divendres, de setembre 30, 2005

Nuestros propósitos

Una vida llena de propósito, por mucho que se ame a Dios, no siempre es sinónimo de buen camino. Muchos somos los que nos hemos propuesto más de una vez el llevar a delante propósitos personales creyendo que eran llamados para la obra de Dios, y los cuales, finalmente, hemos podido comprobar que han necesitado de nosotros y en algunos casos de otros hermanos, un gran esfuerzo personal para llevarlos a buen fin, o en el peor de los casos, haber tenido que abandornarlos por el camino por un enfriamiento del propósito inicial o clara falta de fruto en ellos. Y razón esta, que finalmente y más que beneficiar la obra de Dios, se ha dejado por enésima vez en entredicho la grandiosidad de nuestro Padre. La razón y en la mayoría de estos casos, ha sido debida a que fue nuestro propósito y no el de Dios. La obra de Dios, aquella que está dentro de Su propósito, que no el nuestro (por cierto: !SOLO HAY UNA OBRA DE DIOS!) siempre llega a su fin por mucho que parezcan torcerse las cosas. Pero desgraciadamente no siempre nos resulta fácil aceptar que aquello que en un principio creimos y pusimos por obra con tanta ilusión y "fe", no era verdaderamete un propósito real de Dios y... Nuestro orgullo, es nuestro orgullo: !HA DE SER DE DIOS A CUALQUIER COSTE!

La Biblia nos insta una y otra vez a que esperemos a ser guiados por el Espíritu Santo antes de tomar cualquier decisión. Pero por desgracia y mayoritáriamente en la actualidad, los creyentes han traspasado la barrera intraspasable del no esperar al llamado real, aquel llamado que Dios pone en nuestro corazón y que es verdaderamente su propósito; llamado que nos es dado a conocer por el Espíritu Santo. Ahora bien, para en verdad poder reconocer que es de Dios el llamado y no de..., primeramente habremos de haber sido, digamoslo así, adiestrados para reconocer cuando es el Espíritu Santo quien nos llama para determinado trabajo en la obra de Dios.

Esto suele suceder porque los creyentes desconocen que Satanás también evoluciona conforme vamos avanzando el camino de Dios y conociendo su verdad -sea dicho de paso, sólo hay una verdad, una fe y un Dios-. Porque este, Satanás, aprende de nosotros y como no, para nosotros en particular. Satanás no esta vencido ni mucho menos, Satanás tiene toda nuestra vida por delante para tratar de apartarnos del camino que nos lleva a la verdad del Padre, y puede perfectamente esperar por años el momento oportuno para sacar a la luz la artimaña que hasta entonces permaneció oculta en nosotros. Reconozcamos todos que Satanás es poderoso -no todo poderoso, porque este lo es Dios- pero muy poderoso y lo que más: sutil. Lo cual nos obliga a estar toda nuestra vida pendientes de nosotros mismos. Una excesiva confianza puede terminar mantando al más santo. Es por ello que cuando veamos -o nos muestren- en nosotros el más mínimo indício que Satanás pueda estar actuando en nuestras vidas, deberemos parar la obra y centrarnos plemamente en la oración, hasta que nos sea mostrado y finalmente erradicado de nuestras vidas y puesto en la Cruz. Porque de no hacerlo así, tarde o temprano tendremos que pagar las consecuencias.

Por supuesto que no es necesario que todo termine con malas consecuencias en un principio para nosotros, pero para Dios, todo aquello que se haga en su Nombre, como mínimo tine que ser digno de Él. Así que dejemonos de andar con vidas llenas de propósito y centremonos en vidas llenas de Espíritu y propósito real de Dios. Porque a la vista está que 2000 años después de Cristo, la llamada iglesia aun anda en pañales en cuanto al reino de Dios, y en consecuencia, aun deben de ser alimentados con leche la mayoría de creyentes y lo que peor, los dirigentes de estos creyentes. Y hablo de los dirigentes que andan en leche, porque los hay que... bueno, los hay de todos los colores, credos y religiones... que distan una eternidad del propósito real de Dios.

En cuanto a la verdad de lo dicho, tan sólo miremos a los grandes monstruos -sistemas eclesiásticos- que dicen llamarse iglesia verdadera de Cristo en la actualidad, y veremos donde nos llevan los própositos que no han sido ordenados y guiados por Dios. Aunque a la vista parezca que son obra de Dios, por su grandiosidad, consolidación, crecimiento y cantidad de fieles, todos sabemos que no andan confome a la Palabra de Dios y su sana enseñanza, sino conforme a los "buenos propósitos" de algunos hombres y que, al pasar de los tiempos, van terminado por su degeneración con la verdad y sana enseñanza que Cristo nuestro Señor nos enseñó.

Así pues y para terminar, tengamos presente que cada uno de los propósitos que vengan a nuestra mente deberán ser presentados en oración ante Dios y a la espera que el Espíritu Santo nos confirme que en verdad están dentro de Su propósito. Entonces y sólo entonces, tendremos plena autorización del Padre y lo que más: plena seguridad que la obra será finalizada conforme al plan de Dios. Obra que no necesariamente nos corresponderá a nosotros ver su final aquí y ahora. !SEÑOR: CUANDO ENTENDERÁN QUE LA OBRA NO COMENZÓ NI TERMINARÁ EN NOSOTROS!

Desde hoy y si algo te propones, asegurate que que sea en verdad para la gloria de Dios. Dejémonos ya de andar con vanaglorias personales y centrémonos de una vez y por todas en la obra de Dios. Obra que no es otra que: "Una voz grita: “Preparen al Señor un camino en el desierto, tracen para nuestro Dios una calzada recta en la región estéril. Rellenen todas las cañadas, allanen los cerros y las colinas, conviertan la región quebrada y montañosa en llanura completamente lisa. Entonces mostrará el Señor su gloria, y todos los hombres juntos la verán. El Señor mismo lo ha dicho (
Is.40:3-5) Pero por desgracia: no todos quieren, ni se esfuerzan por entender que: !LA VERDAD ESTÁ EN ELLO!.

Bendiciones y recuerda: "!Honor y gloria por siempre al Rey eterno, al inmortal, invisible y único Dios! Amén. (1 Ti 1.17)

dimecres, de setembre 28, 2005

¿Denominaciones?

Hablar de denominaciones, es hablar de forma antibíblica. Por más que leamos y releamos la Biblia, en ningún lugar de ella lograremos hallar nombres denominacinales como ahora: pentecostales, bautistas, fundamentalistas, carismaticos... y una larga lista de nombres que de ninguna manera lograremos hallar fundamento bíblico válido que los apoye. No se ni cuando ni donde empezarón a surgir estas diversas denominaciones, ni me interesa lo más minimo saberlo. La verdad sea dicha, algunas rozan aquello que el libro de Apocalipsis llama "nombres blasfemos" pero este será tema para otro día.

En la Primera Carta de Pablo a los Corintios, que como bien sabemos pecaban de andar aun en la carne, apesar de estar bendecidos con todos los dones del Espíritu; Pablo ya les rogaba que se puesieran de acuerdo y que no estuviesen divididos. Pensando y sintiendo de una misma manera. Bueno, para no ser yo quien lo diga, leamos aquello que nos dice la Biblia:

1 Co 1.1-17: "Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. 11 Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. 12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. 13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? 14 Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, 15 para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre. 16 También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro. 17 Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo".

Yo, y tomandome la libertad de ponerme a día de hoy en el lugar de Pablo, os digo publicamente y sin ningún miedo a equivocarme ante la Sana Enseñanza que: todos aquellos de vosotros que aun andais diciendo que sois de tal o cual denominación... !ANDÁIS CONFORME LA CARNE Y NO EL ESPÍRITU DE DIOS! y doy por terminado este breve sermón. Cada cual escuche su espíritu. Bien se que todos aquellos que andáis conforme al Espíritu de Dios, que no es otro que el Espíritu Santo, lo habréis finalmente entendido y como no, aceptado.

Nada más hijitos. Bendiciones de lo alto.

dimecres, de setembre 21, 2005

El día a día

Por más que me esfuerce no logro entender el sentir de ciertos cristianos. No, no logro entender. Y la razón no es otra que viendome a mi, día a día, luchando por hallar la verdad de Dios, aquella que solamente el Espíritu Santo puede mostrarme. Sin ninguna unción, sin ningún sentimiento especial, sin nada que me de muestras en mi, que Dios está ahí, a mi lado, dandome su apoyo...

Día a día oro apartado del mundo, yo solo. Día a día le pido a Dios que me muestre como hallar el camino. Día a día le pido a Dios que me de unción, pero no: todo parece estar seco en mi, todo parece oscuro, todo parece confuso, y... Dios no parece darme nada. No, Dios parece que se alejo de mi, que me dejo solo ¿en qué le fallé? me pregunto una y otra vez...


Pero es ahí, en la más profunda de las soledades, en los momentos mas angustiosos, cuando comienzo a ver la verdad, la única verdad: que ya no soy de aquí, que mi vida ya no corresponde a este mundo, que ya no soy yo, sino que es Cristo quien vive en mi. Es ahí cuando comienzo a dislumbrar la verdadera paz... !cuando dejo de sentir!

Sí, mi cuerpo empezó a dejar de sentir, de desear, de querer, de luchar, dejo de ser... pués morí. Morí al mundo, a los deseos, a los sentimientos, a... !mi anterior ser! y miro atrás y siquiera puedo pensar en volver allí, al mundo; porque nada, absolutamente nada hallaré que me de la paz que logré cuando en verdad renuncié a todo mi aterior ser. Porque nací de nuevo par servir hasta el fin de mis tiempos a Jesucristo, mi fiel amigo.

Padre: hazme morir más y más, pues quiero llegar a la verdad que hay en ti.

dijous, de setembre 15, 2005

No digas Padre

Hoy publico este texto que vi en el Blog de mi buen amigo y hermano Néstor, y que se lo hizo llegar uno de su muchos lectores. Aunque no es del todo nuevo, si lo es muy real y cierto. Por ello, yo también me he sumado a publicarlo.

No digas "PADRE," si cada día no te portas como su hijo.

No digas "Nuestro," si vives aislado en tu egoísmo.
No digas "Que estás en el cielo," si solo piensas en las cosas mundanas.
No digas "Santificado sea tu Nombre," si no lo honras con tus palabras y tus obras.
No digas "Venga a nosotros tu Reino," si no vives y llevas la Buena Nueva.
No digas "Hágase tu voluntad," si no la aceptas cuando es dolorosa.
No digas "Danos hoy nuestro pan," si no te preocupas por la gente con hambre, sin cultura y sin vivienda.
No digas "Perdona nuestras ofensas," si guardas rencor a tu hermano.
No digas "No nos dejes caer en la tentación," si coqueteas con ellas.
No digas "Líbranos del mal," si no tomas partido contra el maligno.
No digas "Amén" Si no has entendido ni tomas en serio las palabras del "Padre Nuestro"

Recuerda que tu también puedes participar en nuestro Blog. Simplemente haznos llegar todo aquello que nos ayude a crecer en Cristo a: raul_gil@ono.com

Morir y nacer de nuevo

Jn. 3:6: "Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu"

Cláramente lo dice la Biblia: lo que nace del Espíritu, es espíritu. Por ello, todos los nacidos de nuevo, espíritu son. Hermanos, no se la razón que lleva a pensar a la mayoría de creyentes (si la se, pero será en otro momento) que Dios nos bendecirá con toda clase de bienes, digamoslo así, terrenales. Bien sabéis que muchos sois los que andais pidiendo a Dios que os bendiga con: una mejor casa, un mejor trabajo, un buen coche, más dinero, más salud, más... una lista interminable de cosas que nos pide la carne. Pero permitidme que os diga que: !ANDAIS EQUIVOCADOS! No quiero decir con esto que a Dios no le agrade bendecir a sus siervos con todas estas cosas que nos pide la carne, no, a Dios si le agrada, pero para que Dios os dé estas cosas, primeramente deberéis ser verdaderos siervos suyos. Quiero decir con esto, y como ya cité en anteriores escritos que: "...buscad primeramente el reino de los cielos y el hacer lo que es justo delante de Dios, y todas esas cosas se os darán por añadidura" (Mt. 6.33). Pero tened claro que os serán dadas siempre y cuando estén dentro del proposito de Dios, y su obra, mediante vosotros.

Para aclarar un poco más lo que estoy diciendo te diré que; morir es exactamente aquello que es: morir es renunciar a nuestro yo, a nuestro ser, a nuestras ilusiones, a nuestra vida, a todo, absolutamente todo nuestro ser antes de la conversión (llegar a ser como Jesucristo nuestro Señor, ni más ni menos). Porque de no ser así, no es morir, sino estar muerto a medias, por consiguiente, las medias no son enteras, y por ello, no estamos muertos; y razón esta por la cual aun no podemos nacer de nuevo, nacer del Espíritu, ser espíritu.

Y nacer de nuevo es ni más ni menos que nacer del Espíritu, ser espíritu. Y el que es espíritu: no necesita de nada que ofrezca este mundo, porque aquel que nació del Espíritu, ya no es de este mundo, sino del reino de Dios. Y por ello: nada, absolutamente nada de este mundo desea; porque todo es suyo y cuando digo todo es suyo, me estoy refiriendo a que todo cuanto necesite para llevar acabo el proposito que Dios predispuso, desde antes de los tiempos, para su nueva vida en Cristo, le será proporcionado por Dios mismo. Dejó ya de preucuparle... el pan para mañana, entre otras cosas. Y es entonces, cuando se ha nacido de nuevo, que podremos orar al Padre, en nombre de Jesucristo nuestro Señor, para que nos conceda todo cuanto le pidamos, como ahora: paz para la iglesia, salud para nuestros hermanos, humildad, sabiduría, paciencia, dominio propio, fidelidad... creo que entenderás qué es aquello que pide todo aquel que nació de nuevo, todo aquel que nació en verdad del Espíritu... !todo aquel que es espíritu!

Hermanos: prefiero hablar poco y claro, que mucho y difuso, por ello y como en artículos anteriores, lo dejo aquí. Cuando tengas claro todo esto y este por obra en tu vida, entonces podrás entender aquello que compartiré otro día.

Si no lo entendiste o aun no puedes aceptarlo, pido ahora mismo a Dios, en nombre de Jesucristo mi Señor, que te de la luz que necesitas para poder ver la verdad que quedó hoy escrita en lo más profundo de tu corazón.

Bendiciones de lo alto, si en verdad ese es tu anhelo.

dimecres, de setembre 14, 2005

Buscad primeramente...

Mt. 6.33: "Por lo tanto, buscad primeramente el reino de los cielos y el hacer lo que es justo delante de Dios, y todas esas cosas se os darán por añadidura"

Solo Dios sabe cuantos son los creyentes que andan cada día detras de las cosas de este mundo, sin preucuparse lo más mínimo por hallar primeramente el reino de Dios. Y la mayoría de ellos así lo hacen, por la sencilla razón que aquellos que deberían darselo a conocer no lo hacen, o no saben hacerlo. Por ello hoy hablaré apenas unas líneas sobre como saber si andamos o no por él.

Quiero comenzar por aquello que cláramente nos muestra si andamos o no camino del reino de Dios. Para ello deberemos mirar, primeramente, aquello que Dios hizo o está haciendo en nosotros. Como ahora: haber sido bendecido con los primeros frutos que da el Espíritu Santo y que no son otros que: ...amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio (Gál. 5:23) Tengamos presente que sin estos primeros frutos obrando en nuestra nueva vida, y que son el primer sintoma de que el Espíritu Santo está en nosotros, mejor será olvidarse de abanzar ningún paso más hasta que logremos estar llenos de ellos. Porque hermano, sin estos primeros frutos del Espíritu Santo, no se puede trabajar en/para la obra de Dios, pues esta, aun no está completa en nosotros mismos, y por consiguiente, aun andamos buscando el reino de Dios. Y... como decirte... mmmmm... !serás un ciego que guiará a otros ciegos!

Aré aquí un pequeño inciso: nadie debería ponerse a trabajar en la obra de Dios sin antes estar totalmente seguro de que anda totalmente conforme a la sana enseñanza, y no solo porque él así lo crea, sino porque otros también ven en él que así es. Porque hermanos: se ve a una legua de distancia que el Espíritu Santo reposa y ha tomado plenamente el control de la nueva vida del creyente, que es ya cristiano. En otras palabras más claras, todo aquel que no es guiado por el Espíritu Santo, no está capacitado para la obra de Dios y menos aun para guiar a otras creyentes.

Sigamos: una vez han comenzado a ser una realidad en nosotros mismos los frutos anteriormente citados, estos pasarán a afectar nuestro entorno más directo, en el caso concreto de ser un cristiano casado y con hijos, veremos claramente que: "En la intimidad de tu hogar, tu mujer será como una vid cargada de uvas; tus hijos, alrededor de tu mesa, serán como retoños de olivo" (Sal. 128.3) Y, de nuevo, debemos tener presente que hasta que esto no tenga lugar en nuestra propia casa, no estaremos preparados para salir a guiar las vidas de otros creyentes, y menos aun, las llamadas iglesias del Señor. Como ya dije al principio, cualquier crisitiano que en verdad quiera servir a Dios, deberá buscar primeramente su reino aquí en la tierra antes de ponerse a trabajar en la obra de Dios.

De nuevo haré un pequeño inciso: Desgraciadamente hay muchos líderes, pastores, maestros y demás creyentes en cristo, que a pesar de no estar llenos y obrando en ellos estos primeros frutos que da el Espíritu Santo, no han dudado en ponerse o ponerlos al cargo de grupos de creyentes o peor aun, pequeñas y grandes congregaciones, por la sencilla razón que... bueno, ellos y Dios sabe quien, sabrán cual es la razón por la cual están donde Dios no les ha mandado estar.

Termino aquí y por ahora este pequeño estudio, ya que prefiero hablar poco y claro, que mucho y confuso. Si lograste entender esto, estarás preparado para aquello que compartiré en otro momento. Si no: ¿a qué esperas para ponerte al trabajar en ello?

Nada más. Bendiciones de lo Alto.

divendres, de setembre 09, 2005

Esperar en Dios


No siempre tengo palabras para poder compartir aquello que Dios puso en lo más profundo de mi corazón, no siempre las tengo. Muchas veces he de luchar con todas mis fuerzas contra cansancio, desasosiego, mal estar o... dudas y más dudas que satanás trata una y otra vez de poner en mi mente, que no en mi corazón, porque este: !está gobernado por mi Señor!

Hoy es una ocasión de esas, una ocasión en que tal cual voy escribiendo, luchando contra la desgana que trata de apoderarse de mi, van saliendo estas palabras que ahora estás leyendo. Pero sigo, sigo porque se que en lo más profundo de mi ser !Él está ahí, a mi lado, dándome palabra a palabra, línea a línea, párrafo a párrafo, aquello que en verdad quiere compartir hoy! Sí, y finalmente y al terminar, puedo ver que aquello que quedó escrito, no fui yo quien lo escribió, sino la Divina Persona que obra cada día, cada minuto, cada segundo... en mi nueva vida. ¿Quién? !el único, el insustituible Espíritu Santo, el mismo Dios! !Aquel que Jesucristo mi Señor prometió enviar a todos cuantos creyesen que Él es quien dijo ser: el Mesias, el Hijo de Dios, nuestro único Señor; el que resucitó de entre los muertos por y para: poder y gloria de Dios!

Hoy y cada día más, el Espíritu Santo está siendo arrinconado, dejado de lado... !casí olvidado! Está pasado a ser uno más de entre tantos y tantos "seres" que nombra la Biblia, ha dejado de ser lo que es: !LA TERCERA PERSONA DE LA TRINIDAD! Hermanos, por mal que algunos les siente, el Dios trino, es ni más ni menos que trino, que no es otra cosa que: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y los tres son una misma persona, !LOS TRES SON DIOS! (para los que aun andan alimentándose de leche). Y, !hay de aquel que niegue esto, porque está negando la gloria y la grandeza de Dios Padre mismo!

Es sorprendente ver como se predica en muchas congregaciones el misterio de la Santísima Trinidad, que Dios es tres en uno, que Dios es un Dios trino. Pero a la hora de hablar del Espíritu Santo y su obra en el creyente... !Aaaaay! reconcer quien es en verdad y cual es la obra que sólo puede realizar única y exclusivamente el Espíritu Santo en el creyente... !Aaaaay, ahí si que nos han dado!. (como dicen en mi tierra: !Aaaaay, que ens desmonten la paraeta!)

Dios reclama con fuerza a sus verdaderos siervos que vuelvan a instaurar el honor y la gloria que le correponde, como parte misma de Dios que es, la insustituible Tercera Persona de Su Trinidad, la Divina Persona del Espíritu Santo. Dios está cansado, muy cansado de que cada día más y más sea negada la Divina Tercera Persona. Y hermanos, aquel que no le de al Espíritu Santo la gloria que merece -la misma que merece Dios- !será condenado en el fuego eterno, porque con sus actos está negando al Dios Padre eterno, y como no, toda la obra y gloria de su hijo Jesucristo! Para aquellos que aun no lo sepan -y si lo saben se hacen los sordos- !Jesucristo no murió para perdón de nuestros pecados, Jesucristo murió para poder obrar en nosotros por medio del Espíritu Santo que nos prometió, siendo este, el Espíritu Santo, quien nos limpia y libra de todo pecado!

Termino con estos cuatro versículos: los dos primeros son la promesa dada por Dios en el Antiguo Testamento y los dos segundos la confirmación por parte de nuestro Señor Jesucristo:

LA PROMESA DE DIOS:

Jer. 31:33-34: Esta será la alianza que haré con Israel en aquel tiempo: Pondré mi ley en su corazón y la escribiré en su mente. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. 34 Ya no será necesario que unos a otros, amigos y parientes, tengan que instruirse para que me conozcan, porque todos, desde el más grande hasta el más pequeño, me conocerán. Yo les perdonaré su maldad y no me acordaré más de sus pecados. Yo, el Señor, lo afirmo.”

LA CONFIRMACIÓN:

1Jn. 2:27-28: Pero ustedes tienen el Espíritu Santo con el que Jesucristo los ha consagrado, y no necesitan que nadie les enseñe, porque el Espíritu que él les ha dado los instruye acerca de todas las cosas, y sus enseñanzas son verdad y no mentira. Permanezcan unidos a Cristo, conforme a lo que el Espíritu les ha enseñado. 28 Ahora, hijitos, permanezcan unidos a Cristo, para que tengamos confianza cuando él aparezca y no sintamos vergüenza delante de él cuando venga.

Bendiciones de lo alto hermanos.

Diezmos y ofrendas

Pocas son las congregaciones que no estén viviendo el problema de los diezmos y las ofrendas. Bástenos visitar algunas de ellas para darnos cuenta de cuanta insistencia hay sobre este tema en particular. Pero sepan todas ellas que cuando tiene lugar este problema, es porque no se está sembrando conforme a la voluntad de Dios.

Personalmente les diré, porque así me lo hace ver el Espíritu Santo, que este problema tiene lugar por una falta de verdadera sana enseñanza. Digo esto, porque en la mayoría de estas congregaciones se insiste en predicar que: hay que dar, para que Dios nos de a cambio. Error grande este, pues todo aquel que da con la intención (auque sea en lo más profundo de su yo) de recibir algo a cambio, no esta dando, sino comprando, o si se prefiere, invirtiendo para recibir algo a cambio de Dios, y que por lo general se espera o se cree, será en proporción superior a lo que se dio.

Hermanos: Dios no debe nada a nadie, porque nada es nuestro, sino que todo, absolutamente todo es de Dios, y por ello, todo cuanto poseamos es porque, Dios, primeramente nos lo dio (somos administradores de sus bienes, que no es lo mismo). Ahora bien, es natural que en aquellos que aun son creyentes, que no cristianos
(otro día les hablaré de esto) no logren entender que todo cuanto ellos tienen o puedan tener, les fue o será dado por Dios. Siendo la razón principal de esta su creencia, que aun andan conforme la carne y no conforme el Espíritu. Por ello, su entrega aun no es total a Dios en Espíritu, y por ello continúan, digámoslo así, guardándose el maná para el día siguiente, por si de caso les falla Dios.

El diezmo y las ofrendas que le agradan a Dios, son aquellas que son dadas de forma totalmente voluntaria, sin esperanza de recibir nada a cambio. Es decir: aquellas que se dan por amor al prójimo y por consiguiente a Dios. Las ofrendas que en verdad le agradan a Dios, son aquellas dadas de todo corazón, dadas porque así nos lo demanda Dios. Y estas ofrendas no siempre son referidas a dar dinero, porque hermanos, muchas otras cosas son en verdad ofrenda grata a Dios, como ahora: dar ayuda al necesitado, corregir al que anda equivocado, dar vista a los ciegos, liberar a los esclavos, o simplemente: el barrer al terminar el culto, el centro de reunión. La verdadera ofrenda es aquella que se hace por amor verdadero a Dios. Nuestro Padre no quiere que demos diezmos y ofrendas de forma puntual, y menos aun con la intención de recibir algo a cambio, sino todo lo contrario, lo que le agrada a Dios Padre es que todo nuestro ser sea ofrenda viva y grata para su gloria. Lo que el Padre nos demanda es que seamos tal cual nos enseña nuestro Señor Jesucristo… ¡verdaderos siervos de Dios! ¡verdaderos administradores de su bienes! ¡bienes que Él nos dio!

Aunque es un tema que da mucho más de si, no es este lugar para largos documentos, por ello solo les diré y para terminar, que: todas aquellas congregaciones que necesitan de repetir una y otra vez que hay que diezmar y ofrendar, denotan que en ellas hay una falta de sana enseñaza hacia sus fieles, enseñanza no conforme a la demandada por Dios. Que no es otra que: el no enseñar el verdadero por qué del diezmo y las ofrendas. Tengamos en cuenta que la sana enseñanza no es el dar para recibir, sino, el por qué dar sin buscar el recibir.

Cuando un creyente comienza a ser guiado por el Espíritu Santo, este, le muestra el por qué de muchas cosas que hasta entonces no lograba entender desde su condición carnal, pero conforme el Espíritu Santo obre en sus vidas, estas actitudes que denotan una clara carnalidad, irán desapareciendo (muriendo) en ellos. Hermanos: si lo hacemos así, permitiendo que obre en ellos el Espíritu Santo, veremos como en poco tiempo y de forma natural y voluntaria los creyentes comenzarán a dar frutos, como ahora: el diezmar y el ofrendar, sin límites ni duda alguna. Y no solo en cuanto a dinero se refiere, sino en muchos otros aspectos que día a día les demandará Dios.

Hermanos: no tratemos de imponer, al contrario, limitémonos a dar a conocer las virtudes de aquel que nos llamó a su luz y dejemos que sea Él y solo Él, quien les alumbre día a día en su camino. Pero eso si, primeramente deberá haber luz en nosotros mismos, porque sino, no habrá… ¡Que Dios les bendiga!

dimecres, de setembre 07, 2005

!Llegó el final de los tiempos!

Llegó el momento, ¡llegó el final de los tiempos!. Dios Padre así lo predispuso, y así está sucediendo. Sí ¡llegó el final de los tiempos!

Hasta hoy las iglesias del Señor han estado cubiertas por el velo que Dios Padre les puso, para que no pudiesen ver, para que no pudiesen oír, para que no pudieran entender… para vergüenza de aquellos, que en vez de seguir a Dios, se limitaron a honrarle de labios a fuera, y permanecieron lejos, muy lejos, en sus corazones secos.

Llegó el momento, ¡llegó el final de los tiempos! Y Dios Padre tomará las riendas de su pueblo. Llegó, ¡llegó el final de los tiempos!

De camino viene nuestro Señor Jesucristo a juzgar a todos. A vivos y muertos. Porque llegó, ¡llegó el final de los tiempos!

Los humildes volverán a alegrarse en el Señor; los más pobres se gozarán en el Dios de Israel. Se acabarán los insolentes, dejarán de existir los arrogantes y desaparecerán los que solo piensan en hacer el mal.

¡Levántate hermano! !atiende el llamado del Señor! No sientas vergüenza, ni miedo, ni temor... !nuestro Señor Jesucristo de nuevo viene! Porque llegó, ¡llegó el final de los tiempos!...
!atiende el llamado del Señor!

Estate tranquilo y sereno, esperando en el Señor, porque va haber: granizos, tormentas, terremotos…
¡potentes trompetas os anunciarán la nueva venida de nuestro Señor!. Estate atento, abre tu corazón, a las Palabras que en breve llegarán a tu congregación. Estate atento, porque llegó, ¡llegó el final de los tiempos! ¡El regreso de nuestro Señor!

Estad preparados, atentos y unidos en el Señor. Porque llegó, ¡llegó el final de los tiempos! Nadie sabe el día ni la hora, pero llegó, ¡llegó el final de los tiempos!

Permaneced atentos a los cambios, a las luchas, a las caídas, a las vicisitudes que en breve se verán entre aquellos que dicen llamarse: ¡iglesias de Jesucristo nuestro Señor!

Llegó, ¡llegó el final de los tiempos! ¡De nuevo viene nuestro Señor!

dilluns, de setembre 05, 2005

!Cuidado con los católicos!

“...Lo que Dios ha purificado, no lo llames tú profano” (Hch. 10.15)

Los tiempos van pasando y el final de los mismos se va acercando. Dios en su misericordia no dudará en perdonar -al igual que nos perdonó y perdona a nosotros- a todos aquellos que reconozcan que Jesús es el Mesias, el hijo de Dios... y se arrepientan de sus pecados. Pero no de palabra, sino de todo corazón. Dios tenía predispuesto que todo sucedise tal cual está sucediendo, y solo Dios, por medio de su hijo Jesucristo, será el encargado de juzgar todas las cosas. Por ello, andar juzgando a la iglesia católica, ortodoxa, o... de que es o deja de ser a los ojos de Dios, es en verdad; un verdadero riesgo que toma personalmente y de forma voluntaria, todo aquel que decide hacer juicios anticipados por su cuenta.

Yo, -aunque ya no soy yo, pues Cristo vive en mi- por la gracia de Dios Padre, no soy ni católico, ni protestante, ni ortodoxo, ni nada que se le parezca, porque simple y llanamente soy: hijo de Dios!, Jesucristo es mi único Señor, y el Espíritu Santo es quien guía día a día mis pasos. Pasos que me llevan por el reino de Dios. Y por ello, no dudo ni un instante en hablarles, con los frutos que me da cada día el Espíritu Santo, a cualesquiera sean aquellos que Dios disponga he de compartir; las virtudes de Aquel que nos llamó a su luz. Que no es otro que !mi Señor Jesucristo! Sin importarme cual es o deja de ser su credo, raza o condición. Tan siquiera busco agradarles, porque si esto hiciese, ya no sería siervo de mi Señor. Para Dios TODOS somos iguales y por consiguiente para mi, iguales todos lo son.

La iglesia católica, la protestante... o cualquiera que anuncie a Dios, cumple a la perfección aquello que Él tenía previsto desde antes de los tiempos -otra cosa es que lo haga de la forma que le agrada a Dios- pero fue Dios mismo quien dispuso que así fuera ¿para qué? para que nadie pueda gloriarse de nada, pues como bien sabemos: !toda la gloria es y será para Dios! Todas estas doctrinas o credos -por no decir...- han llegado en su gran mayoría al punto fatídico de ser: sistemas establecidos por hombres, para placer de los hombres y para la gloria de... algunos hombres. Por lo cual, condenadas a la destrucción, a desaparecer el día que de nuevo venga Jesucristo nuestro Señor -ya no demasiado lejos, por cierto-. Porque hermanos, que duda nos cabe de que nada de lo que hoy vemos tendrá cabida en el reino de Dios.

No se me alarmen antes de tiempo, porque de supuesto que las hay que andan conforme a aquello que le agrada a Dios, pero digamos que tan solo son 2 de cada 7. Y no lo digo yo, sino la Biblia misma. ¿Dónde? en Apocalipsis, ni más ni menos. Por cierto, el libro de Apocalipsis también nos deja bien claro, que todas aquellas "iglesias" que cambien de actitud y se vuelvan en verdad a Dios, serán perdonadas. O sino, ¿por qué pues Jesús mismo dio mensaje en particular para cada una de ellas? ¿para condenarlas de antemano? no, todo lo contrario, para que pudisen ver sus errores, cambiasen de actitud y se volviesen en verdad a Dios y Él, las perdone en el día último. Bien sabemos que estas siete iglesias de Apocalipsis representa la totalidad de la iglesia de Cristo misma... pero este es tema para otro día, que no es otro que: !el que disponga mi Señor!

Hermanos: por no hacer más extenso este documento, finalmente les diré que analicen esto: si mañana mismo y como ejemplo, el que dice llamarse Papa, diese un cambio brusco y empezase a predicar verdadera Palabra de Dios, empezase a quitar imagenes e ídolos de las iglesias, diese a conocer la Biblia a trocho y mocho, empezase a predicar la sana enseñanza, empezase a vender y repartir sus bienes entre los pobres y... ¿dónde quedaría tu condenación? !Dios es grande! o acaso aun lo dudas. Y por supuesto... Jesucrito no vendrá de nuevo hasta que no sea llamados todos, absolutamente todos los verdaderos hijos de Dios y que Él -Dios Padre-, los predispuso desde antes de los tiempos. Y lo que más: en todas partes hay verdaderos hijos de Dios y... !ay de aquel que ponga en duda esto!

¿Continuas pensando igual, o te vuelves de una vez y por todas a Dios?

Bendiciones de lo alto, si en verdad ese es tu anhelo.

divendres, de setembre 02, 2005

¿Espíritu Santo?

“Pero ustedes tienen el Espíritu Santo con el que Jesucristo los ha consagrado, y no necesitan que nadie les enseñe, porque el Espíritu que él les ha dado los instruye acerca de todas las cosas, y sus enseñanzas son verdad y no mentira. Permanezcan unidos a Cristo, conforme a lo que el Espíritu les ha enseñado” (1 Jn. 2.27)

No se cuando empezó en las mayorías de las llamadas iglesias del señor a dejar de lado la divina persona del Espíritu Santo y su obra única e insustituible, en pro de la sabiduría y entendimiento humano, la cual, y como claramente dice la Biblia: “Dios se ríe de esta sabiduría” (1Cor. 3:19). Pero no voy a entrar aquello que hacen o dejan de hacer ciertas iglesias, denominaciones, religiones y demás instituciones que dicen llamarse “pueblo de Dios”. No, en esta ocasión no voy a tratar de juzgar a nadie en concreto, porque como bien dijo Jesús: “Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra” (Jn. 8.7).

En esta ocasión tan solo quiero advertir del gran daño que están causando a los creyentes, cuando les privan de conocer la divina persona del Espíritu Santo, porque todo aquel que no conoce la persona del Espíritu Santo, no es guiado por este en su andar diario. Y a consecuencia de esto, aun está sometido a la ley, y como bien sabemos, nadie es salvo por la ley, sino por fe. Y queridos hermanos, sin la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas, no se puede llegar a conocer la fe tal cual es requerida por Dios Padre. Porque por muy sabios que sean los hombres, ninguno, absolutamente ninguno, puede llegar por sus medios a la sabiduría de Dios, y esta, solo puede ser enseñada por la persona del Espíritu Santo. Así que: a quien le corresponda, empiece a tomar pero que muy enserio la persona del Espíritu Santo, porque todo aquel que niega al Espíritu Santo y su obra en el creyente, esta negando a Jesús y lo que peor, a la gloria de Dios mismo.

Este espacio no es el lugar adecuado para largos documentos, porque por desgracia; hoy la gente anda demasiado aprisa en todas las cosas, razón esta, por la que muchos creyentes no emprenden el trabajo que supone llegar a conocer en verdad el Espíritu Santo (no lo conocen porque a quienes les corresponde enseñarles esto, no lo hacen), sino que todo lo contrario, en vez de esperar en él, se limitan a acudir allí donde les dan de comer (a pesar de quedar siempre con hambre) porque con ello, llenan su propio yo por medio de la prédica, alabanza, o Dios sabe que… y cuando la carne está llena, tiempo les falta para andar buscando al Espíritu Santo y su obra en ellos. Problema este que les ha resultado muy cómodo a los auto llamados ministros de Dios, que han visto en estos creyentes la posibilidad de realizarse en aquello que, a ellos, les pide la carne.

Mi Señor derrama en sobreabundancia el Espíritu Santo al mundo y humilla de una vez por todas a los que dicen ser y no son tuyos. Gloria a ti, mi Señor Jesús ¡ven pronto!

dijous, de setembre 01, 2005

Primeros pasos

“Hermanos, les ruego que se fijen en los que causan divisiones y ponen tropiezos, en contra de la enseñanza que ustedes recibieron. Apártense de ellos, porque no sirven a Cristo nuestro Señor, sino a sus propios apetitos, y con sus palabras suaves y agradables engañan el corazón de la gente sencilla” (Rom. 16:17-18).

No es fácil apartarse de aquello que hasta cierto día nos parecía correcto. Todos los hijos de Dios están sometidos a, digámoslo así, ciertas leyes que, a pesar de parecernos correctas, no siempre son las adecuadas para en verdad ser siervos de Dios, pero si necesarias para llegar a serlo. Para la gran mayoría de los siervos de Dios, les ha sido necesario estar durante determinado tiempo sometidos a “la ley de su congregación”, porque de no ser así, serían apartados, rechazados, tomados por pecadores, o en el peor de los casos; clasificados como herejes.

No todos han tenido que pasar por esto, pues los hay que tan siquiera conocieron ninguna congregación en concreto antes de tener su encuentro con Dios. Ahora bien, para los primeros, y como ya dije, no es fácil dejar de lado, para seguir al Espíritu Santo, aquello que durante tanto tiempo -a veces años- ha formado parte de lo que hasta entonces consideraban era lo correcto a los ojos de Dios. Muchos de ellos incluso vieron desvanecerse todas sus ilusiones, deseos y esfuerzos de llegar a ser un miembro destacado y respetable dentro de su congregación, pero como bien he dicho, eran “sus ilusiones y deseos” que no los de Dios, y se dieron cuenta de ello, cuando ya casi estaban en lo más alto (lastima del que no). Pero en verdad no es que ellos se hubiesen dado cuenta, sino todo lo contrario; fue el Espíritu Santo el que -y antes de que tomasen la decisión- les reveló aquello que necesitaban ver, para darse cuenta que no era ese el designio que Dios tenía previsto para ellos, desde antes de los tiempos.

Qué quiero decir con esto: que cuando un siervo de Dios es llamado para aquello que Dios tenía predispuesto para él desde antes de la creación, automáticamente se ve con una necesidad imperiosa de seguir a Dios. Ve en él una lucha interna que le lleva a conocer muy, pero que muy internamente, aquello que en verdad hay en su corazón. Es un tiempo indefinido, y en el cual, es necesario a veces dejar de lado todo cuanto veniamos haciendo, para en verdad, determinar que es lo que nos esta pasando. A mi personalmente me gusta denominar a este periodo de tiempo, “nuestro paso por el desierto”. Y sí, es necesario hacerlo, porque es donde vamos a ser probados por Dios y por satanás, para y por medio de este paso por el desierto, lleguemos a saber que nos pide en verdad Dios a nosotros, que como bien comprenderemos al pasar las pruebas, no era aquello que nosotros creíamos, sino más bien y en el mayor de los casos, aquello que menos hubiésemos pensado, o como lo hubiésemos pensado. Pero tranquilos, es necesario este "paso por el desierto" para poder darse cuenta de la verdad de nuestro llamado y poder llegar a saber, cuanta verdad hay en lo que no dudábamos hasta ese día decir: !soy miembro del cuerpo Cristo!

Tengamos en cuenta pues, que cuando nos sucedad esto, deberemos prestar mucha atención a la enseñaza que Dios dictó en lo más profundo de nuestro corazón, por medio del Espíritu Santo, es muy clara y concisa, pues es la única, la que sale de dentro. Y esta enseñanza será desde ese momento y para siempre, la base misma de nuestro camino hacia la gloria de Dios.

No sigo hablando más: los que en verdad anhelan ser guiados por el Espíritu Santo, bien saben como hacerlo. Los demás, pregunten o expongan sus dudas en concreto y entre todos, hallaremos el camino que nos lleve a ser un verdadero y único cuerpo en Cristo.

Bendiciones de lo alto.

¿Chats cristianos?

Lastima me dan todos aquello hermanos y hermanas que me encuentro por los "chats cristianos". Verdadera lastima me dan. ¡Sí!, solo basta con entrar unos minutos en algunos de estos chats para darse uno cuenta de con que facilidad los usuarios de estos servicios, se autoproclaman: pastores, profetas, misioneros, líderes... y no se cuantas cosas más (algunas de ellas, sin base bíblica). Por no decir de aquellos que lo primero que te preguntan es: ¿tu cuanto tiempo hace que eres de Cristo? a lo que el "cristiano" de turno les responde ¿yo? tanto, ¡ah! pues yo tanto más; sin darse cuenta que al tomar esta actitud denotan una total falta de conocimiento de la Palabra o si se prefiere, una falta de madurez espiritual. Porque queridos hermanos: ¡no depende del tiempo, sino de la fe!. Baste recordar que hay cristianos que después de tropecientos años, aun andan en pañales en cuanto a la verdad de la Palabra y por consiguiente; necesitan aun de leche como principal alimento espiritual.

Pero este no es el único problema que nos encontramos en los chats. No !hay más! y con ellos se llega casi, y digo casi, por no condenar, a blasfemar contra el mismísimo Espíritu Santo. ¿Por qué digo esto? por nada, simplemente basta con mirar que niks utilizan ciertos… diré hermanitos, por no decir aquello que no me corresponde, pues todos pueden cambiar, como ahora: elrestauradordedios, salvandoalmundo, justicierodedios, segadordivino... (cito estos por citar algunos, hay muchos más) y tantos y tantos nicks que dan verdadero repelús con solo leerlos. No digo que no se usen estos nicks, allá cada cual con su conciencia, pero lo que si digo y en voz bien alta es: ¡QUE LA MAYORÍA DE ESTOS “HERMANOS” SE ESTAN CONDENANDO! ¿Por qué? Porque no tienen ningún reparo en entablar conversaciones con cualquiera por tal de derrotarlos, dándoselas de grandes conocedores de la Palabra de Dios, que no de Dios, al no tener ninguna consideración con aquellos que quizás y simplemente son más débiles que ellos en la fe -siempre y cuando ellos tuviesen veradera fe- porque no dudan en andar juzgando, condenando, decretando y no se cuantas barbaridades más, a cuales quiera sean aquellos que se les pongan por delante y no vean las cosas tal cual ellos las ven y… si estos dicen ser ministros de Dios, apaguemos pues la luz, comamos y pogámonos gordos, por que prefiero morir, que vivir con ellos la eternidad.

Hermanos: nos soy persona que me agrade juzgar a nadie (si he de hacerlo, lo hago), y menos aun a quien no conozco personalmente, pero tengamos en cuenta que si en verdad queremos ser representantes de Dios aquí en la tierra, no solo deberá ser de palabra, sino con todo nuestro ser, tanto interna, como externamente.

Nada más, porque siquiera merece la pena hablar de todo esto, y más aun, porque todos aquellos que en verdad anhelan ser siervos de Cristo, pocas palabras les bastan para entender lo que en verdad les digo.

Que Dios bendiga a cada uno conforme a su fe.