Dios, arrepientíos de vuestros pecados y pedidle perdón a Dios, reconoced que sois viles y presuntuosos pecadores, pues el tiempo se está acercando y el día menos pensado... Hermano: ¿Oras todos los días tu solo ante Dios?, ¿hablas con Dios?, ¿lees su Palabra cada día?, ¿le pides guía al Espíritu Santo antes de cualquier paso?, ¿crees, tienes fe y esperas en Dios?... o finalmente dejaste de lado todo esto para acudir conforme pide tu carne, allí donde estás siendo condenado por desonrrar al dejar de lado a tu único Dios. ¿Pero como puedes llegar a saber la verdad, si no la buscas por tu cuenta?. ¿Pero como puedes saber si es verdad aquello que te cuentan, si no escudriñas la Palabra por ti mismo hermano?... Con ello sólo consigues que el mal siga propagándose, pues tu eres quien acepta aquello que ciertos hombres hacen por su cuenta en nombre de Dios, pero que para nada es de Dios.

No se, como digo ultimamente, no hagas caso aquello que yo publico, tan siquiera pierdas el tiempo leyéndolo, más bien, ora para que no sea yo, sino Dios, quien te muestre la verdad que hay en ello.

Nada más, bendiciones de lo alto si en verdad este es tu anhelo.

dijous, d’octubre 13, 2005

¿Qué es ser creyente?

¿Acudir periodicamente a una congregación? No. ¿Creer en Cristo? No. ¿Orar todos los días? No. ¿Hacer buenas obras de caridad? No. ¿Estar en el grupo de alabanza? No. ¿Cursar pues estudios bíblicos reconocidos? No... Entonces: ¿qué es ser creyente?

Pues hermano, ni más ni menos que serlo. Y serlo es el luchar cada día por llegar a ser como Cristo nuestro Señor. No tarea fácil, por cierto. El único propósito de todo creyente es el llegar a ser como su Maestro, que no es otro que Jesucristo nuestro Señor. Para ello, es necesario morir cada día un poco más a nuestra carne, a nuestros sentimientos, a nuestros anhelos, a nuestras ambiciones, a... una larguísima lísta de impedimentos carnales que nos apartan de la verdad de Dios. Que como ya dije, tarea no fácil es esta.

No todos están dispuestos a ser creyentes, ya que supone un rádical cambio en sus vidas terrenales, apegadas estas aun a los sentimientos y anhelos de la carne. Por supuesto que cuando digo cambio rádical, no me estoy refiriendo a que se deba cambiar nuestra vida de un día para otro, porque el morir; supone un tiempo, un largo tiempo, supone toda una vida. Pero, hay que recorrer el camino cada día, cada minuto, cada segundo. Aquel camino que no es otro que el recorrido primeramente por Jesucristo nuestro Señor. Recuerda: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Jn 14.6).

Analicemos esto: Jesús nos dice que él es el camino, ¿y que es ser el camino? pues ni más ni menos que SERLO. Veamoslo en terminos humanos: Si no fuese necesario para todo creyente el llegar a ser como Jesucristo fue, para en verdad ser salvo, Dios no hubise predispuesto que su hijo tomase la condición de ser, al igual que usted y yo, humano. Cuando Dios predispuso que su hijo se encarnase, fue para que nos sirviese de ejemplo, es decir, para que nádie pudiese decirle al Padre y llegado el momento: es que no he podido hacerlo, es que humanamente no es posible, es que la prueba es insuperable... Recordemos que Jesús renunció, a pesar de tener todos los derechos, a su condición celestial, a sus derechos como hijo de Dios, a sus derechos de ser quien era: DIOS. Y militó, al igual que nosotros, en su condición de carne. Pero él nos mostró que si, que en verdad es posible vencer al mundo y llegar a ser salvo, tal cual nos lo pide Dios.

Ahora bien, usted me dirá: si pero... el tenía la guía de Dios, el tenía el Espíritu Santo, él estaba protejido y apoyado por los angeles de Dios, él era Dios... pare, pare, ¿aun es de los que creen que usted no dispone de todos, absolutamente todos los privilegios que Dios le concedió a Jesús, para que superase toda prueba? Hermano, si cree esto, anda muy mal, anda totalmente equivocado. Usted tiene todos, absolutamente todos los privilegios que tuvo Jesús, usted tiene al igual que él, el Espíritu de Dios. Usted es guiado, desde el momento en que creyó en verdad que Jesús es el Mesias, el hijo de Dios... por el mismísimo Espíritu Santo. Y este, estará con usted hasta el final de sus días aquí en la tierra. Ahora bien, otra cosa es que usted crea en verdad y trate por encima de todo el estar lleno de su presencia y como no, reconocer de una vez y por todas que usted es, al igual que Jesús, hijo de Dios. La única diferencia que hay entre usted y Jesús -guardese la distancia-, es que él, es el primogénito de Dios. El primero de todo, el Rey de reyes, el Señor de señores. Y que gracias a él, hoy usted: puede ser salvo, puede ser rey, puede ser señor, !ENTIENDALO: USTED ES HIJO DE DIOS!. Siempre y claro está, que usted en verdad crea y decida seguir los pasos de Jesucristo nuestro Señor.

Pero sabe, no debería creer aquello que yo escribo, sino escudriñar por su cuenta la Palabra, para que no sea yo, sino Dios, quien le muestre la verdad que hay en ello.

Yo, por mi cuenta y con el propósito de ayudarle en su tarea, le dejo estos versículos como arranque para su busqueda de la verdad:

Jn. 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

1Jn. 2:27: "Pero ustedes tienen el Espíritu Santo con el que Jesucristo los ha consagrado, y no necesitan que nadie les enseñe, y porque el Espíritu que él les ha dado los instruye acerca de todas las cosas, y sus enseñanzas son verdad y no mentira. Permanezcan unidos a Cristo, conforme a lo que el Espíritu les ha enseñado".

Luc. 6:40: "El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro".


Mat. 10:24: "El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor".

Bencidiones de lo alto hermano.

dijous, d’octubre 06, 2005

Destellos de esperanza

Hace apenas unos días tuve la ocasión de ver en directo a Jesús Adrián Romero, aquí, en Valencia (España). Fue una ocasión única para poder ver y según mi estimación, cerca de 3.000 cristianos reunidos en un mismo lugar. Esto fue para mi una gran satisfacción, porque es de las pocas ocasiones en las cuales podemos estar reunidos y unidos todos en un mismo lugar, sin tener en cuenta de que denominación o doctrina seamos. Es de las pocas ocasiones que aquello que realmente importa es el estar cerca de la presencia de Dios.

Me gusto aquello que Jesús Adrian dijo al principio. Que todo aquel que hubiese acudido allí por tal de verle a él, se llevaría una gran decepción, pues aquello que realmente era importante es que se hubise acudido allí con la única voluntad de terminar lleno de la presencia de Dios, después de disfrutar de una tarde de alabanza. Pero aquello que más me lleno, fue y como dije al principio, ver a una gran cantidad de cristianos que por encima de sus denominaciones, creencias diversas y diferentes formas de interpretación de la Palabra, estaban allí reunidos con la única intención de acercarse un poco más si cabe a la presencia de Dios. Y esto que allí pude ver, es lo que hoy nos reclama Dios. Que nos unamos todos en un mismo cuerpo, que no es otro que el de nuestro Señor Jesucristo, y que dejemos de una vez y por todas de lado nuestras diferéncias doctrinales en pro de una unión total con Jesucristo nuestro Señor, la cual mostrará al mundo la gran diferéncia que hay entre el pueblo de Dios y el resto del mundo secular.

Ahora bien, esto no será así, mientras haya intereses por en medio en pro de mantener sistemas establecidos por hombres y los cuales, solo benefician a unos pocos hombres. Pero básteme a mi hoy el haber podido contemplar con mis propios ojos que en verdad es posible agradar a Dios desde un mismo punto de vista, el cual, es el único, el que nos pide Dios, para estar un poco más contento y lleno de esperanza, al ver que aquello que Dios me muestra, en verdad es posible y que finalmente y llegado su momento, llegará a ser una realidad viva y latente entre aquellos que en verdad son hijos de Dios, aquellos que en verdad tiene hambre de Dios.

Nada más, pues la seguridad de que finalmente llegaremos a ser todos un mismo cuerpo en Cristo, y finalmente él llegará a ser nuestro único Rey y Señor, me ha dado fuerza para continuar tan árduo trabajo que en su día me encomendo Dios. Trabajo que no es otro que...

Bendiciones hermano.

dilluns, d’octubre 03, 2005

¿La Verdad? no gracias

Jamás paso por mi cabeza durante el tiempo en que me encontré apartado del mundo en mi búsqueda de Dios, que LA VERDAD tuviese tantísimo rechazo a mi vuelta. No, jamás llegué a pensarlo.

Uno no logra saber cuanto rechazo hay a LA VERDAD, hasta que no se aparta del mundo durante largo tiempo para estar a solas ante Dios, luchando por hallar LA VERDAD. Verdad que me fue revelada por el Espíritu Santo y como no; contrastada por la Biblia, mi conciencia y otros hermanos que con anterioridad supieron de ella; no facilmente es aceptada. No, LA VERDAD se pierde por entre las éticas, normas, mandatos, doctrinas, denominaciones y una laga lista interminable de creaciones de hombres en contra de la sana enseñanza y su verdad. Verdad que por cierto y ahora más que nunca, reitero con todas mis fuerzas y con todo mi ser que: !SOLAMENTE PUEDE SER CONOCIDA POR LA GRACIA DE DIOS Y OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN NUESTRAS VIDAS!

Cuanto más estudio la Biblia, cuanto más entiendo la Palabra revelada, cuanto más escudriño las escrituras y... cuanto más me entrego a Dios negándome a mi mismo para conocer LA VERDAD. Más sorprendido estoy de cuanta falsedad hay en el mundo -su mundo- llamado "pueblo de Dios". Sorprendido de cuanta antiverdad puedo hallar en aquellos que dicen llamarse crisitianos o peor aun, hijos de Dios (entiéndase: aquellos que son lobos con piel de oveja). Básteme dar toda la gloria a Dios, la cual está por encima de mandatos o doctrinas que solo benefícian y defienden los interesés de ciertas creéncias denominacionales, para darme cuenta que la verdad no es tan facilmente aceptada. No, hoy y lamentablemente, sólo se reconoce la verdad que defiende los intereses -sus intereses- particulares creados entorno a las denominaciones que los defienden. Verdad que dista mucho de la sana enseñanza que nos dio a conocer Jesucristo nuestro Señor, a su muerte en la cruz. Pero lamentáblemente hoy esto es lo que menos importa. Hoy aquello que realmente importa es demostrar que son los únicos que tienen la verdad entre sus filas, creéncias y doctrina denominacional. Lamentable, es lamentable, pero Dios en su justicia: pagará el doble su iniquidad y su pecado; porque contaminaron su tierra con los cadáveres de sus ídolos, y de sus abominaciones llenaron su heredad (Jer. 16.18).

No me quedan fuerzas hoy para seguir con este tema, porque cuanto más escribo sobre ello, más mal me encuentro conmigo mismo, porque los celos que tengo por mi Dios y su hijo Jesucristo, mi Señor, me invaden de un desasosiego inmenso que me lleva a estados anímicos que para nada son deseables para un hijo de Dios. Y si yo, en mi humilde condición de servidor llego a estos estados, cuanto más llegarán a afectar a mi Dios Padre, y como no, a su hijo Jesucristo, el cual murió por... ¿por qué murió?

La verdad dada a conocer tal cual es, no fácilmente es aceptada por aquellos que dicen ser pueblo de Dios, porque: la verdad siempre es rechazada en pro de intereses denominacionales o doctrinales y en beneficio y defensa de aquello que solamente justifica su existencia, que no la de Dios. Pero dejaré este tema para otra ocasión pues llegado a este punto, necesito de más oración con mi Señor, porque como bien dije, llego a estados de veradera decepción, impoténcia, dolor, pena y... lágrimas vivas por la falta de toda gloria para mi Señor.

Que Dios bendiga a cada cual conforme a su fe. Yo por mi cuenta, aquí y ahora, puedo dar a conocer libremente la verdad tal cual me la muestra el Espíritu de Dios. Y por ello, gracias y más gracias le doy. Pues soy libre, libre por aquello que Él y solo Él me mostró.

A ti voy Padre, escucha de nuevo mi humilde oración.

diumenge, d’octubre 02, 2005

El perdón

Hoy publico un escrito que nos hizo llegar Orlando José, amigo y hermano en la fe, desde Argentina. Trata del perdón, uno de los principales problemas que podemos hallar entre la mayoría de cristianos en la actualidad:

EL PERDÓN, EL MEJOR REGALO QUE PUEDES DARTE:

¿Crees que perdonar es difícil? Muchas persona lo creen así porque piensan en el perdón como un regalo que van a dar a alguien más. El perdón es un regalo para ti mismo, no para el otro.

Huimos del perdón cuando decimos "Yo nunca le perdonaré" o "Que le perdone Dios". Dios no nos puede perdonar porque simplemente Él nunca nos juzga, somos nosotros quienes a diario emitimos juicios.

El juicio nace del miedo, el perdón en cambio va de la mano con el Amor. El juicio va acompañado de ira, resentimiento y venganza. ¿Te sientes tú inocente? Es difícil hacerlo, todo el tiempo nos estamos sintiendo culpables, es por eso que también necesitamos perdonarnos a nosotros mismos. Esto es a veces más difícil que perdonar a los demás. Desde que nacemos nos sentimos envueltos en culpabilidad, ya tenemos encima "el pecado capital", ya se nos ha rotulado como culpables, haciéndonos sentir inmerecedores y rechazando la abundancia, auto-castigándonos para minimizar la culpa. No hay sanación posible si no hay primero un proceso de perdón. El perdonar te descarga y te ayuda a sentirte más liviano. Cuando tienes un resentimiento con alguien te ves triste, rígido, se te endurece el rostro.

PROMESAS DEL PERDÓN

1.Reconciliación. El perdón te conduce a un proceso de reconciliación. Esto no implica que tengas que hablar personalmente con aquella persona por quien te sentiste lastimado, simplemente tráela a tu corazón y limpia tus resentimientos con ella. Todos los procesos de perdón te traen el regalo de la salud y la alegría. Muchas enfermedades nacen de resentimientos o ira reprimidos, que terminan produciendo en el organismo sustancias dañinas que afectan nuestra salud y bienestar.
2.Armonía en las relaciones. Con el perdón dejas atrás heridas y sentimientos dolorosos, cortando así las cadenas que te hacen daño al mantenerte atado a los demás.
3.Paz Interior.
4.Dejar el Pasado Atrás.
5.Libertad.
6.Recuperar el Poder Personal.

DISTORSIONES DEL PERDÓN
Muchos confunden el perdón con alguna de estas distorsiones:

1.Ocultar los Sentimientos. Colocarte máscaras de tranquilidad cuando tienes sentimientos encontrados que te convierten en un volcán. Muchas personas creen que ser espirituales no les permite sentir este tipo de emociones, por eso los ocultan.
2.Permitir o Justificar. Nos rehusamos a perdonar para protegernos de ser maltratados otra vez, pero perdonar no es permitir ni convertirte en víctima para que otros pasen por encima de ti, ni defender al otro que te agrede. El que perdones no te obliga a seguir permitiendo el daño.
3.Adoptar Actitud de Superioridad. Si sientes que eres superior espiritualmente y por eso estás obligado a perdonar, y luego haces alarde de tu perdón, no estás perdonando sinceramente. El perdón es humilde si se hace de corazón.
4.Sufrimiento. Si tu ego aún se siente lastimado, si dices perdonar y aún te causa dolor el recordar lo sucedido, no has perdonado. Muchos se someten a situaciones que los lastiman por simple resignación, mas interiormente se acumulan cargas y cargas que impiden su libertad.
5.Ceder el poder Personal. Perdonar no implica que el otro pueda hacer contigo su voluntad. Sólo tú tienes el poder sobre tu vida.

¿Cómo puedes saber si ya has perdonado? Solamente observa la situación otra vez, recuerda a aquella persona que te lastimó, si al hacerlo se mueven en ti otra vez las mismas emociones, sientes rabia, tristeza, dolor, es tal vez porque te has convencido de un falso perdón.

PASOS DEL PERDÓN
Antes que nada separa la conducta del ser, puedes perdonar a la persona aunque su conducta haya sido inaceptable para ti. El perdón nace del corazón, sin embargo podríamos hablar de algunos pasos a seguir para alcanzarlo.

1.Reconocer y aceptar que hay en ti una herida.
2.Deshacerte del dolor. No es fácil, pero recuerda que eres inocente y no tienes de qué culparte ni por qué culpar a nadie.
3.Liberarte cambiando la visión. Trata de ver siempre más allá, con los ojos del alma.
4.Decide sobre la forma en que quieres seguir manteniendo tu relación con la persona que te hirió.
5.Sé Humilde.
6.No te duelas por haber perdonado.

Perdonar no es más que aprender a ver las cosas de otra manera, no rotular ni juzgar a nadie.

Resentir es no permitir que la herida sane para poder vivir en el presente. El pasado no lo podemos cambiar pero lo podemos observar de otra manera.

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